"El turismo sobrecarga los destinos sin una gestión adecuada"
Cree que hay un grave problema de inteligencia turística y que se toman decisiones sin contar con estudios
Publicada 04/10/15Entrevista/El turismo está más presente que nunca en el debate público y político. Los habitantes de algunos destinos empiezan a percibir como una sobrecarga la llegada de viajeros a sus lugares de residencia. Los nuevos gobiernos municipales y autonómicos anuncian medidas, con mayor o menor acierto, para atajar el problema de la masificación. Para Jordi Ficapal, director del Observatorio de Turismo Responsable de la Facultad de Turismo y Dirección Hotelera Sant Ignasi (HTSI) - vinculada a la Universidad Ramon Llull (URL) de Barcelona-, es clave la inteligencia turística y, fruto de ella, una gestión adecuada.
Las previsiones oficiales indican que se alcanzarán los 68 millones de turistas extranjeros este año. Un nuevo éxito para el sector, al tiempo que preocupa la masificación de algunos destinos. ¿Tenemos demasiados visitantes?
Preocuparse no es malo. Es prever qué impactos puede tener sobre el territorio y generar herramientas de gestión adecuadas. Otra cosa es que esta preocupación lleve a decisiones maximalistas, como cerrar el espacio turístico o limitar las entradas. Podría ser una decisión precipitada, sobre todo si no se hace a partir de estudios. Sin una gestión adecuada, sin conducir adecuadamente los flujos y sin prever el impacto ecológico o sobre la población, el turismo tiende a sobrecargar los destinos. En los ciudadanos de zonas con mayor presión turística se ha instalado el discurso de que hay un exceso. Es lo que llamamos capacidad de carga percibida, que no tiene por qué ser la capacidad de carga física. Es decir, el territorio podría admitir más turistas, pero en el discurso de los habitantes, no. Hay que gestionar adecuadamente y ver si hay límites físicos y cuáles son los límites ciudadanos. No es beneficioso para el turismo tener a los ciudadanos en contra.
Pero, ¿no es urgente tomar medidas ya?
Es urgentísimo, pero los estudios suelen llegar con retraso. Pongo el ejemplo de Barcelona, por proximidad. Está recibiendo ya unos 2,8 millones de cruceristas al año y hasta hace sólo unos días no se ha publicado el primer estudio sobre su impacto en la ciudad. Ha tenido que llegar una situación de descontento vecinal para que se haga. Sería preferible hacerlos desde la planificación y no desde la confrontación. Tenemos un grave problema de inteligencia turística y muchas veces se toman decisiones sin contar con ningún estudio. Incluso, en ocasiones, las decisiones empresariales son muy intuitivas o se basan en una fe en el aumento de turistas.
¿Limitar la entrada de visitantes es una solución?
Entiendo que sea una tentación y que esté en el discurso político, pero no es fácil en una Europa sin fronteras. Habría que reducir el número de plazas de alojamiento, cuando incluso los privados ponen sus viviendas a disposición de los visitantes. Se puede actuar sobre la promoción y buscar menos mercados. Pero yo abogo por una buena gestión de los flujos. Las empresas turísticas en España tienen el reto de conseguir mayor productividad. En los hoteles estamos en medias de ocupación del 70%, más bajas que en ciudades como París o Londres, que superan el 80%. Por tanto, los propios hoteles tienen también un margen de crecimiento que corresponde a su propia gestión, no sólo a la cantidad de turistas que reciben.
Tenemos ratios de ocupación modestas, pero a la vez hablamos de exceso de turistas. ¿El alojamiento alegal contribuye a la sobrecarga de los destinos?
Sin duda. Los pocos estudios que existen evidencian que este tipo de alojamiento se concentra en los mismos lugares que el hotelero.
¿Qué papel puede jugar el precio como limitador de un exceso de turistas?
Es un buen moderador en algunos casos, pero significaría que los hoteles conciertan los precios y esto está prohibido por la Unión Europea, contraviene los principios de la competencia. Además, sería más aplicable en hoteles, en los formatos extrahoteleros es más difícil.
Antes mencionaba a Barcelona. ¿Cree que la moratoria decretada por la alcaldesa, Ada Colau, es adecuada?
Espero que los estudios que se van a hacer en este periodo de reflexión sean rigurosos y se haga una buena ley para mejorar la gestión del turismo en la ciudad. El problema es la manera como se ha anunciado, responde a unas promeses hechas durante las elecciones y no se ha hecho por la vía del diálogo con los agentes implicados en el sector. El nuevo Gobierno tiene que trabajar con el sector o con partenariados público-privados y conseguir un mejor consenso con los residentes en la ciudad.
¿Qué papel juega la tasa turística en la gestión de los destinos?
En el caso de Cataluña, con casi dos ejercicios aplicándola, es un acierto. El último acuerdo alcanzado incluye el concepto de promoción turística, que era su destino principal y que ahora se ha ampliado, de tal manera que permite también invertir en instrumentos de gestión, que mejoran la experiencia del visitante y reducen el impacto negativo sobre el residente. Los recursos que genera ayudan a mejorar el modelo en sí mismo. Al principio existían reticencias por parte del sector, pero han visto que los recursos que genera redundan en mejoras del destino.
Esta revista forma parte del tema de portada de la revista HOSTELTUR de noviembre, que puede descargarse como pdf en este enlace.
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