Francia sitúa Turismo bajo la tutela del Ministerio de Exteriores
El destino nº1 del mundo en turistas rediseña su estrategia para el siglo XXI
Publicada 10/11/15Francia ha sido y sigue siendo una referencia obligada para el sector turístico español. No sólo es el país que más viajeros extranjeros recibe del mundo, también es uno de los destinos con el mejor marketing en turismo de lujo, cultural, gastronómico y de compras. Ahora el gigante turístico rediseña su estrategia para adaptarse a las nuevas demandas del siglo XXI.
A diferencia de otros países donde la política y la promoción turística suele dirigirse desde los Ministerios de Industria o Economía, el gobierno francés tomó la decisión -hace un año y medio- de traspasar las competencias en turismo al Ministerio de Asuntos Exteriores.
Al frente de la “Unidad del Turismo” en dicho ministerio está Michel Durrieu, quien durante 20 años desarrolló su carrera profesional en España como directivo en Nouvelles Frontières, TUI Group y Carlson Wagonlit Travel.
Además, Durrieu ha asumido la responsabilidad o “tutela” desde el Ministerio de Atout France, el organismo encargado de la promoción del destino Francia en el extranjero, equivalente a Turespaña.
Atout France tiene un presupuesto anual de 64 millones de euros, del cual la mitad se destina a promoción turística. El Estado francés aporta 34 millones mientras el sector privado pone 30 millones.
Diplomacia económica al servicio de las empresas turísticas francesas
¿Pero por qué incluir al Turismo bajo el control de Asuntos Exteriores? “En Francia, creemos que el gran reto en los próximos años será captar a los turistas de mercados lejanos como China, India, Indonesia, Brasil, México… Y el hecho de incluir Turismo en el Ministerio de Exteriores te permite utilizar lo que llamamos la diplomacia económica”, explica Durrieu.
Es decir, la promoción turística de Francia ha pasado a apoyarse en su red de 152 embajadas, la segunda más importante del mundo después de Estados Unidos.
“El ministro de Exteriores, Laurent Fabius, ha insistido a nuestras embajadas para que tomen el tiempo necesario y hagan los esfuerzos oportunos para promover el destino Francia y que miren la parte turística como algo estratégico de nuestra economía. Y el mismo presidente de la República francesa ha definido el turismo como un eje de desarrollo prioritario. Es decir, que ahora hay un impulso político muy importante”.
De hecho, la política turística de Francia no sólo consiste en promocionar los destinos franceses, sino también en apoyar la internacionalización de las empresas turísticas galas, tal como explica Durrieu.
“Nuestro objetivo es pasar de los 85 millones de turistas extranjeros a 100 millones en el horizonte del año 2020. Son muchos los viajeros que van a viajar a Francia, pero también visitarán otros destinos del mundo y lo importante es que nuestras empresas turísticas estén presentes en esos mercados”.
Por otra parte, el gobierno francés ha creado un nuevo Consejo de Promoción de Turismo, formado por 24 miembros, donde además han sido consultados 600 profesionales que han trabajado en diferentes ejes estratégicos: gastronomía y enología, mundo digital, marcas y destinos, formación, inversión hotelera, turismo de compras, etc.
“Sobre todo ello hemos avanzado y por ejemplo se ha aprobado ya la apertura comercial en domingos, mediante la definición de zonas estratégicas internacionales en las ciudades”.
Estrategia de marcas, conexiones con Asia y mercado de cruceros
Respecto a la estrategia de promoción, finalmente se han elegido “20 marcas-territorios para promocionar mejor Francia en el extranjero. Porque tenemos 36.000 municipios, 46.000 sitios clasificados turísticos… Y cada uno quería hacer su promoción. Es decir, hemos reducido el número de marcas y destinos para que sea más visible la promoción y que la gente pueda entenderla”.
Las infraestructuras de transportes son otro punto crítico que han recibido la atención del gobierno francés.
“De aquí a 2030 van a moverse casi 1.000 millones de turistas más por el mundo. Pero tenemos un problema de conectividad. Más del 80% del crecimiento de turistas previsto en Francia procederá de mercados emisores de largas distancias. Así que debemos crear nuevas conexiones directas no solo a París, sino rutas directas de largo recorrido desde Asia a Toulouse, Burdeos, Marsella, Lyon…”.
Por tanto, avanza Durrieu, “será necesario dar autorizaciones a estos aeropuertos para que puedan volar compañías desde otros continentes y quizá habrá que limitar vuelos en los aeropuertos principales. Hay todo un trabajo que en algún momento se tendrá que hacer a nivel europeo. Porque si abrimos todos los vuelos intercontinentales sobre Madrid, Barcelona o París, pues en algún momento la propia capacidad de estos destinos empieza a ser una problemática”.
Y por otra parte, cuando Francia están pensando en sus aeropuertos secundarios como nuevas puertas de entrada a los turistas de mercados emergentes, también incluye a los cruceros en esta estrategia.
“Solo somos el sexto país en términos de destino de embarques de cruceros. La causa principal de este desfase es que no habíamos invertido en los puertos. Pero acabamos de abrir doce muelles en Marsella y Burdeos también crecerá. En 2025 habrá más chinos que estadounidenses haciendo cruceros y viajarán a Europa y al Caribe. En esta evolución hay que estar presente”.
Economía compartida e impuestos turísticos
Cabe recordar que en Francia funciona además la taxe de sejour o impuesto de pernoctaciones, un tributo gestionado por los municipios.
La recaudación es utilizada por los Ayuntamientos en parte o totalmente para la promoción y/o para el fomento del sector turístico.
“El Estado lo único que ha hecho respecto a este tributo municipal es fijar un tope máximo de lo que se puede cobrar (de 0,75 euros a seis euros, dependiendo de categorías) y también ha obligado a que esta tasa sea cobrada en los apartamentos privados que comercializan empresas como Airbnb".
"Ahí hemos llegado a un acuerdo con los portales que distribuyen este tipo de alojamiento y son ellos los que cobran la tasa al turista y la transfieren luego al municipio”, indica Michel Durrieu.
De hecho, el acuerdo con Airbnb es una muestra de cómo Francia está afrontanto el reto de la economía compartida.
“Por un lado se están intensificando los controles de Hacienda para que tributen todas las actividades económicas relacionadas con el turismo. Por el otro, debemos reconocer que la economía compartida es un modelo que se está implantando, una tendencia, un cambio de sociedad y cultural".
Por tanto, añade, "lo que se tiene que hacer es regularlo y estar seguro que se aplican las leyes existentes. No es normal que un turista alojado en un piso privado no pagase la taxe de sejour y en un hotel sí. Pero en cualquier caso es una tendencia que tenemos que acompañar. No podemos decir ‘no queremos’ economía compartida. En todo caso, en Francia trabajamos con los profesionales para que no haya conflictos, sea con taxistas, alojamientos o restaurantes”, concluye Michel Durrieu.
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Esta entrevista ha sido publicada en la revista HOSTELTUR de noviembre y se puede descargar como documento PDF.
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