Protur Hotels se estrenará en el segmento urbano en 2017
Su hotel de nueva construcción en Palma será un 4 estrellas
Publicada 18/11/15Entrevista/ Protur Hotels aterrizará por primera vez en el segmento urbano en menos de dos años con un hotel de nueva construcción que contará con un centenar de habitaciones, tras la compra del edificio de la residencia de suboficiales de Palma, que será derribado para levantar el nuevo establecimiento. La cadena mallorquina ha desarrollado una fuerte estrategia de renovación y subida de categoría de su portfolio de hoteles en los últimos años, con una inversión superior a los 100 millones de euros, según explica en esta entrevista su consejero delegado, Jaume Nebot.
¿Cómo surgió la idea de entrar en el segmento urbano?
No es que fuera algo nuevo tener ganas de un hotel en el sector urbano, incluso antes que en Palma, porque se trata de un mercado relativamente pequeño, o lo era hace unos años... estuvimos mirando en Madrid y Barcelona, fuimos a ver hoteles y avanzamos bastante en las negociaciones para la compra o la gestión, aunque la compra es complicada en estas ciudades. Pero al final siempre nos ha penalizado un poco el hecho de estar aquí en Mallorca y decidimos descartarlo. En Palma hay muy pocas posibilidades y pensamos que comprar un edificio hecho era muy complicado, era muy difícil, y sin buscarlo salió ese edificio que se vendía en subasta pública, nos gustaba el sitio, más o menos da para un tamaño de hotel interesante para nosotros y vimos nuestra oportunidad. Palma representa una experiencia en el sector urbano, es un tipo de hostelería un poco diferente, en fin, y siempre tienes ganas de alguna manera de diversificar un poco tu producto e intentar abarcar más... y eso era lo que nos ofrecía este edificio.
¿Siguen estudiando otras ciudades?
Bueno, nos gustaría seguir creciendo, pero somos relativamente pequeños y cada nuevo proyecto como este nos va a absorber una serie de recursos y nos tendrá un cierto tiempo entretenidos. Pero ha llegado en el momento justo porque este invierno pasado hemos terminado con la reforma de toda la planta hotelera, nos queda un único hotel, el más pequeño, que es el Bonamar, que terminaremos el próximo año. Ha llegado en el momento justo de tener una alternativa y podemos mantener la capacidad de inversión que hemos sostenido en estos últimos años. Si eso ahora se solapase con otro proyecto más importante tal vez nos obligaría a hacer demasiado esfuerzo. Intentamos conservar la máxima de “no por ser muy grande eres mejor”, preferimos ser, más que grandes, más fuertes.
¿Creará la cadena una nueva marca?
No lo tenemos pensado aún, la marca Protur todavía cuenta con las sinergias de conocimiento del cliente y no tenemos pensado crear otra. Si ampliásemos, y dentro de cinco o 10 años tuviésemos tres o cuatro hoteles de ciudad, probablemente crearíamos una nueva marca de hoteles urbanos. Pero es el primero, estamos todavía a un año y medio o a dos años de abrirlo y no nos lo planteamos de momento.
¿Cuáles son los plazos que tienen previstos?
No está fijado todavía, estamos acabando de pensar en la idea, después buscaremos a los técnicos que nos van a ayudar a desarrollarla y como plazo prudencial podríamos marcar el verano de 2017, tal vez.
¿Quiere la cadena hacer algo distinto?
Para nosotros todo es nuevo, venimos de hoteles de playa y al entrar en un hotel urbano tener clara la idea de lo que queremos hacer es necesario, nos obliga a remodelar todo nuestro edificio y pensar en algo totalmente diferente. Pero no vamos hacia el tipo de hotel boutique, primero por capacidad, son más de 100 habitaciones, más bien vamos hacia otro tipo... Al tratarse de un edificio de nueva planta no es lo mismo que en todos esos hoteles que se han hecho en Palma en edificios antiguos, con unas características que los hacen más atractivos para desarrollar ese tipo de hostelería. Probablemente nos vamos a situar en la hostelería urbana con unas características un poco diferentes, en régimen de 4 estrellas o 4 estrellas superior, que creo que va a ser la opción definitiva. Creemos que un 5 estrellas es muy complicado, porque tiene que dar toda una serie de servicios y no lo acabamos de ver rentable económicamente. No sabemos aún qué servicios incluiremos pero seguiremos la máxima de las tres d (dormir, ducha, desayuno), incluso en Palma, porque fuera del hotel hay tanta oferta y tan variada... Intentar retener a tu cliente en el hotel con una determinada restauración es muy complicado, cuando hay por ahí muchísima gente que lo está haciendo tan bien.
¿Cómo ha sido la renovación de su planta hotelera?
Empezamos en el 2009, justo después de abrir nuestro último edificio nuevo, que fue el Biomar, en 2008. El primero en renovarse fue el Sa Coma Playa y después han seguido reformas en profundidad en muchísimos, en el Palmeras Playa, el Alicia, el Turó Pins, en el Safari Park, el Monte Safari, en fin, prácticamente toda la planta hotelera..., nos queda únicamente el Bonamar. En la mayoría de casos ha implicado reducir capacidad porque venimos de la hostelería de los años 80, donde primaba el número de camas, y estamos en el 2015 donde está primando mucho más la calidad del servicio que la cantidad de gente a la que das ese servicio. Hemos reducido esa capacidad sustituyéndola por otros servicios, mejorándolos, y eso ha repercutido en subidas de categoría. Por ejemplo el Turó Pins consistía en apartamentos de 3 llaves y la categoría que tenemos pedida es Aparthotel de 5 estrellas; en el Palmeras Playas, igual, y está ahora en 4 estrellas; el Alicia era un hotel de 2 estrellas y hemos pedido 4 estrellas superior. Estas son las más significativas en cuanto a subidas de categoría. El importe total supera ampliamente los 100 millones de euros. Curiosamente en algún edificio nos ha costado más la reforma que su construcción.
Empezaron a emprender las reformas en pleno inicio de la crisis, ¿intuía Protur que iban a ser necesarias?
Empezamos en el invierno 2008-2009 y ya se atisbaba que había una cierta crisis, venía más del sector inmobiliario pero se intuía que eso podía estar afectando también al mercado turístico porque al final todo está relacionado. Lo que no pensábamos es que 2009 fuese el año catastrófico que fue, el peor yo creo de los 25 anteriores, con atentados en Calviá, crisis económica..., pero decidimos mantener el ritmo de inversiones porque en ese invierno nos dimos cuenta de que cuando precisamente las cosas van mal es cuando mejor producto necesitas tener. Además todo eso nos llevaba a unas ventajas adicionales: estábamos contratando y dando empleo en momentos en que el sector de la construcción estaba deprimido. Eso nos permitía trabajar más cómodamente, incluso con mejores precios, y no tener los agobios que se estaban pasando cuando el boom de la construcción, cuando el constructor tenía prisa por terminar y no podías confiar en la calidad del producto final. Encontramos mucha colaboración de nuestros proveedores habituales y de los no habituales, por el esfuerzo que estábamos haciendo en ese momento, y ellos eran receptivos a ese esfuerzo, lo valoraban muchísimo.
¿Y los resultados?
Luego, cuando hemos ido abriendo, hemos vivido un auténtico boom: mejoras con el turoperador, mejoras de precio, de ocupaciones…Hemos hecho un esfuerzo, hemos invertido, de alguna manera hemos sido valientes y la recompensa ha estado ahí.
¿Cuál es su opinión sobre la tasa turística que se implantará en Baleares a partir de 2016?
Ningún hotelero quiere que le penalicen su producto con un impuesto, pero en estos momentos no queda más remedio que aceptarlo ya que han decidido implantarlo aún en contra de nuestra opinión. Ahora debemos centrarnos, más que en la confrontación frente a la implantación, en las formas y en cómo se vende, no a nosotros, eso tiene una relativa importancia... Pero sí en cómo se vende al turista, al cliente, eso es lo más importante, es él quien tiene que pagarlo al final, es quien tiene que aceptar que es justo que se le pida porque va a un destino que le gusta, que él quiere. Lo importante es cómo trasladamos el mensaje al cliente, y el cuándo también es importante... si es en 2016 está claro que no es un buen momento. Pero tienes que convencer a quien va a pagarlo de que es justo que lo pague, porque va en beneficio de todos, incluido él mismo. Respecto a dónde irá la recaudación, si están diciendo que la justificación de la ecotasa es un determinado desgaste de infraestructuras que el turista consume y desgasta cuando viene, entonces que revierta precisamente en eso, porque al final la mejora no va sólo en beneficio del turista, va en beneficio de todos, no hay ninguna infraestructura pública que utilice únicamente el turista, las playas, las depuradoras... Si se utiliza el dinero recaudado para otra cosa, penalizamos pero no damos nada a cambio. El cliente siempre tiene la razón y es al que tengo que decirle claramente por qué le estoy cobrando por ese servicio, si no es así, si se siente explotado, se irá con mal sabor de boca y probablemente influirá en su próxima decisión sobre dónde pasará sus vacaciones.
Para comentar, así como para ver ciertos contenidos de Hosteltur, inicia sesión o crea tu cuenta
Inicia sesiónEsta noticia no tiene comentarios.