La demanda de cruceros se ha recuperado totalmente del naufragio del Costa Concordia
Publicada 02/10/13
La demanda de cruceros ha logrado recuperarse este año tras la caída sufrida a causa del accidente del Costa Concordia, y cuyos trabajos de rotación han concluido recientemente, según afirmó el secretario académico de la Escuela Técnica Superior de Ingenieros Navales, David Díaz basándose en los datos de Cruise Line Internacional Association (CLIA).
En esta línea, el accidente sería "un caso puntual y aislado, con escaso impacto comercial" y que no pone en entredicho la seguridad de los buques de cruceros, según destacó el director de Marforce y asesor de Transmediterránea, Andrés Molina, durante una rueda de prensa celebrada en la Escuela Técnica Superior de Ingenieros Navales de Madrid (ETSIN) como antesala al Primer Congreso Internacional sobre Seguridad en Cruceros en la Unión Europea (CRAFERIC 2013).
De esta forma, los asistentes han lamentado que las autoridades europeas focalicen la atención en la normativa de seguridad del sector naval solamente a raíz de sucesos como el ocurrido con la nave italiana. "También existen otros asuntos a los que hay que atender", propuso Díaz.
El reflotamiento ('parbuckling') de la nave ha abierto de nuevo un año después, el debate sobre la seguridad en este tipo de transporte, lo cual, ha promovido la realización de este encuentro por parte de la ETSIN.
Durante dos jornadas y media, importantes personalidades del sector de cruceros a nivel europeo se darán cita en el salón de actos de la Escuela para debatir la situación del mercado en materia de seguridad, conociendo las líneas que se están desarrollando y detectando problemas actuales y futuros, dada la gran repercusión de este mercado.
A nivel académico, el evento busca convertirse en una plataforma para dar a conocer al alumnado de esta institución las salidas profesionales y opciones de futuro en el sector. Un sector que, según destacó Díaz, tiene una influencia muy grande a nivel europeo.
A él acudirán reconocidos expertos como Tom Allan, representante permanente de Reino Unido en la Organización Marítima Internacional (IMO según sus siglas en inglés) y Dracos Vassalos, pionero en los procedimientos de seguridad europea, según Molina.
Responsabilidad compartida
Tras la imputación de cinco empleados del Costa Concordia por su implicación en el accidente, Molina ha remarcado que, además de la reprobable actuación del capitán, Francesco Schettino, la oficina en tierra de la isla de Giglio podría haber tenido responsabilidad en el naufragio.
Así ha hecho referencia al proceso vigente desde 1996, que crea un sistema de "apoyo de decisiones", en el que la decisión final del capitán, que prevalece en última instancia, debe estar respaldada por el equipo terrestre encargado de las operaciones.
A pesar de que el Costa Concordia cumplía las normas exigidas, se revisarán los procesos de evacuación del buque, tanto a nivel técnico como a nivel personal, según señaló Carlos Arias, profesor de la Escuela y antiguo subdirector técnico de Astilleros Españoles.
En materia legislativa, los esfuerzos irán dirigidos hacia la prevención, aunque también se revisará la normativa que contemple las medidas a tomar en caso de accidente y en situaciones críticas. Una vez extraídas las conclusiones, la Organización Marítima Internacional será la encargadas de canalizar la reglamentación hacia las empresas navales de cada país.
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