Las cruceristas facturaron 550 M € en 2010 en el mercado español

En concreto, durante 2010 el número de pasajeros creció un 19%, mientras que el año anterior la subida había llegado al 25%. Según destaca el informe, "las agresivas pollíticas de ofertas y descuentos aplicadas por las principales navieras y agencias de viaje han contribuido a impulsar la demanda". Sin embargo, esto se ha traducido en un "retroceso de la facturación media por pasajero".

Añade que la fuerte rebaja de precios provocó que la facturación de las navieras cayera un 1,9% en 2009. No obstante, la recuperación del sector turístico en 2010 permitió que la cifra de negocio registrase una evolución positiva, con un aumento del 6,7%, hasta los 560 millones de euros.

Algo más del 75% de la facturación de las navieras procede de la venta de pasajes, mientras que el resto de ingresos, principalmente consumos a bordo y contratación de otros servicios, como excursiones, representan en torno al 22% del total. Los cruceros por el Mediterráneo constituyen el principal destino de los pasajeros del mercado español, con una participación del 75% sobre el número total de pasajeros en 2010. A continuación se sitúan el Norte de Europa (17%) y el Caribe (6%).

Las agencias facturaron por 465 M €

La cifra de negocio de las agencias de viaje por venta de cruceros se situó en 465 millones de euros en 2010, un 7% más que en 2009. Esta cifra supone el 3,5% de la facturación total de este tipo de operadores, participación que ha aumentado en los últimos años, indica la consultora

Por ello concluye que el mercado de cruceros "presenta un alto potencial de crecimiento en España, lo que incentivará el aumento de la oferta de navieras y destinos y la puesta en marcha de nuevas políticas de captación de clientes".

Calcula que el número de pasajes de cruceros vendidos en España podría situarse en torno a los 900.000 en 2012, estimándose tasas de crecimiento del 10-12% en el bienio 2011-2012. El valor del mercado podría experimentar aumentos de alrededor del 9-10%, en un contexto en el que no se esperan nuevos ajustes significativos en los precios.