Turismo gamberro, una peligrosa tendencia

Los casos de comportamiento incívico de los viajeros se multiplican

Publicada 07/10/13
Turismo gamberro, una peligrosa tendencia

Destinos turísticos y empresas tienen que lidiar con una tendencia al alza: las conductas incívicas e incluso agresivas de viajeros. Se plantean varias soluciones, incluyendo la expulsión de clientes de hoteles o aviones, así como nuevas prohibiciones, multas y campañas de concienciación.

No es muy frecuente que un hotel expulse a un huésped por comportamiento incívico.

Sin embargo, el pasado agosto trascendió la noticia de que los establecimientos hoteleros de Palmanova-Magaluf, en Mallorca, habían expulsado en lo que llevaban de año un total de 219 turistas.

La cifra era "muy superior" comparada por ejemplo con los 172 expulsados en el año 2010, según reconoció el gremio hotelero local. Además, los efectivos de seguridad privada de los hoteles de esta zona se han incrementado en un 18% en relación al año pasado.

¿Cómo se llega a situaciones de este tipo?

Según advierte José Tirado, presidente de la Asociación de Comerciantes y Empresas de Servicios Turísticos de Mallorca (ACOTUR), “el problema es que hemos pasado del Todo Incluido al todo vale”.

Tirado se refiere a que cada vez más hoteles de la isla ofrecen un régimen low cost de pensión completa donde “apenas hay controles de calidad”. Resultado: “llegan miles de turistas a cualquier precio que hacen de todo”.

Y es que según añade este veterano de la industria turística, “antes se registraban incidentes aislados. Pero este verano el incivismo ha sido la nota dominante, sobre todo en Playa de Palma y Magaluf. Hablo de borracheras continuas, balconing, vandalismo... Ahora tenemos un turismo con un perfil mucho más conflictivo, el turismo familiar se escandaliza y no querrá volver”.

De hecho, el Gobierno de Reino Unido, junto a la Asociación de Agencias de Viajes británicas (ABTA), ha vuelto a lanzar una campaña, con miles de folletos, dirigida a sus ciudadanos alertándoles de los riesgos de practicar el “balconing” cuando viajan de vacaciones al extranjero.

Esto es: sentarse en las barandillas o repisas, saltar de balcón a balcón, o directamente lanzarse a la piscina desde los balcones. El año pasado, y pese a una anterior campaña de concienciación, las autoridades británicas registraron 14 caídas desde terrazas en hoteles de resorts turísticos. En muchos de estos casos los jóvenes saltaron tras haber consumido alcohol.

El turismo de borrachera incluso puede producir situaciones de alto riesgo en los aviones.

Es lo que ocurrió el pasado 19 de septiembre, cuando un avión de Ryanair se vio obligado a desviarse de su ruta Glasgow-Ibiza para aterrizar en el Aeropuerto de Beauvais, a 80 kilómetros de París. Allí dejó en tierra a 14 pasajeros escoceses en estado de embriaguez y que estaban poniendo en riesgo la seguridad del vuelo. Ver Escoceses borrachos obligan a desviar a Francia un vuelo de Ryanair con destino a Ibiza

Ya en el mes de agosto otro avión de la misma compañía aérea vivió una situación similar en la misma ruta y con 30 pasajeros totalmente borrachos, que se pelearon, simularon que violaban a las azafatas, golpearon a un tripulante de cabina y causaron destrozos.

¿Cómo evitar este tipo de situaciones?

Otras compañías son mucho más rigurosas en los controles de acceso al avión. Por ejemplo, la aerolínea Aer Lingus ha declarado la “ley seca” exclusivamente en los vuelos de su ruta entre Dublín e Ibiza y realiza un registro extra a sus pasajeros para evitar que accedan al avión con alcohol adquirido en el ‘duty free’ del aeropuerto.

Bañistas en un paseo marítimo.Bañistas en un paseo marítimo.

Turismofobia

No todos los comportamientos incívicos de los turistas son tan extremos. No obstante, la generalización de ciertas actitudes poco respetuosas hacia el lugar y las personas que allí residen acaba por degradar los destinos turísticos.

Y ello a su vez puede propiciar otros fenómenos como la turismofobia o rechazo social al turismo por parte de los habitantes de una ciudad o país.

Por ejemplo, algo en apariencia tan inocente como comer en la calle mientras se pasea por una ciudad contemplando sus monumentos, puede llegar a convertirse en un auténtico problema.

Así lo entienden en Roma, donde el Ayuntamiento ha prohibido comer en las calles del centro histórico, estableciendo multas de 25 a 500 euros. Concretamente, el decreto municipal prohíbe pararse a comer, beber o cualquier forma de acampada "en zonas de particular interés histórico, artístico y arquitectónico" del centro romano.

Según el ayuntamiento, estas restricciones son necesarias porque en las principales atracciones turísticas de la ciudad no se respetan "las normas más elementales de decoro urbano", y mucha gente derrama bebida o tira comida en las plazas, escaleras o fuentes históricas.

También en Roma, la policía ha denunciado un aumento del número de turistas que deciden llevarse como recuerdo de la ciudad trozos de su famoso adoquinado denominado 'sanpietrino', poniendo en peligro incluso áreas arqueológicas.

Los agentes italianos incluso mostraron en una rueda de prensa decenas de piezas de los famosos 'sanpietrini' confiscadas a turistas en el aeropuerto de Fiumicino.

Los responsables policiales aseguran que esta nueva “moda” se produce sobre todo entre turistas procedentes de Europa del Norte y que viajan en compañías de bajo coste.

A los pasajeros a los que se les encuentra una de estas piezas en su maleta se los denuncia por robo, pero se les deja en libertad.

Otro destino donde las autoridades intentan corregir el comportamiento de determinados turistas es Barcelona. En este sentido, la ciudad catalana ha llegado a aprobar una ordenanza de civismo para frenar el auge del “torsonudismo”.

De este modo, se prohíbe pasear con el torso al descubierto por el centro urbano no sólo por una cuestión de higiene o pudor, sino para proteger la propia imagen de Barcelona.

Detenidos por besar una estatua

Un caso con repercusión internacional sobre comportamiento incívico de turistas se produjo el año pasado en Sri Lanka, cuando tres turistas franceses -dos hombres y una mujer- fueron detenidos.

Las autoridades culparon a los visitantes de profanar un santuario budista, ya que la mujer besó en los labios a una estatua de Buda y uno de los hombres imitó la postura del fundador del budismo, lo que ofende profundamente a los practicantes de esta religión.

Sri Lanka es mayoritariamente budista y muy sensible a las faltas de respeto a las imágenes de Buda. De hecho numerosos santuarios y templos prohíben la entrada a aquellos turistas que no vistan de forma correcta.

Un adolescente chino escribió 'Din Jinhao estuvo aquí' en esta escultura de 3.000 años del templo de Luxor, Egipto. Click para ampliar imagen.Un adolescente chino escribió "Din Jinhao estuvo aquí" en esta escultura de 3.000 años del templo de Luxor, Egipto. Click para ampliar imagen.

Consejos de los gobiernos

El problema es que el comportamiento incívico de los turistas, con mayor o menor gravedad, va al alza y algunos gobiernos han comenzado a tomar cartas en el asunto.

El Reino Unido, por ejemplo, reconoce que el año pasado casi 5.000 turistas británicos fueron detenidos o arrestados en el extranjero pero muchos de ellos podrían haberse evitado el mal trago si hubieran respetado las leyes o costumbres locales.

Así, según datos del Foreign Office, se ha producido un incremento de arrestos de viajeros británicos sobre todo en Italia, los Emiratos Árabes Unidos y Holanda.

Y en China, el Gobierno prepara una ley con la que "enseñar modales" a sus turistas que contemplará sanciones para los viajeros que no respeten las costumbres locales cuando viajen al extranjero.

Un caso destacado tuvo lugar el pasado mes de mayo, cuando un joven chino de 14 años pintó en una de las paredes del templo de Luxor (Egipto), que data de hace 3.500 años.

El adolescente escribió "Din Jinhao estuvo aquí" en una escultura de piedra, un suceso por el que sus padres tuvieron que pedir disculpas y que generó fuertes protestas a través de las redes sociales de la propia China.

En declaraciones al diario China Daily, un funcionario del Ministerio de Asuntos Exteriores del país reconoció que aproximadamente la mitad de todos los casos de viajeros chinos atendidos por sus consulados en el extranjero se derivan de comportamiento inadecuado.

Para evitar que este tipo de episodios vaya a más, el Gobierno chino editará una guía con recomendaciones sobre "turismo civilizado" que se entregará en el momento de contratar un viaje.

Este reportaje ha sido publicado en la revista HOSTELTUR de octubre y también puede descargarse como pdf a través del siguiente enlace: Turismo gamberro, una peligrosa tendencia.

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Comentarios 1
El Turismo Gamberro o falta de civismo ,es ya una triste realidad,en todos los segmentos,incluido el Rural.No se trata de precios,se trata de educación.