Francia alerta de los perjuicios para el turismo si se cierra Schengen
Seis países han aumentado los controles de frontera por la amenaza terrorista y la presión migratoria
Publicada 04/02/16Si se perpetúan los controles en las fronteras internas que ya aplican de manera temporal Francia, Alemania y otros Estados miembros por la amenaza terrorista y la presión migratoria, lo que en la práctica supondría el fin del espacio Schengen, los sectores que primero pagarían las consecuencias son el turismo, tanto entre países vecinos como el extracomunitario que visita varias naciones, así como los trabajadores transfronterizos y el tráfico rodado de mercancías, según un estudio del Gobierno francés.
El análisis difundido por France Stratégie, think-tank del Ejecutivo galo, calcula que las consecuencias para el mercado interior de controles permanentes supondría un perjucio económico a largo plazo de 100.000 millones de euros, el 0,8% del PIB europeo, para los los 26 países que integran el espacio de libre circulación Schengen.
El informe considera que los controles sistemáticos en las fronteras interiores sería equivalente a imponer una tasa del 3% al comercio dentro de dicho espacio, lo que provocaría, a su vez, una reducción estructural del comercio de entre el 10 y el 20%.
En el caso de Francia, el impacto económico a corto plazo sería de entre 1.000 y 2.000 millones de euros, en función de la intensidad de la vigilancia, según el estudio que no ha tenido en cuenta el coste presupuestario de las medidas necesarias para reforzar las fronteras. A largo plazo, la cifra se multiplicará hasta los 10.000 millones.
France Stratégie sostiene que la mitad del perjuicio "se explicaría por la caída del turismo", mientras que las trabas al trabajo transfronterizo representaría un 38% del total y un 12% del coste correspondería al transporte de mercancías.
En estos momentos son seis los países que implementaron controles fronterizos y suspendieron temporalmente el acuerdo de Schengen: Alemania, Austria, Suecia, Dinamarca y Noruega lo hicieron para controlar el flujo migratorio, mientras Francia lo hizo en respuesta a la amenaza terrorista.
El presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker, también ha alertado del riesgo de introducir ‘alegremente’ controles fronterizos. “Hoy reintrodujimos alegremente los controles en las fronteras, mañana nos daremos cuenta de que ello tiene un coste económico considerable y pasado nos preguntaremos para qué una moneda única si no hay libertad de movimiento”.
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