El turismo se enfrenta al desafío del cambio climático
Publicada 05/02/16
El cambio climático, principal consecuencia de la emisión de gases de efecto invernadero, tiene una doble incidencia en el turismo. Por un lado, provoca una fuerte alteración del entorno natural con el consecuente riesgo para sus recursos, pero, al mismo tiempo, al ser una industria intensiva en el uso de energía, tiene una gran responsabilidad en frenar este proceso. Ante esta perspectiva, tanto las empresas como los destinos están cada vez más comprometidas con la protección medioamiental y en 2016 seguirán tomando medidas para garantizar la sostenibilidad del sector.
La economía mundial se encamina hacia un modelo bajo en emisiones de efecto invernadero a tenor del acuerdo alcanzado en la última Cumbre del Clima celebrada en París en diciembre. Los 195 países participantes se han comprometido a evitar que la temperatura aumente más de dos grados a final de siglo. Y el reto es importante, teniendo en cuenta el aumento de la población previsto y de los turistas, cada año se registran más de 1.100 millones de desplazamientos internacionales.
También la Cumbre Mundial del Turismo Sostenible TS+20, celebrada en noviembre en Vitoria-Gasteiz convocada por la Comisión Europea y la Organización Mundial de Turismo (OMT), entre otras entidades, concluyó con un compromiso del turismo frente al cambio climático. Éste supone un riesgo creciente para dicha actividad, por la transformación del entorno natural y la alteración de los patrones meteorológicos y las temporadas turísticas, según ha advertido dicha institución. Pero, al mismo tiempo, esta industria está considerada como una de las más contaminantes -se le atribuyen el 5% de las emisiones de CO₂-, especialmente en el ámbito del transporte.
Compromiso
Ante esta perspectiva, las empresas están cada vez más comprometidas con la protección medioamiental. La industria aérea se enfrena al reto de facilitar la movilidad de las personas, reduciendo a su vez la contaminación.
Con este fin, desde hace varios años vienen tomando medidas como la incorporación de aviones más eficientes -los modelos que se fabrican actualmente consumen un 70% menos de combustible y se prevé que su tecnología mejore un 25% hasta 2020-; uso de sistemas más innovadores en las operaciones aeroportuarias de rodaje, aproximación y terrizaje o la reducción del peso en las cabinas de los aviones como medidas para reducir costes y emisiones.
A nivel administrativo, hace más de un año, el Parlamento Europeo aprobó el sistema de comercio de emisiones del que están excluidos los vuelos extracomunitarios hasta 2017.
También los hoteles empiezan a apostar por la sostenibilidad como una herramienta de negocio. Además, cuentan con las ayudas del plan PIMA SOL, aprobado en 2013 por el Gobierno español para impulsar la rehabilitación energética.
En lo que se refiere a los destinos turísticos, Cataluña se ha convertido en el primer destino turístico integral del mundo que recibe la Certificación Biosphere Responsable Tourism, otorgada por el Instituto de Turismo Responsable, miembro de la OMT, por cumplir una serie de requisitos, como la concienciación sobre el uso racional del agua, el ahorro energético o las políticas de compensación de las huellas de CO2, entre otros.
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