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El turismo de experiencias ha muerto

El concepto ha perdido valor tras haber sido sobreexplotado

Publicada 10/02/16
El turismo de experiencias ha muerto

El turismo de experiencias ha muerto. Entre todos lo hemos matado. Causas del fallecimiento: sobredosis y abuso del término. En realidad, el concepto fue mal utilizado desde el principio. Hemos estado mirando al dedo -las experiencias- en lugar de fijarnos hacia dónde apuntaba: las emociones.

Y es que según apunta David Mora, consultor y profesor de Turismo, “las experiencias son el medio para alcanzar las emociones”.

Jaime Leon Andrés, exdirectivo en Tui Spain y en la actualidad agente de viajes especializado en la creación de paquetes turísticos, confirma el diagnóstico: “Estamos en una segunda fase , que es el turismo de emociones”.

Lo cierto es que en los últimos años la palabra “experiencias” ha acabado convirtiéndose en un eslogan comercial cada vez más trillado en el mercado turístico.

Quizá porque destinos y empresas turísticas vieron en este recurso un concepto de moda que podía ayudarles a diferenciarse de la competencia.

“Si una vivencia turística no es algo novedoso, positivo, placentero y que logra erigirse en un recuerdo indeleble en nuestra memoria, no podría considerarse, en mi opinión, una auténtica experiencia”, indica David Mora.

“Por desgracia, el concepto ‘experiencial’ ha sido triturado por las técnicas publicitarias. Hoy en día, no hay producto o servicio que no se trate de vender como una ‘experiencia única’. Un paquete de fin de semana en régimen de alojamiento y desayuno, con cena romántica y acceso a un spa no constituiría una experiencia memorable, por mucho que nos empeñemos en poner la palabra ‘experiencia’ en folletos y web”, insiste este experto, creador de la web emoturismo.com.

Los viajes deben ser propuestas para sentir emociones. La clave reside en diseñar vivencias irrepetibles que nos alejen de lo cotidiano y crear así recuerdos memorables.Los viajes deben ser propuestas para sentir emociones. La clave reside en diseñar vivencias irrepetibles que nos alejen de lo cotidiano y crear así recuerdos memorables.

Y en cualquier caso, añade David Mora, “toda actividad turística puede ser experiencial si la diseñamos desde el análisis de las emociones que generarán en el cliente”.

Incluso el producto por excelencia de la industria turística española, el sol y playa, también debería ser rediseñado bajo este prisma para que sea “memorable”.

¿Cómo? Buscando “nuevas interacciones que el visitante tenga con el destino: oferta complementaria, música ambiente, tematización, iluminación, olores, etc”.

Pero la creación de vivencias que nos alejan de lo cotidiano para transformarse en recuerdos memorables no es algo fácil.

Incluso el profesor en psicología Mihály Csíkszentmihályi, una de las referencias en esta área con sus estudios sobre “La psicología de la experiencia óptima”, habla sobre la importancia de crear experiencias provistas de un “sentido de alegría” y una sensación de disfrute para que perduren en la memoria.

Este académico ha teorizado también sobre el concepto “flow” (caudal, en inglés) que, “simplificando mucho, sería cuando se nos pasa el tiempo volando casi sin enterarnos cuando estamos haciendo algo que nos gusta mucho”, expone David Mora.

Destinos con un relato

Algunos destinos y operadores turísticos han querido llevar de la teoría a la práctica estos planteamientos, desarrollando nuevos productos que despiertan emociones intensas y casi inmediatas.

Por ejemplo, en Málaga ha sido todo un éxito -a los pocos meses de inaugurarse- el sendero conocido como Caminito del Rey, que ofrece el gancho de haber sido “uno de los caminos más peligrosos del mundo” en un paisaje de vértigo, con una gran historia de fondo detrás.

También están teniendo una gran repercusión en medios de comunicación y redes sociales otras pasarelas y puentes que se asoman a precipicios en plena naturaleza, atracciones que responderían a la fórmula del turismo del vértigo.

“Estamos en una segunda fase, que es el turismo de emociones, cuando el viajero se emociona ante un territorio, un momento mágico o una actividad que difícilmente va a poder repetir si no va acompañada de unas personas determinadas”, explica el profesional turístico Jaime León.

Su agencia de viajes, por ejemplo, ha creado un paquete turístico donde los participantes, con la ayuda de los Bomberos, llevan a cabo un rastreo por la montaña en pos de una leyenda local.

El objetivo es encontrar una estatuilla que desapareció durante la Guerra Civil, el Pastoret de Vilanova de la Sal. La búsqueda es real pero siguen siguen sin localizar esa reliquia histórica.

“Los viajes deben ser propuestas para sentir emociones. El participante piensa que difícilmente podrá repetir exactamente esa misma experiencia y que ha sido privilegiado de una manera especial”.

¿Será el turismo de emociones una de las tendencias emergentes del turismo en 2016? David Mora cree que sí. “Los turistas huyen desde hace años de los lugares comunes y de los destinos indeterminados. Y los múltiples análisis que se han realizado sobre los Millennials, por ejemplo, respaldan esta tendencia que debería convertirse en norma”.

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Este reportaje forma parte del tema de portada "Top 55+1" de la revista HOSTELTUR de enero y puede descargarse como documento pdf haciendo click en este enlace.

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Comentarios 3
Avatar angel fernandez angel fernandez hace 8 años
En el mundo de los viajes todo cambió con la aparición de internet, y todo se masifico con las RR.SS. Ahora todo vale, cualquiera se inventa un slogan y lo cuelga para el destino que sea. Hay algunos que son tan absurdos que dan risa. El eslogan de: viajes de experiencias, es a mi parecer uno de eso absurdos. ¿Experiencias de qué? es una manera boba de describir algo sin saber que decir. En una ocasión, el director de una conocida revista de viajes, le decía a una periodista: ¿Pero qué quieres decir con que es un paisaje asombroso? Tendrás que decir por qué es asombroso no? Un experiencia puede ser buena o mala, desagrabable o inolvidable, y esta última, también puede ser inolvidable por ser buena o mala. Pues eso, viajes de experiencias es lo mismo que no decir nada. Angel fernandez Director de contenidos de escapatv
Avatar Caroline Couret Caroline Couret hace 8 años
Gracias Xavier Canalis por este interesante artículo. Precisamente, ante el "riesgo" de que el concepto de experiencias se convierta en un nuevo "buzz", creamos en el 2010 el Creative Tourism Network®, que tiene por objetivo la promoción del turismo creativo (y experiencial), priorizando la definición y garantía de las buenas prácticas entre los miembros de nuestra red. En este sentido ofrecemos formaciones y galardonamos (mediante los Creative Tourism Awards) las entidades y los destinos que apuestan por este turismo respectando los principios éticos que lo caracteriza. Pero es cierto que la demanda creciente para este tipo de actividades y el acceso al mercado de nuevos proveedores, facilitado por las TICs, han dejado la puerta abierta a propuestas que pueden perjudicar al sector. Afortunadamente, la valoración de los propios turistas y su cada vez mayor conocimiento, ayudan a poner criterios.
Hola, En mi opinión aseverar que el turismo de experiencias ha muerto, más allá de los matices semánticos, es el mismo mantra equivocado que el touroperador ha muerto, que el agente de viajes ha muerto y tantos otros que no son ciertos por mucho que los repitamos. La "experiencia" como tal, es el recuerdo de la vivencia y obviamente esta genera emociones y sentimientos que fijan dicha percepción de lo vivido en el cerebro (conflicto/placer) por que el ser humano es en si, una máquina diseñada para interactuar con el espacio fisico a través de los sentidos y el acerbo cultural que es el que nos decodifica y contextualiza el mundo que nos rodea. Apostar seriamente por que las "experiencias" como tal han muerto, es un error de base a mi juicio. Otra cosa es que el mundo que nos rodea esté acostumbrado a generalizar, a apropiarse y a usar los términos de forma imprecisa o poco profesional y sin tener la menor idea de lo que significa. Sin bajar a la "sala de máquinas". Antes pasó con términos como marketing, calidad, revenue,... Pero el cliente es sabio y gobernante, y solo el decidirá si es autentica o no la experiencia, y en este articulo lo hemos borrado de un plumazo. La economía de la experiencia, la producción de experiencias, la gestión de las experiencias, está a mi juicio más viva que nunca. Más allá del libro de Pine y Gilmor "The Experience Economy" de 1998 o el de "The Dream Society" de Jensen de 1996, o la maravillosa labor de la Disney Institute que ya en 1948 diseño el concepto de "edeutaiment"... hoy hablamos del ciclo del cliente, del user experience, del funnel marketing, del costumer journey, de los touch points, del Canvas y el mapa de simpatía, de los puntos en contacto con el usuario, del service desing thinking... y todo ello está orientado necesariamente a entender y gestionar de forma precisa, la experiencia de los usuarios en el omnichannel (off/on). Luego no puedo estar en mayor descuerdo, la experiencia no solo no ha muerto sino que está más viva que nunca. Y en la nueva economía digital, aún tendrá una mayor presencia y relevancia. Nos dirigimos a un entorno cognitivo en tiempo real, con el IoT y el big data, en el que el usuario, el espacio físico y digital y sus comportamientos generaran oportunidades y servicios beneficiosos para todos y ahí será donde las batallas de las experiencias cobren una especial relevancia en el mundo enriquecido por la tecnología y la capa digital.