Turismo de nieve

Un invierno cálido pone en apuros a las estaciones de esquí

Las últimas borrascas pueden ayudar a salvar una temporada atípica

Publicada 16/02/16
Un invierno cálido pone en apuros a las estaciones de esquí

Las últimas borrascas -breves pero intensas- que han pasado por la península durante los últimos días, combinadas con nieve artificial, han permitido salvar de un invierno atípico a las principales estaciones de esquí de España y Andorra. Y es que el invierno no ha acabado de llegar a numerosos destinos de montaña que dependen de la nieve y el frío.

Atravesados ya dos tercios de la campaña, el invierno "no acaba de entrar", se lamentan desde la estación granadina de Sierra Nevada.

El termómetro no ha bajado de los cero grados en muchos de los sistemas montañosos desde comienzos del mes de enero. Ver también la noticia del pasado 18 de diciembre El invierno será cálido en toda España.

El persistente sol ha obligado, por ejemplo, a mantener cerradas las estaciones de los sistemas Cantábrico, Ibérico y Central, y ha colocado en cifras inusuales de ocupación a la citada Sierra Nevada. Ver también Estaciones de esquí de Castilla y León, sin nieve y apenas negocio.

Por otra parte, la estación de esquí de Valdezcaray, en La Rioja, permaneció cerrada ayer lunes "a la espera de nuevas nevadas" y sumaba así cinco días de cierre desde el pasado jueves, aunque las previsiones meteorológicas apuntan a que esta situación pueda cambiar en las próximas horas, tras la alerta naranja por nevadas.

Solo las cumbres nevadas del Pirineo despuntan en este invierno atípico de temperaturas altas. Allí, el balance económico es más positivo que en otras zonas a un mes y medio del final de la temporada.

Algunas de las estaciones pirenaicas, en Aragón y Cataluña, conservan cifras "positivas" de ocupación y número de visitantes, mientras que en los dominios esquiables de Grandvalira y VallNord, en Andorra, también se muestran satisfechos y esperanzados con el rendimiento y los pronósticos.

Estación de esquí de Astún, en el Pirineo aragonés.Estación de esquí de Astún, en el Pirineo aragonés.

Sierra Nevada, a medio gas

En cambio, la estación andaluza de Sierra Nevada ha mantenido una ocupación hotelera media desde diciembre de entre el 50% y el 60%, a pesar de tener únicamente disponible el 20% de su dominio esquiable.

Una portavoz de la estación ha señalado a Efe que compensar esta situación desfavorable ha sido posible "gracias a la nieve producida" por los cañones.

El momento actual en las instalaciones granadinas es que de sus 106 kilómetros esquiables solo 21 están disponibles, cuando "normalmente y a estas alturas de año" la media es de entre 90 y 100 kilómetros, puntualizan.

El ritmo de venta de abonos para esquiar es "lógicamente menor" que el año pasado y sus once remontes mecánicos abiertos han obligado a quedarse en casa a un buen grupo de trabajadores fijos discontinuos, que en otras temporadas formaban parte de la fuerza laboral de Sierra Nevada.

Mejor en el Pirineo

Por otra parte, las fuertes inversiones que acompañaron al pistoletazo de salida de campaña, a finales de noviembre, se están compensando en buen número de las estaciones que gestiona el grupo aragonés Aramon, como Formigal-Panticosa o Cerler, en la catalana Baqueira o las citadas del Pirineo andorrano. Ver también Las estaciones de esquí inician la temporada con una inversión de 21,5 M €.

Dos de los complejos de Aramon se sitúan en segundo y tercer puesto en cuanto a número de kilómetros esquiables en España. Responsables del grupo han asegurado que desde Navidad han disfrutado de "grandes días de esquí incluso entre semana".

En el Pirineo aragonés, de los 176 kilómetros esquiables de Formigal-Panticosa solo 75 están vedados por falta de nieve. No obstante, la estación "respira fuerte" gracias a la gran nevada de primeros de enero y a las posteriores precipitaciones escalonadas.

Cerler también conserva "buenas cifras" desde enero y afronta este fin de semana, por ejemplo, con solo tres remontes cerrados de los diecinueve de que dispone.

En Baqueira Beret, en la vertiente septentrional del Pirineo catalán, todos sus remontes están activos, aunque los espesores de nieve máximos -ahora de poco más de un metro- distan de los casi tres metros que se acumularon durante bastantes semanas de la campaña pasada.

A pie de las pistas de Beret y en el Valle de Arán la afluencia de esquiadores ha impulsado un buen ritmo de negocio, mientras que en el complejo andorrano de Grandvalira, en la comparativa por estas fechas con el récord de la temporada pasada, mantiene "una línea parecida" y con "los mismos números" en cuanto a volumen de visitas.

Una portavoz de este dominio esquiable de 201 kilómetros, de los que 190 están abiertos al esquiador, ha admitido que este invierno ha nevado "poco", pero ha destacado la gran nevada de finales de noviembre y las labores de producción de nieve y de su conservación en las pistas andorranas.

Las estaciones de Teruel, Javalambre y Valdelinares, que gestiona el grupo Aramon y que son un destino para muchos aficionados de Levante y Castilla, en estos momentos están a dos tercios de su capacidad.

A la espera del "oro blanco"

De cara a los próximos días, las estaciones de esquí esperan entradas sucesivas de borrascas y temperaturas bajas que tiñan de "oro blanco" las laderas, para cuadrar, tras la Semana Santa de finales de marzo, las cuentas y la rentabilidad en una campaña desigual y compleja.

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