El consorcio del AVE a La Meca negocia con Arabia desviaciones y ajustes en el contrato
Publicada 18/02/16
Mientras avanzan las obras de ejecución de la línea de Alta Velocidad Medina-La Meca en Arabia Saudita, uno de los mayores contratos logrados por empresas españolas en el exterior, el consorcio que ejecuta la obra negocia con el Gobierno árabe distintos aspectos del proyecto que podrían provocar desviaciones y ahustes en el contrato. En este contexto, las firmas públicas y privadas integrantes han constituido dos comisiones delegadas para apoyar la labor del consejero delegado del grupo, Santiago Ruíz, favoreciendo la unidad de criterio en las negociaciones con el cliente.
En concreto, el consorcio de empresas públicas y privadas que construye el AVE Medina-La Meca ha conformado dos comisiones delegadas de su consejo de administración con el fin de apoyar la labor del consejero delegado del grupo, Santiago Ruíz, y "favorecer y velar por la unidad de criterio en las negociaciones con el cliente y en la gestión de los intereses de la sociedad".
Se trata de una comisión delegada para asuntos económicos y una comisión de estrategia. Las dos están intregadas por una representación del consejo de administración acordada por todos sus miembros, según fuentes del sector.
Con la constitución de estos dos nuevos órganos en la última reunión del consorcio se pretende ayudar al consejero delegado en su labor, además de "garantizar la transparencia y el buen gobierno, la unidad de criterio entre todos los miembros del consorcio y cumplir con los hitos del proyecto".
En la actualidad, mientras avanzan las obras de ejecución del denominado AVE del Desierto, uno de los mayores contratos logrados por empresas españolas en el exterior, el consorcio negocia con el Gobierno árabe distintos aspectos del proyecto y el contrato.
Por un lado, las empresas tratan de que Arabia no les impute obras que no les corresponden por contrato. En este punto figuran los trabajos de interiorismo de las estaciones, que construye Foster, o la recepción de tramos de plataforma sobre la que tienen que colocar las vías que consideran aún no están debidamente terminados.
Asimismo, y en este sentido, pretenden que el país reconozca el retraso con el que están recibiendo estos tramos de plataforma de la vía, que son ejecutadas por un grupo de empresas chinas. El objetivo es que Arabia les conceda el derecho reconocido en el contrato a extender el plazo de ejecución de sus trabajos "por impacto de los realizados por un tercero".
En tercer lugar, el consorcio negocia con el Gobierno árabe para que, si quiere adelantar a 2017 la puesta en marcha de un tramo de la obra, tal como manifestó a finales de 2015, que este avance de los trabajos se reconozca en una modificación del contrato (ver: El consorcio del AVE Medina-La Meca adelantará a 2017 un tramo a petición de Arabia Saudí).
Estas negociaciones tienen además lugar en un momento en que Arabia Saudí afronta dificultades económicas derivadas del descenso del precio del petróleo.
Pacto solidario
Según las mismas fuentes, la negociación con el país árabe sobre este conjunto de aspectos y desviaciones "afectan por igual a todos los miembros del consorcio", dado que se trata de "un pacto solidario de accionistas".
El consorcio que a finales de 2011 se adjudicó el AVE Medina-La Meca está compuesto por las empresas públicas Ineco, Adif y Renfe, y las privadas Cobra (ACS), OHL, Indra, Consultrans, Copasa, Dimetronic, Imanthia, Inabensa y Talgo, además de las firmas saudíes Al Shoula y Al Rosan.
El proyecto, estimado en 6.700 millones de euros consiste en la construcción de una línea de Alta Velocidad, incluyendo las vías y los sistemas de comunicación, electrificación y seguridad, de 450 kilómetros de longitud que una las ciudades santas de Medina y La Meca, en beneficio de los miles de peregrinos que anualmente hacen el largo recorrido en autobús.
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