Los inversores hoteleros buscan conventos, monasterios y pueblos abandonados
Los precios de este tipo de propiedades se han ajustado entre un 20% y un 45% por la crisis
Publicada 14/04/16Si bien es cierto que durante estos años de crisis ha habido una retracción del sector inmobiliario debido a la desconfianza generalizada a la hora de invertir en inmuebles, lo cierto es que ahora son muchos los inversores particulares o fondos de inversión que valoran adquirir inmuebles con un valor patrimonial notable, tales como conventos y monasterios abandonados, para explotarlos como hoteles o complejos turísticos.
Y es que, según Robert Menetray Doval, fundador de Lançois Doval, consultora especializada en la venta de propiedades de prestigio, empresas y activos inmobiliarios singulares, “cada vez es más importante para grupos hoteleros o de inversión inmobiliaria la localización de ubicaciones únicas donde desarrollar nuevas iniciativas de negocio”.
Por ello, añade, “les facilitamos asesoramiento, entre otras acciones y servicios, lo que les permite disponer de información sobre posibles propiedades históricas o emblemáticas en venta. Un ejemplo son las dos últimas adquiridas por parte de un inversor nacional, estando una de ellas valorada en 3,8 millones de euros, y que han sido localizadas gracias a nuestros servicios. Finalmente, y tras una rápida negociación, ha sido comprada por 3,4 millones, a lo que habrá que sumarle una importante inversión en rehabilitación para convertirla en hotel”.
De hecho el 80% de los compradores son nacionales, siempre dependiendo de la ubicación de la propiedad, desde grupos especializados en hoteles con encanto hasta fondos de inversión. La historia y singularidad del producto siempre es un valor añadido que el comprador nacional estudia con más atención, además de valorar la posibilidad de adquirir fincas emplazadas en el interior peninsular. En cambio los inversores internacionales se centran más en zonas prime de Madrid y Barcelona, y en destinos de costa o preferentemente turísticos.
Activos refugio
Los activos inmobiliarios singulares son un refugio seguro para los inversores, dado que no existe mejor manera de vincular una actividad económica con la historia o el pasado de una región que sirviéndose de un edificio histórico para desarrollar dicha actividad, según apuntan desde la consultora. Los activos singulares, debido a sus características especiales, no están tan sujetos a las oscilaciones del mercado y pierden poco valor.
Aún así los precios de este tipo de propiedades se han ajustado entre un 20% y un 45% dependiendo de la zona y tipología del producto, comparándolos con los que estaban vigentes antes de la crisis.
Además son activos idóneos para albergar un establecimiento hostelero o un alojamiento de turismo rural, gracias a sus gruesos muros, amplias, numerosas y variadas estancias, patios centrales o aledaños y un marco natural que los convierte en atractivos hoteles de interior.
Comunicación con núcleos habitados
Otro factor a tener en cuenta, como afirman desde Lançois Doval, son “las comunicaciones con núcleos habitados de distinto tamaño, que también han mejorado mucho en los últimos tiempos. Fruto de los planes de revitalización de áreas rurales y de las propias iniciativas público-privadas para atraer más inversiones a estas zonas, muchos caminos han sido acondicionados y permiten el paso de vehículos hasta la entrada de los edificios históricos sin perder tres factores importantes a tener siempre en cuenta: la intimidad, tranquilidad y singularidad de la propiedad”.
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