"Las empresas tienen que adaptar su actividad al entorno que les toca en cada momento"

Por su carácter transversal y por su papel de motor de la economía española, ¿se puede hablar de una nueva economía del turismo?

Estamos hablando de algo que está impactando sobre la sociedad de manera muy relevante. Se puede hablar de una economía del turismo independientemente del peso específico que este sector tenga en los diferentes países. En nuestro caso, el sector es muy relevante desde el punto de vista económico, pero, además, afecta de manera transversal a varios sectores, sociales, culturales... Creo recordar que la Declaración de Manila de 1980 decía algo así como 'entendemos el turismo como una actividad esencial para la vida de las naciones debido a sus efectos directos sobre los sectores sociales, culturales, educativos, económicos…'

¿El turismo es más que un sector terciario?

El turismo está dentro del sector de servicios, pero, sin duda, va más allá. Es un conjunto de cosas que, además del servicio, puede afectar a las personas, dándoles una serie de informaciones y de formación adicional. Cuando las personas viajan están en un periodo de aprendizaje, tienen otras visiones, llegan a otras culturas.

La recesión económica y el fenómeno de la digitalización han generado nuevas pautas económicas y sociales y hay una nueva forma de prestar los servicios turísticos. ¿Está en crisis el modelo tradicional?

Es obvio que el entorno ha cambiado y las empresas tienen que realizar su actividad dentro del entorno que les toca en cada momento. El sector turístico no se puede abstraer de ello. ¿Eso significa que todo lo que hemos hecho hasta ahora tiene que desaparecer para entrar en ese nuevo modelo? Yo diría que va haber una coexistencia entre los modelos digital y tradicional. La cuestión es el mix que nos vamos a encontrar. ¿Qué peso específico va a tener el modelo tradicional y cuál el modelo digital? El peso específico del digital será altísimo. En el corto plazo no creo que suba el modelo anterior, pero en un medio plazo es muy probable que los modelos tradicionales que hemos conocido tengan una presencia marginal.

Félix Cuesta.

En este contexto han surgido nuevos operadores y nuevos modelos de negocio, ¿se puede encontrar un equilibrio con las organizaciones empresariales ya existentes?

Los nuevos modelos han venido para quedarse porque no se pueden poner puertas al campo. Una parte de ellos lo está haciendo suficientemente bien o mejor como para reemplazar a los anteriores. ¿Dónde está el problema de todo esto? Pues que los modelos tradicionales no han reaccionado a tiempo. Si el entorno está cambiando tienen que adaptar su modelo de negocio al modelo que te toca vivir y si no lo haces, te sales de mercado. Detrás habrá otros que aprovechen ese hueco y se metan.

También ha cambiado la sociedad…

Se han dado unas nuevas características en el entorno, estamos en la sociedad del bajo coste, y los directivos de las empresas tradicionales lo tenían que haber visto y haber actuado en consecuencia. Ahora se encuentran con un problema, vienen otros nuevos que lo están haciendo muy bien y que están compitiendo en base a un servicio y una excelencia. Acabo de venir de México, donde Uber es un éxito espectacular porque el servicio de taxi allí es complicado e incluso peligroso. Hay otra alternativa que son los taxis de sitio, pero tienen unas tarifas más altas de lo normal.

Pero, ¿no creen que tendrían que competir con las mismas condiciones?

Quizá sí o tal vez lo que hay que hacer es revisar las condiciones. A lo mejor los modelos de negocio no son los mismos, entonces no hay que pedirles las mismas condiciones. Cuando están las nuevas tecnologías por medio, la sociedad y sobre todo la legislación va por detrás y ahí está el problema.

Se habla de un desequilibrio en el modelo turístico actual porque España bate récords en la entrada de turistas extranjeros, pero no generan ingresos en la misma proporción. ¿Cómo se puede mejorar la rentabilidad?

Para incrementar los ingresos por persona se puede apostar por un turismo de más calidad, pero si das un empujón hacia arriba se reduce el número de visitantes. Hay que tener en cuenta que la sociedad del bajo coste nos lleva a este tipo de situaciones, tanto por los perfiles de los millennials como de la llamada “generación Z”. Nos vamos a encontrar gente con mucha movilidad, pero con una capacidad de gasto menor que la clase media tradicional. Antes estaban más tiempo y gastaban más. Ahora viaja todo el mundo, pero están menos días y gastan menos.

Por tanto, se trata de encontrar el equilibrio entre volumen y el nivel de ingresos. Hay que plantearse qué queremos realmente. Este es el negocio generado desde internet, un mundo de mucho volumen con poco margen. Un gran volumen de viajeros, pero con menos gasto y, por lo tanto, lógicamente se van a resentir los ingresos y, consecuentemente los beneficios y la rentabilidad.