Trump Hotels y el candidato Donald Trump a la Casa Blanca
Visitamos varios hoteles Trump de la mano del New York Times en una divertida y personal crónica
Publicada 10/07/16- Mientras los directivos de Trump Hotels aseguran que la tendencia es al alza, algunos portales de reservas aseguran que no es así
- Los hoteles Trump no comparten la visión de su fundador y candidato en contra de China y de los musulmanes, a quienes quiere vetar la entrada a EEUU
- Alguna celebrity cliente de la marca ha pedido a sus seguidores de Twitter que la boicoteen, por las duras palabras del candidato contra los inmigrantes mexicanos
Nadie puede negar que Donald J. Trump es un original y sorprendente candidato a la Presidencia de EEUU. En poco tiempo ha pasado de ser una anécdota divertida para los republicanos, a ser una amenaza temible para el partido a medida que escalaba posiciones, hasta que de forma inesperada se ha convertido en el candidato del partido Republicano a la Casa Blanca. Controvertido siempre, Trump es además un hombre de negocios. Entre otros, es propietario de una cadena hotelera: Trump Hotels, un negocio familiar nacido en 2007 que la periodista del New York Times Stephanie Rosenbloom analiza de forma personal en este artículo: Checking In at Trump Hotels, que os traducimos aunque no literalmente, incluyendo algunos datos y vídeos...
Si eres un extranjero y te pasas por Doral, Florida, las letras doradas de un edificio de estilo español "revival" en medio de 800 acres de campos de golf no te dejarán ninguna duda de a quién pertenece este resort: TRUMP.
Sin embargo, quizá dudes de si este tal Trump es una estrella de realities televisivos, un titán de la industria o un viticultor. El Trump Chardonnay y el Trump Sauvignon blanco (unos 25 dólares la botella), llenan los estantes del Marketplace Café, en el Trump National Doral Miami.
El set Trump de manicura (25$), los bolsos Trump brillantes (30$) y la "eau de toilette" llamada “Empire Trump” (62$) se venden en la tienda de regalos. El salón está repleto de portadas enmarcadas de revistas con un único protagonista: Donald J. Trump… con “playmates” desnudas, en portadas de revistas económicas, para hombres con éxito (“hombres que afrontan riesgos y hacen millones”, dice un titular).
Pero es la portada de 2011 de un magazine de golf, “Fairways and Greens”, que realmente llama la atención. El Sr. Trump, ante un club de golf, aparece junto a estas palabra: “President Trump?”.
Resulta que la pregunta era premonitoria. La candidatura del Sr. Trump ha concentrado la atención no solo en sus posiciones políticas, sino también en todo aquello que lleva el nombre Trump, incluida la docena de hoteles de gama alta y resorts desde Waikiki, Honolulu o Hawaii a Escocia. Este año, Trump Hotels –la compañía hotelera fundada en 2007 por el Sr. Trump y tres de sus hijos (Donald Jr., Ivanka y Eric)- planea abrir el Trump International Hotel & Tower Vancouver, el Trump Hotel Rio de Janeiro y el Trump International Hotel, en Washington DC (Donald Trump invertirá más de 150 M € en un hotel en Washington). En los próximos años, la compañía va a expandirse a Asia. El año que viene, presentará una marca hotelera lifestyle.
Mientras que el nombre Trump está en todas partes, la marca Trump Hotels puede no ser tan conocida por los viajeros como las marcas tradicionales y de larga historia Marriott y Hilton. ¿Son los Trump Hotels tan grandes, atrevidos y “over the top” como el hombre del que llevan el apellido?
¿Cómo se siente uno siendo el huésped del hombre que puede ser presidente?
Un conocido torneo de golf, el PGA Tour, que se celebra en Doral (Florida) desde hace más de 50 años (Trump compro el resort en 2012) ha anunciado recientemente que se traslada a México. El Sr. Trump, quien ha lanzado duros ataques contra los immigrantes mexicanos en EEUU, abrió los informativos del 31 de mayo hablando sobre la decisión de los organizadores del torneo: “Se van a México City, donde, por cierto, espero que tengan seguro contra secuestros”, dijo a Fox News.
El traslado del torneo no respondía a cuestiones políticas, según los organizadores. Trump ha invertido 250 millones de dólares (226,1 M€) en el futuro del resort, con o sin PGA Tour. En abril fueron abiertas unas 50 “spa suites” en el Trump Spa, que decoradas con motivos que recuerdan el océano, incluyen bañeras, el uso de las áreas comunes del Trump Spa y, por la noche, degustaciones del vino Trump.
En las habitaciones (una noche de junio en una simple cuesta 425$, 384€), puedes encontrar los productos de la Trump Hotel Collection, como sales de baño, equipo para yoga y múltiples amenities para alentar el “wellness”. El dorado es usado con moderación: en objetos de arte y cajas de cristal para guardar joyas o gafas de sol, que dan un encanto discreto a la habitación. Quizá la explicación sea que las “spa suites” no fueran supervisadas por el Sr. Trump, cuyos gustos estéticos están más alineados con los opulentos hoteles de Asia y Oriente Medio, sino por su hija Ivanka Trump, vicepresidenta ejecutiva de Desarrollo y Compras de la Trump Organization.
Revisando la decoración de la habitación, encuentro una esfera dorada que se vende online por 29 a 39$; posavasos dorados y crema que cuestan 31$; y un encantador florero comprado en un hipermercado de la decoración por 10,95$.
En términos generales, los pasillos y habitaciones de los Hoteles Trump son sorprendentemente discretos, exceptuando los ocasionales “broches de oro trumpianos”: complementos dorados para el baño, o candelabros que parecen hechos para “Juego de Tronos”. Detrás de los dorados y sobrecargados exteriores y los mármoles de los lobbies, los espacios privados son de bajo perfil, decorados en grises, crema y tonos chocolate.
Esa moderación se extiende a otros aspectos de los establecimientos. La música en las piscinas y restaurantes no suele estar a volumen alto. Y los hoteles son para no fumadores, incluso en Las Vegas, una ciudad donde puedes quemar tu paga en los innumerables casinos de hoteles. Aun así, el Trump International Hotel Las Vegas no tiene casino. En cambio, venden huchas de cerdito Trump por 10$.
La fachada del hotel de Las Vegas es otro asunto. Tiene un impenitente “toque Midas”. El edificio parece un lingote de oro pero, después de todo, es Las Vegas. Gorras de baseball con la leyenda “Make America Great Again”, el eslogan de campaña de Trump, se venden en la Trump Store (30$), y adornan el bar cercano a la piscina, entre botellas de vodka.
En una de las paredes puede leerse otro lema de Trump, impreso sobre un espejo que ocupa todo el muro: “Ya que vas a pensar de todos modos, piensa en grande”. La máxima se aplica a las habitaciones. Mi habitación en Las Vegas, “upgraded” a una suite en el check-in (quizá porque el personal estuvo atento y sabían que era la tercera vez que me alojaba en un hotel de la cadena con mi tarjeta Trump Card que me acredita como miembro de su programa de fidelización; o quizá porque se imaginaron dónde trabajo, aunque no utilicé ni email ni teléfono del New York Times, pero sí me registré con mi nombre), incluía un congelador, un horno y un lavaplatos. Incluso en el Trump SoHo New York, las habitaciones más pequeñas miden 420 pies cuadrados (128 metros cuadrados).
Precios de lujo, fachadas estridentes, interiores discretos
Los precios son los de un hotel de lujo. La habitación disponible más barata para un fin de semana de julio en el Trump International Hotel & Tower New York es de 563$ (509€) la noche. En el Trump International Hotel & Tower Chicago es de 420$ (379€) la noche. Pero las habitaciones no están siempre fuera de alcance: por ejemplo, una búsqueda online me mostró habitaciones en el Trump International Hotel Las Vegas por 165$ (149€) la noche.
Ivanka Trump, sentada en una mesa del Trump Bar en el Trump Tower New York (el rascacielos utilizado como Wayne Enterprises en el film “The Dark Knight Rises”– “El Caballero Oscuro: la leyenda renace", sobre Batman, ver vídeo), asegura que el cliente de Trump Hotels no puede ser “encasillado”. “Tenemos millennials, gente del mundo del espectáculo, emprendedores, titanes de la industria y otros que empiezan sus carreras”.
En una de mis visitas a los Trump Hotels, conocí a hombres y mujeres de vacaciones o en viaje de negocios, algunos con sus familias. Los huéspedes hablaban inglés, francés, chino, hebreo y más. La página web de Trump Hotels es accesible en diferentes idiomas, incluido el chino y el árabe, a pesar de que el Sr. Trump propone “apretarle las tuercas” a China y prohibir a los musulmanes su entrada en los EEUU.
Los trabajadores del Trump SoHo aseguran que sus clientes son altos ejecutivos, atletas y actores. Las Kardashian son clientes habituales, a pesar de que una de ellas dijo en su vlog (vídeo blog) que las ideas políticas del Sr. Trump no tenían nada que ver con sus hoteles… matizando luego que no creía que Trump debiera ser presidente. Pero otros clientes celebrities han decidido boicotear la marca tras escuchar al candidato vetar la entrada de musulmanes a EEUU. Es el caso de Lucy Lawless, progatonista de la serie “Xena: princesa guerrera”, que a través de Twitter pidió a sus más de 140.000 seguidores que boicotearan la marca hotelera Trump.
Recientemente, el show “Jimmy Kimmel Life!”, creó un falso anuncio de Trump Hotels con el eslogan “No es culpa nuestra!”, donde pedía disculpas en clave de humor a los grupos ofendidos por el Sr. Trump en la campaña.
Bromas aparte, algunos expertos opinan que la campaña del Sr. Trump sí que ha dañado su negocio hotelero. El comparador de viajes Hipmunk aseguró en mayo que Trump Hotels era la única compañía hotelera cuyas reservas no habían crecido en el último año. De hecho, el porcentaje de reservas para Trump, sobre el total de reservas del portal, había bajado un 59%. En New York City y Las Vegas, los hoteles de Trump perdieron un 70% sobre el total de reservas.
Pero los directivos de Trump aseguran que la marca nunca ha estado en mejores condiciones. Cuatro de sus hoteles estuvieron entre el 0,4% de hoteles que consiguieron la máxima calificación AAA’s Five Diamond List este año. Preguntada si la campaña presidencial del Sr. Trump ha ayudado o perjudicado a sus hoteles, Ivanka Trump aseguró que “se había dado una trayectoria ascendente”, añadiendo que posiblemente hubiera ocurrido lo mismo sin la campaña.
Tras las sábanas de alta densidad de hilos, ha habido controversias en torno a los hoteles Trump. Desde la quiebra de los hoteles y casinos Trump en Atlantic City (tema que Clinton está aprovechando para atizarle políticamente) hasta una demanda relacionada con el Trump SoHo por parte de unos compradores que alegan haber sido engañados. Más recientemente, el Sr. Trump ha demandado a los chefs José Andrés y Geoffrey Zakarian, que cancelaron planes para abrir restaurantes en el Trump International Hotel de Washington, a causa de los comentarios del candidato sobre los inmigrantes mexicanos. (Puedes leerlo en Hosteltur: Donald Trump contra José Andrés, ¿quién ganará?)
A pesar de todo, el negocio familiar funciona. En otoño presentarán detalles sobre su nueva marca de hoteles lifestyle, que todavía no tiene nombre. Un nombre que al parecer no van a ponerle es Trump. ¿Es eso debido a que el apellido de repente ya no es bueno para el negocio? Ivanka Trump dice que es porque algunas propiedades simplemente no se corresponden con la marca Trump. Es común en las hoteleras introducir marcas que no utilizan su nombre. Marriott, por ejemplo, tiene cerca de 20 marcas, incluida la Ritz-Carlton.
¿Son los hoteles Trump tan ostentosos como el hombre del cual llevan el apellido?
Solo en la superficie. Detrás de las fachadas y los lobbies hay una sensación de calma y confort. No se fuma. No hay colores chillones. Incluso el servicio es lo que un empleado calificó de “servicio fantasma”: omnipresente pero silencioso. El Sr. Trump también es omnipresente. Pero no silencioso.
En las habitaciones de sus huéspedes él aparece en vídeos sobre los Hoteles Trump en un canal de televisión que parece ser un bucle sin fin. “La cosa que mejor hago es construir”, dice el Sr. Trump, en la presentación del próximo hotel Trump en la capital de la nación, que abrirá unas semanas antes de las elecciones presidenciales. “Mejor que “The Apprentice”, bromea (un show de televisión donde los concursantes compiten por un trabajo como aprendices del billonario Donald Trump, que hace de sí mismo). “Mejor que la política”, asegura.
Basado en el artículo de: Stephanie Rosenbloom para el New York Times.
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