El Pirineo Aragonés deja atrás la crisis reinventándose como destino
Entrevista con Pedro Marco, presidente de la Asociación de Empresarios de la Jacetania
Publicada 01/09/16- "Llevamos ya un par de años de mejora, tras unos años muy difíciles por la crisis económica"
- "Anteriormente, había muchas empresas que se limitaban a abrir la puerta, esperando que entrara gente"
- "En verano no hay una actividad predominante sino que es una combinación de muchos segmentos muy pequeñitos"
Las costas e islas españolas han sido las grandes ganadoras del verano, con millones de visitantes extranjeros y ocupaciones cercanas al 100%, gracias en parte a la coyuntura geopolítica y al "tsunami" de turistas prestados. Pero hay otros destinos que, sin contar con factores externos y llevando a cabo nuevas estrategias de creación de producto, han comenzado a ver la luz al final del túnel -con cifras muy modestas eso sí en comparación con el sol y playa- después de los duros años de la crisis económica. Un caso a destacar es el Pirineo aragonés. Hemos charlado con Pedro Marco, administrador de la empresa hotelera Inturmark, Jaca, y presidente de la Asociación de Empresarios de la comarca de la Jacetania.
¿Qué balance hace de la actual temporada turística?
Llevamos ya un par de años de mejora, tras unos años muy difíciles por la crisis económica.
¿A qué atribuye la mejora?
A parte del cambio de la coyuntura económica, la clave está siendo que la crisis nos ha obligado a todos a esforzarnos más. Tenemos que ser más imaginativos y proponer cosas diferentes.
¿Y cómo se trabajaba antes?
Anteriormente, había muchas empresas que se limitaban a abrir la puerta, esperando que entrara gente, o que te llamaran pidiendo disponibilidad y ya está. Ahora cada vez más todos nos dedicamos a organizar actos, eventos...
¿Han cambiado el modo de vender el verano?
En la temporada de invierno el producto más importante es el esquí, pero en verano no hay una actividad predominante sino que es una combinación de muchos segmentos muy pequeñitos. Y a raíz de la crisis hemos comenzado a trabajar cada segmento de forma específica, con proyectos muy concretos, pensando también en la promoción y la comercialización. Ahí es donde hemos sido capaces de comenzar a construir este nuevo verano que tenemos ahora.
¿Cómo lo hacen?
Es una estrategia muy compleja que requiere la participación de mucha gente y cada uno se esfuerza en el segmento de mercado que domina más. Pero ahora estamos logrando dar mucho más valor añadido a nuestros visitantes, con una oferta más completa y con más calidad. Con el tiempo podremos llegar a nuestro gran objetivo de siempre...
Es decir...
Desestacionalizar: trabajar fuera de agosto y del periodo vacacional. Dependemos mucho del turismo familiar, un segmento muy potente pero también muy concentrado en las vacaciones escolares.
Póngame ejemplos
Estamos organizando eventos musicales (folk, Pirineos Sur, música clásica en Canfranc, etc) y numerosas competiciones deportivas tanto oficiales como amateur, que de hecho atraen mucho más público. Una referencia es la Quebrantahuesos, con miles de plazas y el cupo lo llenan muy rápido. Y uno de los productos emergentes “estrella” de nuestro destino es la bicicleta de montaña gracias al impulso de la Zona Zero, en Sobrarbe, donde han recuperado los senderos entre los pequeños pueblos pirenaicos, algunos de ellos incluso abandonados.
La estrategia es compleja pero los frutos acaban llegando….
Efectivamente. No se trata solo de que lleguen turistas para asistir a esos eventos concretos en días puntuales, sino también porque esos actos te da a conocer como destino. Y la gente puede repetir más adelante con su familia o grupos de amigos.
¿Qué cifras manejan para este año?
Esperamos llegar a 1,6 millones de pernoctaciones en el Pirineo aragonés al cierre del año. Es una cifra de las buenas. Estamos en niveles similares respecto a los mejores años que se habían visto en el Pirineo antes de la crisis.
¿A parte de la caída de la demanda, por qué ha sufrido tanto este destino durante la crisis?
Debido a la apertura de plazas hoteleras durante los primeros años de la recesión económica, porque eran proyectos que habían arrancado hacía tiempo. Es decir, se amplió la oferta hotelera. Y si a eso le añades la bajada de afluencia de visitantes debido a la coyuntura económica, el resultado fue unas caídas de ocupación terribles. Ahora estamos volviendo a tener unas ocupaciones mejores pero para ello necesitamos un mayor volumen de visitantes.
¿Y cómo evoluciona el gasto del visitante?
Se ha recortado la estancia media en general. Para tener un volumen similar de pernoctaciones, estamos recibiendo muchos más viajeros. Por eso tenemos que ser muy dinámicos para atraer la gente.
Además, ha cambiado mucho la forma de comercializar: antes te vendía mucho la agencia de viajes, ahora ha ganado peso la venta online pero es solo de alojamiento, no servicios complementarios. Y al final ves que cada visitante hace un gasto menor en el destino respecto a los años anteriores de la crisis.
¿Ese cambio en las pautas de comportamiento del turista se va a quedar?
Creo que sí. También ves que en las tiendas los turistas gastan menos y lo mismo en los restaurantes, aunque este año hemos visto un pequeño repunte. En cualquier caso, se pide mucho más de menú porque ha habido un cambio de hábitos de consumo y esto no es circunstancial, es algo que ya va a ser estructural. Por eso insisto: hay que ir a buscar a la gente con propuestas imaginativas y diferentes. Por ejemplo, este año se ha hecho una super tirolina en Jaca, que era la mayor de Europa por longitud, y estaba llena todos los días. También se han hecho visitas teatralizadas a monumentos, espectáculos nocturnos de luces, aumenta la oferta de turismo activo, etc.
¿Reciben muchos turistas extranjeros?
Este año hemos notado un importante aumento del turismo francés, que supone la mitad de los visitantes extranjeros. En invierno el turismo extranjero supone un 5% del total, mientras que en verano te pueden subir hasta un 15% o 20%.
¿Qué ocupación han tenido en estos meses de verano?
En el mes de julio la ocupación fue del 49,42% que es una mejora respecto a julio del año pasado que fue del 41,9%. Las cifras de ocupación de agosto de este año todavía no han salido pero esperamos que sean mejores que las del 60% de agosto del año pasado. Algunos establecimientos alcanzaron casi el 100% de ocupación durante los primeros días de agosto. Pero en el conjunto del año la ocupación es del 35%.
Cae bastante...
Nuestras medias de ocupación son mucho más modestas respecto a los destinos de playa, porque en primavera y en otoño la ocupación cae mucho. Y debido a que es necesario vender con precios tan ajustados para que venga la gente, ahora para que salgan las cuentas algunos hoteles incluso tienen que cerrar de lunes a viernes. Este tema nos preocupa y queremos trabajar sobre ello.
En todo caso, las ocupaciones en la montaña contrastan con las logradas este año en los destinos de playa...
Claro, hablamos de diferentes segmentos de mercado. Quien busca la playa no se va a cambiar a la montaña. No obstante, la gente también se mueve ahora por experiencias (bicicleta, gastronomía…) y dentro de eso elige un destino. Quizá algunos clientes que vean que la playa está muy saturada y los precios muy altos, a lo mejor deciden ir a la montaña, pero sería algo circunstancial.
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