El presidente alemán, Johannes Rau, quien se encuentra de visita oficial en Baleares, instó al Govern a "redoblar" el esfuerzo para procurar un turismo ecológico y sostenible desde el punto de vista medioambiental, mientras que a sus compatriotas residentes en el archipiélago les pidió voluntad de integración en la tierra de acogida.
El presidente alemán, Johannes Rau, quien se encuentra de visita oficial en Baleares, instó al Govern a "redoblar" el esfuerzo para procurar un turismo ecológico y sostenible desde el punto de vista medioambiental, mientras que a sus compatriotas residentes en el archipiélago les pidió voluntad de integración en la tierra de acogida. En su discurso, Rau, que cerró ayer en Mallorca su visita oficial de tres días a España, señaló "la saturación de las vías de comunicación y en la construcción a menudo desbocada, en montañas de basura y aguas contaminadas, en restricciones en el suministro de agua potable y en un elevado consumo energético", como sombras de la actividad turística donde "afortunadamente" detecta signos de "reorientación hacia un turismo blando", en el que "se intenta conjugar aspectos económicos y ecológicos". Como ejemplos, destacó el premio otorgado en Johannesburgo a Calvià con motivo de la cumbre mundial sobre el desarrollo sostenible. Tampoco pasó por alto que "Mallorca y Balears también han triunfado en el plano económico" por disfrutar de una de las rentas más altas del Estado. "España, Balears y Mallorca son el destino turístico extranjero preferido de los alemanes", apuntó Rau, quien no obvió otros problemas derivados de tanto éxito. "En temporada alta la relación es de un mallorquín por diez turistas. Entiendo perfectamente que desde el punto de vista del nativo esta proporción pueda resultar a veces asfixiante y percibirse como una amenaza para las propias estructuras y formas de vida tradicionales", admitió el presidente alemán, que se extendió en el conflicto convivencial de esta actividad. "Se critica la falta de respeto por la propia cultura y la negativa de los turistas y residentes a adaptarse a ella. Estos a su vez se quejan de los supuestos 'paraísos turísticos de cemento´, servicios deficientes y precios excesivos", añadió, tras pedir a los cuatro millones de turistas alemanes que recibe Balears y a los casi 50.000 residentes germanos en las islas un esfuerzo de integración y buenos modos. "Pagar propina no da derecho a tratar mal a un camarero", dijo, además de recomendar visitas al interior como alternativa al sol y playa. En la posterior rueda de prensa avanzó que no descarta crear una estación social para entender a los mayores que "no tienen suficiente apoyo" y comentó que la colonia alemana en las islas le ha pedido más ayuda para sostener los colegios germanos, donde expresó su deseo de normalización lingüística, "como queremos que hagan los extranjeros que vienen a vivir a Alemania". No defendió explícitamente la ecotasa, por considerarla, "una cuestión interna", aunque señaló que la Kurtaxe, que se cobra en los balnearios alemanes, "es motivo de enojo para unos y fuente de ingresos para otros". Antich expresó la voluntad de su Ejecutivo por mejorar la convivencia entre ambos pueblos, abogó por un turismo sostenible y repasó actuaciones como la visita de los niños alemanes afectados por las inundaciones o la apertura de una oficina de las islas en Berlín. (M.G., Diario de Mallorca, 14/11/02)
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