Los ‘fabricantes de reclamaciones falsas’ irrumpen en el sector hotelero
Los más perjudicados acabarán siendo los turistas honestos, advierte Estalella
Publicada 06/10/16- Los 'claim farmers' están especializados en buscar posibles damnificados, agruparlos, conseguir pruebas y pasar toda esa documentación a los abogados
- La indemnización para el cliente puede llegar a multiplicarse por tres y hasta por cuatro por los gastos legales inflados
- Estas prácticas fraudulentas pueden provocar un alza de precios para el mercado británico y la dificultad para encontrar disponibilidad de camas en los destinos españoles
Los llamados ‘claim farmers’, o fabricantes de reclamaciones falsas, han irrumpido en el sector hotelero generando una situación “mucho más preocupante de lo previsto”, según reconoce el secretario general de CEHAT (Confederación Española de Hoteles y Alojamientos Turísticos), Ramón Estalella. Así lo han comprobado el propio Estalella, acompañado de Nuria Montes, secretario general de HOSBEC (Asociación Empresarial Hostelera de Benidorm, Costa Blanca y Comunidad Valenciana), e Inmaculada Benito, presidente de la FEHM (Federación Empresarial Hotelera de Mallorca), en la reunión que han mantenido esta semana en Londres con los representantes de los turoperadores.
Estos ‘claim farmers’, como se les conoce en el mercado británico, según explica el secretario general de CEHAT, “ni siquiera son abogados, sino que están especializados en buscar posibles damnificados, sean o no reales, agruparlos, conseguir pruebas y pasar toda esa documentación a bufetes de abogados que, además de la indemnización para el cliente, inflan los gastos legales hasta triplicarla y hasta cuadriplicarla”.
Estos ‘profesionales’ ya tienen experiencia en otros sectores en los que previamente han seguido la misma estrategia que están utilizando ahora en el hotelero. Así, como afirma Estalella, “comenzaron con supuestos afectados por malas praxis bancarias, luego con los seguros de los automóviles, incitando a fingir falsas lesiones en accidentes, para pasar posteriormente a ofrecer sus servicios a los perjudicados por los retrasos aéreos”.
Y ahora han elegido el sector hotelero para ampliar sus servicios promoviendo las reclamaciones falsas con un estudiado método de actuación, según ha revelado el secretario general de la patronal, ya que “a través de las redes sociales y campañas en prensa localizan a gente que se haya puesto enferma durante sus vacaciones en el extranjero o tras su regreso y fabrican la reclamación sin pruebas o con indicios falsos si es necesario. Incluso ha llegado a ocurrir en un hotel que entró personal con el uniforme de un turoperador que en realidad no trabajaba para él, con el fin de captar clientes”.
Su labor se ha traducido en un “incremento exponencial de las reclamaciones en el último año", según publicó HOSTELTUR noticias de turismo en 'Repuntan las prácticas fraudulentas de abogados británicos contra los hoteles'. Prueba de ello es que, según información de HOSBEC, el número de quejas ha pasado de las menos de 15 en toda España que hace un año registraban algunos operadores, a más de 200 en un único hotel. (Ver: ‘Los hoteleros, en pie de guerra frente a los abogados piratas’).
A ello se suma el hecho de que, como subraya Estalella, “la legislación británica le otorga al cliente tres años para presentar su reclamación sin tener que demostrar nada, sino que establece la reversión de la carga de la prueba y es el hotelero el que tiene que probar que a ese huésped no le ocurrió nada durante su estancia”, algo que años después de supuestamente haberse producido es prácticamente imposible.
En riesgo
Los hoteleros reconocen la labor de la OET de Londres, con Enrique Ruiz de Lera al frente, pero desde luego no se muestran dispuestos a “asumir responsabilidades que no son nuestras”. Las autoridades de ambos países, por su parte, están preocupadas y la Embajada española en la capital británica ha emitido una queja formal al Colegio de Abogados del país.
Estalella asimismo señala quiénes serán finalmente los más perjudicados por esta actividad fraudulenta: “Realmente se ponen en riesgo los viajes de los turistas británicos honestos, que sufrirán la subida de precios provocada por el alza en los seguros para cubrir este tipo de incidencias, lo que supondrá una clara pérdida de competitividad y quedarse fuera del mercado; además de poder encontrarse con una falta de disponibilidad de camas en los destinos españoles. Eso sí que daña los derechos del consumidor, que se vería así afectado por que otros fabriquen reclamaciones falsas”.
Por todo ello, concluye, “representa una nueva era en las relaciones entre turoperadores y hoteleros, que ya no volverán a ser como antes, aunque las verdaderas dimensiones de este cambio realmente las desconocemos”.
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