Hidalgo, corredor de fondo
Publicada 31/10/16
- Los ex dueños de Marsans, Gonzalo Pascual y Gerardo Díaz, miraban por encima del hombro a Hidalgo, al que no consideran de los suyos, algo que siempre molestó al dueño de Globalia
- Se decía y se dice de Hidalgo que tiene un modo de trabajar y unos modales un tanto heterodoxos que chocaban con sus colegas de otros grupos de su misma quinta
- De cara al futuro del grupo, y una vez agotada la vía de los chinos, Hidalgo ha hecho CEO a su hijo Javier y nombrado director general a Pedro Serrahima, hombre ajeno al sector pero cuyo fuerte son las nuevas tecnologías y el marketing
Hace más de 20 años que se cuestiona la figura y modo de hacer de Juan José Hidalgo, presidente y dueño de la mayoría accionarial del grupo Globalia (Air Europa, Halcón y Travelplán, entre otras compañías). Más de 20 años en que algunos vienen augurando el final de su empresa, pero más de dos décadas en que el grupo es cada vez más fuerte, ha superado la crisis y actualmente es el primer grupo turístico del mercado español.
Cuando Hidalgo creó en Salamanca Viajes Halcón tenía claro el objetivo de que era sólo el principio. Aunque el grupo nació a partir de una agencia de viajes, la primera vocación de su creador siempre ha sido la de transportista. No en vano, sus orígenes están ligados al transporte de viajeros por carretera.
Fue a primeros de los 90 cuando añadió una aerolínea al grupo de agencias y turoperador, a la que rebautizó como Air Europa, el mismo nombre con el que pasó a denominarse todo el grupo, hasta que coincidiendo prácticamente con el cambio de siglo dio paso a su actual nombre de Globalia.
Pues ya por entonces, cuando Herminio Gil era el director general de Globalia, y mano derecha de Hidalgo, se hablaba en algunos ámbitos del sector de que este grupo tenía “los pies de barro”. Se decía que todo su poderío era de humo ya que estaba fundamentado en el dinero circulante que manejaba de las reservas que iban de unas empresas a otras del grupo. Y también se decía de Hidalgo que tenía un modo de trabajar y unos modales un tanto heterodoxos que chocaban con sus colegas de otros grupos de su misma quinta.
Eran tiempos en que el sector emisor español, en volumen de ventas, estaba liderado por el grupo Marsans. Sus dueños, Gonzalo Pascual y Gerardo Díaz, hijos de empresarios, y que además de copresidentes del grupo ostentaban cargos de relevancia en la CEOE, miraban por encima del hombro a Hidalgo, al que no consideraban de los suyos. Algo que siempre molestó al dueño de Globalia, y que no disimulaba.
Otros empresarios de la quinta de Hidalgo, como Miguel Fluxá (grupo Iberostar), o Pablo Piñero (grupo Piñero) han ido alejándose de la actividad emisora y centrándose más en la hotelera. Y otros, como la familia Barceló, la han delegado en manos de un gestor que la revalorice de cara a posibles futuras operaciones.
Así las cosas, el grupo Globalia es, hoy por hoy, el grupo turístico líder del mercado español, lo cual no es incompatible con situaciones difíciles, como en los últimos tiempos ha sido la pérdida de la hegemonía en los viajes del Imserso (que compartía con Barceló en la UTE Mundosenior), o las partidas que ha tenido que dedicar a evitar males mayores en el caso de los residentes. Por no mencionar los millones retenidos por el Gobierno venezolano, como les ocurre a otras aerolíneas.
No obstante, más de 20 años después, siguen habiendo voces en el sector que cuestionan a Globalia y a su fundador y sembrando dudas sobre el futuro del grupo, apuntando a la edad de Hidalgo (75 años) y a las incógnitas del relevo generacional. Pero son voces que se llevan oyendo hace años y que contrastan con el crecimiento del grupo.
Y, sobre el futuro, las esperanzas de Hidalgo estaban centradas en la entrada de un socio que pusiera las bases para una salida a bolsa de Globalia. Pero una vez que se ha convencido de que los chinos no se acaban de definir, ha optado por dar un nuevo giro. Ha ascendido a CEO a su hijo Javier para colocar en la Dirección General a un ejecutivo ajeno al sector, pero de éxito en otro en el que la tecnología y el marketing son las primeras herramientas.
Pedro Serrahima llega a Globalia con el encargo, junto con Javier Hidalgo, de que el grupo apruebe la asignatura pendiente de las nuevas tecnologías en el B2C, tras el fracaso de la online Pepe Travel, y de maximizar la eficacia de las inversiones. Pero Juan José Hidalgo ya ha advertido que este cambio no significa que se retire y que seguirá al frente del grupo, como lo ha dicho en declaraciones este diario: “Tengo ya muchos años y no puedo estar en el día a día, aunque seguiré controlando la estrategia”, si bien concede que si algún día Globalia saliera a bolsa no lo haría él, sería misión de sus sucesores.
Y, mientras, Hidalgo sigue con el ojo avizor en busca de nuevos proyectos. El último es su entrada en el sector inmobiliario. El pasado jueves nos lo contaba a un grupo de periodistas en un autobús, en el camino entre Santo Domingo y Punta Cana. Además de los hoteles Be Live del grupo, está construyendo apartamentos para segunda residencia de dominicanos de clase media y de otros países en zonas turísticas.
Su objetivo es construir 400 apartamentos y venderlos sobre plano a un precio medio de 60.000 dólares. Y en eso está en estos días, viendo terrenos e inventando nuevas formas de seguir creciendo.
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