Baleares tiene que decidir qué quiere ser de mayor
¿El alquiler vacacional debería integrarse en ese nuevo modelo?
Publicada 31/10/16- Inmaculada Benito, presidenta de la FEHM, aboga por "pasar de un modelo de cantidad a otro de calidad que prime la rentabilidad sobre la masa"
- La tecnología juega un papel fundamental para la gestión turística inteligente que permite segmentar la demanda y crear nuevos productos para turistas repetidores
- Uno de los problemas con la economía colaborativa reside en la falta de capacidad sancionadora de la Administración local, que carece de instrumentos para defender los marcos regulatorios
La jornada organizada por Hosteltur ‘Gestión de destinos de éxito: el caso de Baleares’ (‘¿Está Baleares al límite? Los datos para el debate’, publicado por HOSTELTUR noticias de turismo) concluyó con un claro mensaje: Baleares tiene que plantearse qué modelo turístico quiere tener, pasar de un modelo de cantidad a otro de calidad. “Es el momento de preguntarse qué queremos ser de mayores”, afirmaba Ángeles Nogales, gerente de Fomento de Ibiza. Las discrepancias surgieron a la hora de decidir si el alquiler vacacional tenía cabida o no en ese nuevo modelo.
La presidenta de la FEHM (Federación Empresarial Hotelera de Mallorca), Inmaculada Benito, lo tiene claro: “Baleares tiene muchas potencialidades para poder adoptar un modelo de calidad que prime la rentabilidad (económica, social y medioambiental), sobre la masa”. Por ello aboga por “transformar el modelo económico balear en torno al turismo con políticas turísticas de segunda generación, relacionando el turismo con otros sectores, ya sea la sanidad, el medio ambiente, etc. Aprovechar el buen momento que estamos viviendo para crear una política turística integral que permita aprovechar las sinergias con otras actividades y entre el sector público y privado, pero aún queda mucho por hacer”.
Ángeles Nogales también es partidaria de “aprender a gestionar el éxito, que no procede de los turistas prestados ni de los problemas ajenos, sino que es el resultado de la inteligencia y del trabajo bien hecho de los empresarios". Sin embargo en opinión de Hans Müller, director de Contratación de Thomas Cook, ese éxito es el resultado de dos factores, "lo que se ha hecho: adaptar las leyes y las reglas del juego gracias a la colaboración público-privada para asegurar la rentabilidad de las inversiones, lo que se ha traducido en los últimos seis años en 1.000 millones de euros en la remodelación de 350 hoteles, con 250 mejoras de categoría. Una mejora de la calidad que atrae a más turistas, pero que también huyen de otros destinos con problemas, una demanda artificial que ha multiplicado las llegadas turísticas".
Para Nogales, "ahora es el momento de preguntarnos qué queremos ser de mayores, compatibilizando los recursos del destino y estrechando la brecha entre residente y turista para que éste deje de ser el enemigo en ese sentimiento antiturista que se está instalando en la población”.
En ese nuevo modelo, como ha explicado Jordi William Carnes, director general de Turisme de Barcelona, la tecnología juega un papel fundamental para la gestión turística inteligente que permite segmentar la demanda y “conocer qué quiere la gente según su edad, procedencia, etc.; utilizando esa inteligencia para crear nuevos productos que puedan interesar a los turistas repetidores porque no podemos venderles sólo playa. Ése es el reto”. En Barcelona ya lo están haciendo, dando respuesta a microsegmentos de demanda que sin embargo dejan “un retorno espectacular, como las bodas de los indios”.
La tecnología ha de enfocarse asimismo a la gestión de entradas a los monumentos, con un doble objetivo, añade: “mejorar la satisfacción del cliente y evitar saturar la calle con grandes colas, que no son asumibles, ni por los turistas ni por los residentes”.
Alquiler vacacional
¿Pero en este nuevo modelo tienen hueco las viviendas vacacionales? La respuesta de Inmaculada Benito es categórica: “Supondría un error incorporar los apartamentos en propiedades multifamiliares, no sólo porque suponen una competencia desleal, que también, sino por un problema de modelo en un territorio vulnerable como Baleares. Deben tener unas normas diferentes y no integrarse en el sistema turístico porque ya sabemos lo que va a pasar”.
Y pone como ejemplo “todas las economías más aperturistas, como Nueva York, Venecia, Barcelona, Amsterdam, están echando marcha atrás. ¿Es necesario estrellarnos para seguir luego ese mismo camino de vuelta atrás? Debemos ser más listos”. Por ello propone “dejarnos fuera de debates hostiles y centrarnos en la realidad, que no es otra que fortalecer la sostenibilidad del modelo”. Y advierte que si se abre la mano “parte de la oferta reglada puede decidir pasarse al otro lado y a ver qué va a pasar con el empleo que genera, que es superior al creado por el alquiler vacacional”.
Para Nogales la economía colaborativa -“es un cuento, porque si hay contraprestación económica es un negocio-, supone competencia desleal, un problema con los recursos que son limitados y la causa de la exclusión social que repercute en la calidad turística”; mientas achaca a la “falta de valentía” de la Administración la ausencia de límites impuestos a esta actividad.
En este sentido Jordi William Carnes ha incidido en que el problema reside en “la falta de capacidad sancionadora de la Administración local, que carece de instrumentos para defender los marcos regulatorios; no tienen instrumentos reales a su disposición para ello”. Aún así “hay que hacer aflorar esa realidad para que asuma sus responsabilidades” y para ello hay que regularlo, porque además “tenemos que ser conscientes de que la demanda no termina en Europa”, refiriéndose a los mercados emergentes de China (120 millones de chinos ya viajan fuera de su país) y la India, que “ya piensan en Barcelona como destino”.
En ello coincide con Juan Franch, profesor de la UIB e investigador del grupo DEAT (Derecho de la Empresa y Actividad Turística), quien subraya que es necesaria “una regulación pero que sea eficiente, es decir, realista y fácil de cumplir, y para ello con mecanismos de control. Es importante poner orden, que es lo que nos ha faltado, porque ya se sabía que en 2012-2016 una parte importante del PIB de las islas estaba fuera de la legalidad, y Baleares que siempre ha sido una Comunidad innovadora en legislación, debería tomar las riendas”.
Por su parte Juan Estarellas, presidente de ApturBaleares (Asociación de Apartamentos y Viviendas de Alquiler de Temporada), señalaba la necesidad de esa regulación “porque es un fenómeno global que ha venido para quedarse, y si se pone orden todos saldremos ganando”.
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