Reconocimiento facial en hoteles
Las posibilidades son infinitas, incluyendo muchas que generen un revenue directo
Publicada 20/12/16- Los constantes avances en potencia de procesamiento y resolución de las cámaras digitales ha permitido que hasta un simple móvil sea capaz de reconocer las facciones de su dueño
- El mundo hotelero naturalmente se puede beneficiar enormemente de este tipo de tecnologías
- Ya no necesitamos el móvil o Bluetooth para trazar el recorrido de los clientes en el hotel y sus instalaciones, sino que nos basta con su cara. Algo que siempre llevan encima, aunque vayan en bañador
La tecnología de reconocimiento facial ha pasado de las películas de espías a nuestra vida cotidiana. Las servicios de seguridad la emplean para identificar delincuentes, se puede utilizar para obtener el acceso a zonas restringidas, hasta nuestro móvil nos permite usarlo si reconoce nuestra cara. Y ahora ha llegado a los hoteles. ¿Será para bien?
Hace tan sólo unos años el término “reconocimiento facial” sonaba a ciencia ficción, alta tecnología perteneciente a la CIA y el MI6, las películas James Bond o del espacio. Pero los constantes avances en potencia de procesamiento y resolución de las cámaras digitales ha permitido que hasta un simple móvil sea capaz de reconocer las facciones de su dueño.
Ahora se emplea en todo el mundo, normalmente con propósitos de seguridad. Cámaras en zonas públicas permiten buscar sospechosos, leer matrículas en parkings, etc. Pero también hay tiendas que lo utilizan para reconocer a ladrones en la entrada y alertar a seguridad. O para ver que un cliente lleva más de media hora en la zona de las neveras y enviarle a un dependiente. U ofrecerle soluciones personalizadas a clientes fieles cuando entran en la tienda.
El mundo hotelero naturalmente se puede beneficiar enormemente de este tipo de tecnologías. ¿No sería estupendo saludar a un cliente que vuelve directamente con su nombre cuando llega a recepción? ¿O evitar las colas de espera a la sala de desayunos o comidas reconociendo las caras de los que entran y salen sin que se tengan que parar primero? ¿Quizá abrir las puertas de las zonas restringidas al personal cuando llevan las manos ocupadas (limpieza, cocina, camareros)?
Las posibilidades son infinitas y ni siquiera nos hemos detenido a pensar en aplicaciones que generen un revenue directo. Por ejemplo avisar al camarero del chiringuito de la piscina en su móvil de que hay alguien esperando en la barra, mientras él está en la parte trasera ordenando cajas o ha ido a reponer. También se puede alertar al portero de noche de que se ha detenido un coche en la puerta con el cliente XYZ y que debería ir a abrir. Avisar a la seguridad del casino del hotel de que un jugador de la lista negra se ha colado. O que hay personas en el recinto que no están registradas como clientes.
Ya no necesitamos el móvil o Bluetooth para trazar el recorrido de los clientes en el hotel y sus instalaciones, sino que nos basta con su cara. Algo que siempre llevan encima, aunque vayan en bañador.
Problemáticas legales y de privacidad
Pero aunque la tecnología sea impresionante y permita cientos de nuevas posibilidades para atender a los clientes y hacer su estancia más agradable, está el problema de la legislación y la privacidad. Guardar los datos biométricos de una persona sin su consentimiento no está permitido por la ley actualmente. De modo que, en principio, no se puede almacenar esta información hasta la siguiente visita del cliente, por mucho que eso facilitara su reconocimiento. Pero si obtenemos ese permiso por escrito, por ejemplo durante la firma del check-in, se nos abre un mundo de posibilidades infinitas para llevar nuestro negocio a nuevas alturas.
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