Orizonia pagaba a los bancos el doble de lo que ganaba
Publicada 30/10/13
Año a año, Orizonia acumuló un resultado de explotación de 234 millones de euros pero, paralelamente, tenía que pagar los intereses del apalancamiento, 476 millones en total. HOSTELTUR noticias de turismo adjunta el informe concursal con todas las cifras del grupo en sus casi siete años de vida. Expertos legales consideran ilegal el modelo de apalancamiento financiero que marcó la gestión de Orizonia.
Orizonia ha estado ganando dinero desde que nació en 2006 hasta un año antes de su quiebra, a primeros de 2013. De estos siete ejercicios económicos de vida, en seis obtuvo resultados positivos de explotación (74,7 millones de euros, 65,3, 38,2, 36,4, 28,8, y 31,6), y sólo en 2012 registró pérdidas (71,6 millones). En total, el saldo acumulado da unos beneficios de explotación de más de 234 millones de euros, lo que supone una cifra aceptable que garantizaría la actividad del grupo sino fuera por el modo en que se compró por parte de Carlyle y sus socios.
Ese modo de comprarlo, aportando sólo 157 millones de euros del total de 847 millones que cobró Iberostar, y consiguiendo el resto mediante créditos, con la intención de ir pagándolos con los flujos de la actividad del propio grupo turísticos (lo que se conoce como apalancamiento financiero), fue lo que llevó a Orizonia a la quiebra.
De hecho, a la vez que iba consiguiendo buenos resultados de explotación año a año, tenía que satisfacer los intereses que debía a los bancos por los créditos en esos siete ejercicios (95 millones de euros, 84, 69,3, 64,8, 71, 19,6 y 71,6), lo que hace un total de 475,7 millones de euros. Es decir, pagaba de intereses el doble de lo que ganaba.
Esa circunstancia hacía posible que el grupo hiciera público, año a año, no el beneficio neto, sino el Ebitda (beneficios antes de intereses, impuestos, depreciaciones y amortizaciones). El Ebitda fue positivo todos los años, incluyendo el 2012 (81,1, 94,2, 117, 91,3, 72,3, 59,6, 65,2 y 39 millones), sumando un total acumulado de 619,7 millones de euros. Es decir, el grupo ganaba dinero, incluso en los años de crisis, pero eso, y más, se iba en pagar intereses de una deuda que, lejos de menguar, iba creciendo.
La Ley prohíbe ese modelo de financiación
Y sobre el modo de comprar llevado a cabo por Carlyle y sus socios Vista e ICG, expertos juristas en procedimientos financieros aseguran a este diario que “la Ley prohíbe la asistencia financiera de la sociedad para la compra de sus propias acciones, según el artículo 81 de la Ley de Sociedades Anónimas vigente en el momento de la operación, y actualmente prohibido por el art. 150 Ley de Sociedades de Capital”.
A este respecto, habrá que esperar a que acabe el trabajo de la Administración concursal para ver si alguno o varios de los grandes proveedores-acreedores de Orizonia, quiere emprender acciones pidiendo responsabilidades legales. Una posible demanda que no iría contra Carlyle y los otros fondos, sino contra el órgano de administración de Orizonia (los gestores de la cúpula directiva) por permitir esa operativa, fruto de apalancamiento financiero.
Para saber más:
- Orizonia: Las verdaderas razones de su quiebra salen a la luz
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