Impresión 3D…¡Repuestos infinitos!

Empecemos por donde duele: ¿qué cuesta una impresora 3D? Pues 300 Euros. Y no…no se me ha caído ningún cero por el camino. 300 Euros. Y de una marca relativamente conocida. Y la otra pregunta del millón: ¿nos vale para el hotel? Pues la verdad es que si es un hotel pequeño sí. Pero cualquier establecimiento de más de 40-50 habitaciones necesita una máquina mayor y con más precisión. Principalmente porque cuanto mayor sea la máquina, tanto más grandes son las piezas que puede imprimir y tanto más precisas son.

Ya me parecía a mi…

Oigo a algunos de ustedes decir: “Muy barata era esa impresora…demasiado bueno para ser verdad.” Pero no es así. Incluso una impresora de calidad, de marca conocida, con una precisión más que suficiente para el propósito que nos ocupa, cuesta algo menos de 2.000 Euros. Ir mucho más allá no suele tener sentido, por el trabajo de mantenimiento que requieren las máquinas grandes, con respecto al beneficio que pueden proporcionar al hotel.

Vale. ¿Pero para qué puedo usar una impresora 3D?

Infinidad de repuestos en cuestión de minutos

Esa es la pregunta de verdad. ¿Qué rendimiento se le puede sacar a una inversión de 2.000 Euros, más el tiempo de la persona de mantenimiento que tiene que aprender a usar el sistema? Lo cierto es que la respuesta es corta e inequívoca: un rendimiento bestial. ¿Su hotel tiene mandos a distancia sin tapa de pilas? ¿Percheros rotos? ¿Botones de electrodomésticos partidos? ¿Rejillas de ventilación rajadas? La respuesta seguramente es sí en uno o múltiples de estos objetos. Con una impresora 3D se pueden crear repuestos para todos estos elementos, en el color original, en cuestión de minutos y sin tener que pagar el precio que quiera pedir el fabricante, sino sólo lo que cuesta el hilo de ABS que consume la impresora. Es decir, unos céntimos en la mayoría de los casos. Y la lista de posibilidades es infinita: tubos para aspiradoras que se hayan roto, mandos de la cocina, soportes, sujeciones, botones, tapas, pies, manetas de puertas, elementos de decoración, ejes, engranajes, ganchos, pinzas, teclas, jarrones, vasos, adaptadores, pasacables…

No hay fin a las posibilidades. Pero claro, para imprimir estos objetos se necesitan los modelos 3D primero, para poder enviarlos a la impresora. Por suerte, una vez más, Internet viene a nuestro rescate. En sitios como www.thingiverse.com hay decenas de miles de objetos 3D, ya optimizados, que hasta pueden verse en 3D directamente en el navegador, y descargar de forma gratuita. Un breve paseo por este sitio nos dará una idea de las posibilidades que ofrece la impresión 3D. Así que ya saben: en la próxima oferta de empleo para cubrir un puesto en mantenimiento estaría bien incluir “dominio de impresión 3D”. Por si acaso.