La industria hotelera se recuperará en dos o tres años, antes que el resto del sector

Así lo estimó ayer Joan Molas, presidente de la Confederación Española de Hoteles y Alojamientos Turísticos (CEHAT), durante la presentación del Observatorio de la Industria Hotelera para el tercer trimestre de 2011, elaborado conjuntamente por la patronal y PwC. El presidente ya había adelantado las cifras para el sector turístico durante la conferencia Sevilla Pulso Turístico 2.0, en la que, tal y como publicaba este diario, animaba a los hoteleros en centrarse en atraer al mercado nacional.

Este índice hotelero, que mide las expectativas de los empresarios asociados a CEHAT, que representa a más de 14.000 establecimientos hoteleros españoles, simboliza una perspectiva de mejora del 35% con respecto a 2010 de cara a la temporada de verano y una previsión de un crecimiento del 4% en el número de turistas al cierre de 2011.

Según Álvaro Klecker, socio responsable de turismo de PwC, esto demuestra que se ha consolidado el optimismo, que ya se venía viendo en el índice del trimestre anterior, lo que se puede traducir en un mensaje de confianza para el sector turístico español. Ha destacado que la industria turística ha superado los grandes problemas inmobiliarios y financieros que tenía hace un año y medio, y, si bien, todavía existen, han pasado ahora a un segundo plano.

Reclamo al turista nacional

No obstante, y a pesar de las mejoras esperadas tanto en ocupación como en estancia media (estimada en 7,35 días por viajero) para la temporada estival, el comportamiento del mercado nacional sigue sin beneficiar al sector, ya que, tal y como ha explicado Molas, este cliente, a diferencia del internacional, espera siempre a encontrar descuentos y ofertas de última hora. Es el cliente internacional el que está sustentando ahora el crecimiento, tanto por la mejora de la situación económica de los principales mercados emisores como por la desviación de turistas del norte de África, y eso, aunque beneficia a algunos destinos, no afecta de la misma manera a aquellos que dependen básicamente del comportamiento del cliente español.

Dentro del viajero no residente, Molas ha destacado la importancia que está adquiriendo el turista ruso, que, aunque la proporción es todavía muy pequeña en comparación con los otros países emisores, ha crecido un 35%.

Respecto a los destinos que mejor perspectivas presentan ha señalado Canarias (que ha recibido 300.000 pasajeros adicionales), Costa del Sol, Cataluña y algunas zonas de Baleares y del Levante.

Los precios, según las estimaciones del sector, podrían llegar a recuperarse, tras varios ejercicios de una clara contención. En este sentido, Molas ha afirmado: “No podemos aplicar lo que algunos vienen denominando subastas permanentes de precios”. La mejora de este indicador indicaría, por tanto, una mejora de la rentabilidad.

También se espera para el verano una subida del número de fijos discontinuos o eventuales empleados en el sector turístico, doblándose la capacidad de contratación hasta los 60.000 nuevos trabajadores, frente a los 30.000 del 2010.

En cualquier caso, para que la industria turística mejore son necesarios una serie de cambios estructurales. Entre ellos, el presidente de la CEHAT ha señalado un pacto de estado que implique a todos los partidos políticos a nivel público-privado, una normativa legal adecuada a la hostelería que permita una flexibilidad de contratación basada en ocupación y ventas, una gestión aeroportuaria adecuada y un IVA acorde con el turismo como principal sector de España.

Perspectivas macroeconómicas

El índice macroeconómico del Observatorio de la Industria Hotelera Española refleja igualmente una mejora de la confianza en la evolución económica del país, con un crecimiento del 34% respecto al año pasado. Esta recuperación se viene dando desde verano de 2008, y experimenta un fuerte repunte desde 2009 y 2010, cuando se dieron las peores expectativas. Los expertos consultados coinciden en que el progreso al alza del PIB en España, con un crecimiento sostenido en los próximos años, supondrá una lenta mejoría de la economía española y afectará de forma similar a la reducción de la tasa de paro en el país.