Hostelería y turismo, fuera de la responsabilidad social corporativa
Responsabilidad corporativa de la gran empresa turística
Publicada 05/07/11- Las empresas líderes son pilares básicos del modelo de turismo sostenible que todos predicamos; su efecto de arrastre sobre otras empresas de menor tamaño que pivotan en torno a ellas es claro
Las grandes empresas españolas de hostelería y turismo no figuran entre las que prestan más atención a su responsabilidad corporativa. Alfonso Vargas apunta que quizá la crisis sea en parte causa de esta situación, pero defiende que las grandes empresas deben incluso en periodos complicados tener presente su papel ejemplar y de liderazgo. "Responsabilidad corporativa de la gran empresa turística", muy ausente.
Recientemente se ha dado a conocer el trabajo elaborado por el Club de Excelencia en Sostenibilidad titulado “Estudio Multisectorial sobre el estado de la responsabilidad corporativa de la gran empresa en España”, en su edición 2011. En él, el sector “Hostelería, Turismo” no aparece, ni de lejos, entre los más destacados por sus prácticas de responsabilidad corporativa (RC): sólo cuatro tienen una puntuación más baja (“Aeronáutica, Automoción y Autopistas”, “Siderurgia y Metalurgia”, “Residuos y Aguas” y ”Seguros”). Además, es el que más ha bajado su puntuación con respecto al estudio anterior, de 2009.
Pese al sesgo que pueda representar el limitado conjunto de empresas (6 en 2011 y 5 en 2009) incluidas en el referido estudio dentro del bloque “Hostelería, Turismo”, estos datos merecerían una reflexión por parte de todos los agentes implicados, públicos y privados.
Quizás la severidad de la crisis sufrida en este periodo pueda explicar en parte dicho retroceso, pero las empresas líderes son pilares básicos del modelo de turismo sostenible que todos predicamos; su efecto de arrastre sobre otras empresas de menor tamaño que pivotan en torno a ellas es claro, como también el del mimetismo. Por otro lado, habría que preguntarse hasta qué punto el mercado (los turistas) presiona a las empresas a avanzar en esta materia, en la medida en que los comportamientos económica, social y ambientalmente responsables de las empresas son percibidos, valorados e influyen en la decisión de compra de cualquiera de nosotros; y, en suma, hasta qué punto la dirección de estas empresas perciben el retorno de las acciones de RC.
Aunque el último informe no ofrece la información sectorial desglosada por áreas de RC, el de 2009 nos muestra que:
- La mayor brecha se encuentra en la gestión de los grupos de interés: es ahí, pues, donde las empresas turísticas parecen estar más rezagadas, lo que resulta relevante bajo el prisma de que la RC, en palabras de Valdemar de Oliveira Neto (Director del Instituto ETHOS), "es la capacidad de una empresa de escuchar, atender, comprender y satisfacer las expectativas legítimas de los diferentes actores que contribuyen a su desarrollo".
- Por el contrario, la gestión social externa es el apartado en que más destacan, situándose prácticamente a la misma altura que el sector más puntero.
Centrándonos donde hay un mayor espacio para la mejora, la gestión de los grupos de interés afecta a aspectos como:
- El establecimiento de un marco de relaciones con cada uno de los grupos de interés (previamente identificados y priorizados).
- La elaboración de un informe de RC o de sostenibilidad, y su verificación por profesionales externos independientes.
- La comunicación y promoción externa de las medidas de RC adoptadas por la empresa a través de medios diversos, junto con un compromiso explícito con los principios de la RC en materia de publicidad.
Llama la atención que aunque todas tienen un informe de RC o sostenibilidad, éste no es objeto de una verificación independiente, lo que ciertamente le hace perder mucho valor.
Otra conclusión interesante es que este sector se ha volcado más en la gestión social externa que en la interna, como suele ser habitual en los procesos de implantación progresiva de una política de RC que abarque todas sus dimensiones o áreas de aplicación. Ello nos alerta, no obstante, del camino que es preciso seguir recorriendo, vinculando más la RC con las políticas de gestión de los recursos humanos, máxime si tenemos en cuenta el carácter crítico y la problemática particular del factor humano en esta actividad de servicios.
Finalmente, una referencia a la gestión ambiental, en la que el sector objeto de nuestro interés se encuentra a la cola.
Todo esto nos retrotrae a la necesidad de una más cabal comprensión de los impactos (económicos, sociales y ambientales) del turismo, una actividad económica que no es, en absoluto, neutra, por más que haya sido definida como la industria sin chimeneas.
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