Fin del roaming: en zonas más turísticas podría haber sobrecarga en la red
Desde mañana no habrá recargo por llamar y navegar con el móvil desde otro país de la Unión Europea
Publicada 14/06/17- Los ciudadanos podrán usar sus móviles por Europa como si estuvieran en su propio país
- Las operadoras de los países más turísticos han sido las más reticentes a la desaparicióm del roaming, ya que puede haber una pérdida de calidad
- Hasta ahora, algunas compañías instalaban infraestructuras adicionales para ofrecer un servicio adecuado en verano, que sufragaban con el dinero del roaming
El roaming o coste por uso del teléfono móvil en itinerancia en otros países europeos desaparece desde mañana, tal y como establecieron las autoridades comunitarias. Los usuarios podrán hablar y navegar por internet con su móvil en Europa como si estuvieran en su propio país, sin ningún coste añadido. No obstante, este verano puede tener un efecto negativo en el turismo, como una menor calidad del servicio en los municipios que en estos meses concentran un mayor número de visitantes, según advierten expertos de la Universitat Oberta de Catalunya (UOC).
Los ciudadanos de la Unión Europea dejarán de pagar de más por utilizar sus datos móviles fuera de su país, así como hacer llamadas o enviar mensajes. Pero no todo son ventajas para esta nueva etapa que se abre desde mañana. El profesor de la UOC, José Antonio Morán, que imparte estudios de Informática, Multimedia y Telecomunicación, cree que el fin de este cargo es una "medida necesaria", pero prevé una pérdida de calidad del servicio en las zonas más turísticas, como España, donde en verano las redes estarán más sobrecargadas.
Recuerda que las operadoras de los países más turísticos han sido las más reticentes a esta medida, ya que puede incidir en una pérdida de calidad, dado que es posible que la infraestructura actual no pueda aguantar el incremento de conexiones que recibirá a partir de ahora.
En ciudades habituadas a recibir miles de visitantes cada mes, como Barcelona o Madri , la infraestructura está más preparada, pero el problema radica en los municipios pequeños que en verano multiplican su población por el gran número de visitantes que reciben, indica el profesor.
Tanto los turistas como los residentes en estos lugares podrían encontrarse con momentos en los que no puedan llamar, que se corten las llamadas o que los dispositivos vayan muy lentos a la hora de navegar.
Hasta ahora, algunas compañías instalaban infraestructuras adicionales para ofrecer un servicio adecuado en verano, que sufragaban con el dinero del roaming, pero ahora, muchas operadoras no efectuarán estas mejoras o lo harán repercutiendo el coste en todos los usuarios.
La profesora de estudios de Economía y Empresa de la UOC, Neus Soler, asegura que las compañías ya han comenzado a subir las tarifas y cree que "si el coste real que significa para la compañía mantener este servicio supera el importe que la Comisión Europea fija que deben cobrar, lo que hará la operadora es repercutirlo a través de las tarifas nacionales".
Una larga negociación
Desde hacía unos diez años, la Comisión Europea venía trabajando en la eliminacióm de este recargo. Las tarifas por el uso del móvil en el extranjero eran muy elevadas y en los últimos años había conseguido imponer reducciones de precios a las operadoras de telefonía superiores al 90%.
Las compañías justificaban ese sobrecoste por la cantidad que a su vez debían pagar a las operadoras extranjeras por el uso de sus redes cuando sus abonados se comunican desde el extranjero, un coste denominado precio mayorista y que hasta el momento, la empresa contratada acababa remitiendo al consumidor.
Por otro lado, y con el fin de evitar un uso abusivo de la supresión del roaming, la UE ha impuesto unos límites que parten de que el consumidor tiene que usar más el móvil en su país de origen que cuando esté de viaje y las compañías están autorizadas a realizar esta comprobación en un periodo de cuatro meses. En ese caso contactarán con el usuario, que tendrá un plazo de 14 días para justificar su consumo. Si no puede hacerlo, la operadora podrá cobrar los recargos máximos establecidos por la UE. Se trata de evitar que alguien contrate una tarifa más barata en otro país de la UE y la emplee en su propio Estado.
Por otro lado, los usuarios europeos podrán conectarse desde un barco o un avión cuando estén conectados a una red terrestre localizada en el territorio acordado.
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