Razones para un salario mínimo de 14.000 € en el sector turístico
"El turismo es una bendición, pero las zonas turísticas españolas comienzan a ser especialmente poco prósperas"
Publicada 16/06/17- "El caso más hiriente es Baleares, que era la provincia con la renta per capita más alta de España hace 30 años"
- "Cuanta más densidad del turismo, peor, más atrás se están quedando determinadas zonas"
- "No es un problema de estacionalidad o calidad de turismo. La respuesta es simple: el turismo paga salarios bajos"
La implantación en España de un salario mínimo para los trabajadores vinculados al turismo, concretamente de 14 pagas anuales de 1.000 euros, contribuiría a elevar el nivel de renta en aquellas comunidades autónomas y provincias más dependientes de la actividad turística, al mismo tiempo que permitiría contrarrestar el discurso anti-turístico. Así lo expone el economista Miquel Puig Raposo.
"Desde el punto de vista económico, el turismo es una bendición. Sirvió para sacar a mucha gente de una vida durísima. Pueblos que podían ser muy atractivos para un urbanita, en realidad eran muy duros para quien vivía allí", explicaba Miquel Puig el pasado 9 de junio en Sitges, durante una jornada sobre los retos turísticos de esta localidad catalana.
"Pero esta bendición tampoco sale gratis. España ha conseguido un gran éxito turístico en base a una gran inversión para ser líder", recordó Miquel Puig, doctor en Económicas por la Universidad de Barcelona y que también fue director general de Abertis Airports entre 2004 y 2007.
Y es que según sostiene este economista, "estamos viviendo una paradoja: el turismo aporta mucho dinero pero las zonas turísticas españolas comienzan a ser especialmente poco prósperas".
La siguiente video-entrevista de tres minutos y medio sintetiza algunas de las ideas expuestas por Miquel Puig.
El caso más hiriente: Baleares
"El caso más hiriente es Baleares, que era la provincia con la renta per capita más alta de España hace 30 años gracias al turismo. ¿Qué sentido tiene que Baleares, con sus posibilidades, los esfuerzos e inversiones allí, tenga una renta per cápita más baja que la provincia de Lérida... Qué hemos hecho mal?"
Y es que, a pesar de que "el turismo crea muchísimos puestos de trabajo, las zonas turísticas españolas comienzan a estar asociadas a zonas con alto paro. De nuevo, Baleares tienen una tasa de paro más alta que la provincia de Lérida, tanto en temporada alta como en baja. Y no estoy hablando de excepciones, esto es la norma, son ejemplos".
Una reflexión colectiva
Por tanto, remarcó Miquel Puig, "tenemos que reflexionar colectivamente qué estamos haciendo mal con el turismo. Porque hemos tenido un éxito colosal y se han cumplido los objetivos de atraer más turistas, diversificación de nuevos segmentos como turismo de congresos, cultura, etc".
Ver también El sector turístico recupera todo el empleo destruido durante la crisis así como El turismo generó el 15% del empleo creado en España en 2016.
"Pero lo que perseguíamos, que era la prosperidad y la plena ocupación, no está conseguido y encima nos estamos alejando. Y cuanta más densidad del turismo, peor, más atrás se están quedando determinadas zonas".
La respuesta a la paradoja: los salarios bajos
Por tanto, según sostiene este economista, "no estamos ante un problema de estacionalidad ni de calidad de turismo. La respuesta es simple: el turismo paga salarios bajos".
En cualquier caso, matiza Miquel Puig, "obviamente ni todos los salarios bajos son turísticos ni todo el turismo paga salarios bajos. Pero es un hecho estadístico que el turismo es el sector que peores sueldos paga. Y es imposible ser próspero pagando sueldos bajos".
Según la estadística oficial, el sueldo medio de la hostelería en España se sitúa en 13.850 euros, frente a un salario medio de 23.320 euros.
Además, debido al auge de los procesos de externalización de plantillas y subcontratación de labores, las condiciones de empleo y sueldo pueden quedar reguladas bajo otros convenios diferentes a la hostelería, por ejemplo limpieza, con menos ventajas para los trabajadores.
Y esta tendencia a los salarios bajos, según explica, se hace muy visible en aquellas zonas más dependientes de la actividad turística: "cuanto más densidad tengas de un sector que paga poco, lógicamente irás atrás. Si el turismo tiene cada vez más peso en ciertas comarcas o provincias, éstas irán para atrás en prosperidad de su población respecto a otras zonas".
Así que para muchos destinos, "donde ya estábamos dispuestos a aceptar los inconvenientes" asociados al turismo (saturación en determinados momentos del año, ruidos, etc) se plantea un dilema: "¿Dónde están las ventajas si no hay prosperidad ni plena ocupación laboral?" Ver también Así se reparten 2,8 millones de trabajadores en el turismo.
"Un país que ha decidido ser pobre"
Miquel Puig recuerda que antes de la reforma laboral del 2012 muchos sueldos del sector de la hostelería estaban regulados por convenios laborales provinciales. "Pero desde entonces, los hoteleros también están comenzando a pagar muy poco".
Ver también La reforma laboral impide que el auge del turismo se traslade al empleo, asegura el presidente de AC Hotels by Marriott, Antonio Catalán.
Miquel Puig puso un ejemplo de un anuncio publicado hace unos días en un portal de empleo: “Empresa de facility services selecciona camareras de piso para hoteles de 4 y 5 estrellas en Barcelona. 36 horas por semana, de lunes a domingo, día de descanso rotativo. 765 euros brutos mensuales, 12 pagas. Esto lo permite la reforma laboral". Ver también Los sindicatos negocian con la patronal regular la externalización.
Para Miquel Puig, "un país donde se paga ese dinero por ese trabajo es un país que ha decidido ser pobre". Ver también CCOO y UGT denuncian la precariedad de los nuevos empleos turísticos.
"Porque esas personas, aunque cobrasen 900 euros, no pagan impuestos al estar exento el IRPF. Pero sus hijos van a escuela públicas, ellos al ambulatorio y al hospital, y cuando se jubilen tendrán una pensión y el derecho a recibir ayudas de dependencia… Ellos no lo habrán pagado, tampoco el hotelero ni el cliente del hotel. Lo paga la sociedad. Hemos decidido que la sociedad subvencione unas actividades", remarcó Miquel Puig.
Ver también Las Kellys, el nuevo factor disruptivo de la hotelería española.
"No podemos criminalizar al empresario turístico"
Y en cualquier caso, apuntó, "no podemos criminalizar al empresario turístico porque pague poco. Si es posible hacerlo, lo acabará haciendo. A todos, como sociedad, nos interesa decir 'se debe pagar más' y los convenios colectivos deben cumplirse y el salario mínimo debe ser más alto".
¿Podría un país como España sufrir una pérdida de turistas debido a un encarecimiento de los costes laborales? Miquel Puig descarta este escenario en el entorno actual, cuando la OMT prevé crecimientos continuados en los flujos turísticos internacionales hasta el año 2030. Ver también España se encamina a los 84 millones de turistas internacionales este año.
"Si queremos que el turismo nos vuelva a traer prosperidad y plena ocupación, se necesita una acción colectiva para pagar dignamente a todos los trabajadores turísticos. Pueden pensar que son ingenuo, pero Henry Ford pasó a la historia porque obligó a la industria automovilística a pagar mejores sueldos porque si no, los trabajadores norteamericanos no comprarían coches".
La mejor respuesta frente a la turismofobia
Miquel Puig considera además que elevar los sueldos en el sector sería la mejor forma de contrarrestar el discurso anti-turístico que sigue extendiéndose por España
"Si queremos parar la ola de crítica feroz contra el turismo, el sector debe responder pasando al ataque. Y los trabajadores turísticos son la clave, mucho más que la desestacionalización o que vengan turistas de mayor gasto".
¿Se podría cambiar el modelo económico?
¿Y si un territorio determinado muy enfocado al turismo quisiera cambiar de modelo económico, para así elevar el nivel de vida?
Miquel Puig adopta un enfoque muy pragmático al respecto: "La experiencia muestra una y otra vez que cambiar el modelo económico no es fácil".
Por eso, concluye, en muchas zonas de España el camino marcado es muy claro: "Hay que seguir apostando por el turismo. Lo que funciona es seguir haciendo lo que sabes hacer, pero mejor. No debemos cargarnos el turismo. Al contrario, aquí tenemos la gallina de los huevos de oro, aunque no sean tan de oro en estos momentos".
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