España debe tener la obsesión de participar en la revolución digital

Álvaro Nadal ha destacado en este sentido el papel que debe tener España en la revolución tecnológica actual, aludiendo a la importancia de “llegar a tiempo de reaccionar a los cambios para evitar repetir errores pasados”. Además ha remarcado que “la digitalización permite una mayor estabilidad económica y bienestar”, haciendo hincapié en la importancia de la ciberseguridad, cuya relevancia ha equiparado a la de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado.

Nadal ha asegurado que el país tiene emprendedores relevantes en cuestiones como la sanidad digital y la inteligencia artificial en castellano, así como en áreas como la industria de animación, pero ha añadido, dando por supuesto la dificultad de crear “el próximo Google”, que la clave es "cómo conseguir que haya un sector tecnológico que se consolide en el país".

De izq. a dcha, Amancio López, Josep Piqué y Álvaro Nadal, durante su intervención en los Encuentros Hotusa.

El segundo reto relacionado con la revolución digital es lograr, según el ministro, que todo este proceso impregne “al conjunto de los sectores tradicionales” de la economía española; también al sistema jurídico y tributario, “totalmente analógico”, que debe ser capaz de adaptar su legislación al mundo digital.

Impacto en el empleo

Nadal se ha preguntado qué efectos puede tener la revolución digital sobre el empleo, y para ello ha recordado que en los años 20 más del 70% de la población española se dedicaba a producir alimentos, una tarea que hoy sólo ocupa al 2% de la población. Buena parte de la población se fue recolocando paulatinamente en otras tareas, recordando que gracias a la revolución industrial se logró disponer un mes de vacaciones al año o de dos días por semana para el ocio.

Por ello el ministro cree que la revolución digital puede aumentar el tiempo de ocio y hacer que la sociedad dedique más tiempo a la gente. El objetivo final, en su opinión, debe ser lograr que la próxima generación de españoles tenga un nivel de vida similar al de los países más avanzados de Europa, pero para ello España debe ser capaz de participar de esta revolución tener un Estado del bienestar “correcto y que funcione”.

Nadal ha debatido con el exministro Josep Piqué sobre la situación económica y la evolución tecnológica en España, encuentro que ha contado con la asistencia de más de 200 profesionales del sector. En su intervención Piqué ha aludido a “la gran capacidad de adaptación y flexibilidad de la sociedad española frente a circunstancias económicas adversas y en épocas de crisis”.

Los dos protagonistas han coincidido en la incidencia transversal que la revolución tecnológica tiene en nuestra sociedad, afectando a todos y cada uno de los sectores de actividad; eliminando el papel del intermediario para acceder directamente a una mayor cantidad de información. Prueba de ello son las gestiones de las entidades bancarias, que las han puesto como ejemplo.