Limitar los viajes a Cuba es de "interés nacional" para los EEUU
Publicada 28/09/17
- Todos los presidentes de EEUU han firmado prorrogar la ley que define el embargo sobre Cuba, incluso Obama
- Barack Obama abrió la posibilidad de los viajes de estadounidenses a Cuba, aunque no como turistas
- Trump nunca ha escondido su deseo de volver atrás la apertura impulsada por Obama en las relaciones Cuba-EEUU
El 9 de septiembre, mientras el huracán Irma atravesaba Cayo Romano para internarse en las aguas al sur de Cayo Coco, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, renovó por un año la Ley de Comercio con el Enemigo, estatuto de 1917 que solo afecta a Cuba y que constituye la base del bloqueo impuesto a la isla por casi seis décadas. La Casa Blanca alegó el "interés nacional" de los Estados Unidos para darle a esta ley otro año de vida.
La Ley delega en el jefe de Estado la posibilidad de aplicar sanciones económicas en tiempo de guerra o en cualquier otra emergencia y prohíbe el comercio con los considerados enemigos o sus aliados durante conflictos bélicos.
Ante la cercanía del 14 de septiembre, plazo que haría expirar el ejercicio de ciertas facultades bajo esa legislación, la Casa Blanca decidió mantener el fósil legislativo durante otro año y lo justificó alegando el “interés nacional” de los Estados Unidos.
En realidad, desde 1962, cuando John F. Kennedy recurrió al estatuto para imponer el “Embargo” contra Cuba, éste ha sido renovado por todos los gobernantes. Así lo hicieron Lyndon B. Johnson, Richard Nixon, Gerald Ford, Jimmy Carter, Ronald Reagan, George H. W. Bush, Bill Clinton y George W. Bush.
Barack Obama, que tuvo el valor de reconocer el fracaso del bloqueo en el empeño de recuperar el dominio sobre Cuba, decidió firmarlo otra vez al final de su mandato, cuando ya la isla de 11 millones de habitantes y su poderoso vecino habían restablecido relaciones diplomáticas y avanzaban en diversos proyectos mutuamente ventajosos.
Aunque la eliminación total del Bloqueo es facultad del Congreso, Obama utilizó las prerrogativas presidenciales que autoriza la Ley de Comercio con el Enemigo para eliminar algunos obstáculos que se interponían entre Cuba y los Estados Unidos, lo que permitió a miles de estadounidenses viajar a la isla vecina, a pesar de la prohibición de hacerlo en calidad de turistas.
La nueva firma implica que el actual presidente tiene autoridad para modificar algunas de las sanciones contra Cuba; pero, luego de las declaraciones que acompañaron al decreto presidencial del pasado 16 de mayo, cuyo espíritu trascendió en las más recientes amenazas en las Naciones Unidas, dos semanas después del huracán, nadie se hace ilusiones en Cuba de que esas potestades no sean utilizadas para escalar un retroceso en las relaciones bilaterales que dificulte aún más los viajes de ciudadanos norteamericanos a la isla del Caribe.
Donald Trump ya ha manifestado en ocasiones su deseo de revertir las reformas de Obama, e incluso ha tenido algunas presiones de diplomáticos en ese sentido, como publicamos en Piden a Trump que revoque las medidas de apertura hacia Cuba.
REDACCIÓN HOSTELTUR CUBA
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