La imagen de Cataluña y España en el Reino Unido, bajo lupa
"El destino va a ser menos exitoso respecto a otro escenario donde no se estuvieran produciendo los problemas actuales"
Publicada 05/10/17- "La evolución dependerá de cuánta violencia podamos ver, contra quién se dirige la violencia y qué más puede ocurrir"
- "Se necesitaría bastante más que un poco de política doméstica para socavar la capacidad de Barcelona como destino MICE"
- "Si los respectivos gobiernos de España y Cataluña se escuchan entre ellos, esto sería muy efectivo"
La actuación policial del pasado domingo en Cataluña con motivo del referéndum de independencia, los cortes de carreteras y autopistas durante la jornada de huelga del pasado martes y las manifestaciones continuas en las calles de Barcelona comienzan a tener un efecto en el mercado británico. "No hay duda que el destino va a ser menos exitoso respecto a otro escenario donde no se estuvieran produciendo los problemas actuales", dice David Tarsh, fundador de Tarsh Consulting, firma especializado en estrategia y comunicación, con numerosos clientes en la industria turística.
¿Cree que la actual situación en Cataluña podría afectar al mercado británico?
La respuesta es "podría". Esto dependerá de
cuánta violencia podamos ver, contra quién se dirige la violencia y qué más puede ocurrir.
¿Por ejemplo?
Si suceden muchas huelgas esto
seguramente podría tener un impacto importante, porque la gente no quiere ir a
un destino donde es posible que no puedas viajar. No
obstante, creo que tendrían que producirse muchas huelgas en Cataluña para que viéramos este efecto.
¿Algunos segmentos pueden ser más sensibles que otros, qué me dice por ejemplo de los congresos y convenciones?
Hay que tener en cuenta que en este tipo de
viajes las reservas tienden a hacerse con mucha anticipación. Así que lo que
ocurra ahora puede que no afecte al futuro. En cualquier caso, Barcelona destaca como destino MICE por sus fáciles y múltiples conexiones aéreas y además en la ciudad
hay muy buenos sitios para organizar convenciones. En el mercado europeo, Barcelona es un destino muy
eficiente en costes.
También hay destinos competidores...
Sí, pero la
combinación de centros de convenciones de calidad, hoteles, el atractivo en sí de la ciudad, un montón de conexiones aéreas y el hecho que no sea muy cara, hace que Barcelona tenga una posición muy fuerte en este segmento. Y estos
fundamentos no son fáciles de desplazar. En conclusión, se necesitaría bastante más
que un poco de política doméstica para socavar la capacidad de Barcelona como
destino MICE.
¿Y por lo que respecta al segmento de ocio?
Hoy en día los turistas pueden ir de vacaciones a cualquier sitio del mundo. Y hay una fiera competición entre los destinos por atraerlos. Pero al mismo tiempo, se trata de un mercado muy sensible al precio. Es increíble como una bajada de los precios puede incentivar a los turistas a ir a determinados sitios aunque no lo considerasen al principio. Pero por otra parte, cada vez que tienes inestabilidad, interrupciones de servicios en un destino, etc, te conviertes en un sitio poco atractivo. Cuando ves a la gente peleándose dices "yo no quiero ir ahí". Al fin y al cabo puedes mirar muchas otras ofertas en otros sitios. Por tanto, la inestabilidad nunca ayuda en términos de atraer negocios. Así que en esas circunstancias no puedes esperar un crecimiento de la actividad turística.
¿En suma?
Barcelona tiene unos cimientos muy sólidos pero si va a bajar o subir algo su
actividad turística... Ésa es otra cuestión, difícil de concretar.
Pero reitero que la inestabilidad política nunca ayuda.
En el pasado hemos visto disturbios y
terrorismo en Egipto y el mercado cayó
mucho. Vimos también disturbios en Tailandia, pero la política doméstica se arregló y los turistas
siguen fluyendo en masa a ese país. Por tanto, la imagen del destino y la propuesta de valor para los turistas marca la
diferencia. Y sobre todo hacia quién se
dirige la violencia. Si la violencia se dirige a los turistas, eso causa un
impacto mucho mayor que si solo se trata de un asunto doméstico.
¿Puede prever un escenario para Cataluña?
No hay duda que el destino va a ser menos exitoso respecto a otro escenario donde no se estuvieran produciendo los problemas actuales. Si no hubiera estos problemas, Barcelona lo estaría haciendo mejor. Pero hasta qué grado negativo el destino quedará afectado es difícil de concretar.
¿Y considera que la situación en Cataluña puede acabar perjudicando a la imagen turística de España en su conjunto?
Lo mismo que he explicado respecto a la fortaleza de Barcelona se puede aplicar para el conjunto de España también. En cualquier caso, la interacción entre el Gobierno catalán y el gobierno central desde luego puede afectar a la imagen del país. Veamos por ejemplo el caso de Donald Trump en Estados Unidos.
¿A qué se refiere?
Tras llegar a la Casa Blanca, Trump aprobó un decreto que prohíbe viajar a EEUU si procedes de determinados países musulmanes. Pero eso ha afectado a la imagen del destino entero, hasta el punto que los ciudadanos europeos tuvieron menos ganas de viajar a Estados Unidos, a pesar de que ellos no estaban afectados por esa prohibición. Lo hemos visto en una caída de las reservas aéreas desde Europa y no se han recuperado aún. Por tanto, deberemos esperar a ver qué cosas más ocurren en España.
¿Si la situación empeorase, podrían usarse estrategias de relaciones públicas o campañas de promoción para contrarrestar esa imagen negativa?
La mejor herramienta de relaciones públicas es
escuchar. Tenemos dos orejas y una boca
y deberíamos usarlas en esa proporción y
orden. Si los respectivos gobiernos de
España y Cataluña despliegan esta específica herramienta de relaciones públicas
entre ellos mismos creo que sería muy efectivo.
Si tienes un conflicto con tu
propia gente o con tu socio, no tendría sentido gastarse dinero en una
campaña de promoción turística, mientras la prensa está siendo testigo de
todo lo que ocurre. No sería un buen uso del dinero catalán. Una vez resuelta
la situación política, creo que el Gobierno catalán podría llevar a cabo determinadas acciones para
demostrar el entusiasmo hacia el turismo. Por
ejemplo podrían organizar algún tipo de festival para atraer visitantes.
Pero
nada de ello servirá si al mismo tiempo estás manteniendo una lucha con Madrid. Lo más
inteligente que puedes hacer, mientras la prensa internacional te está mirando,
es tratar de arreglar el conflicto hablando con el otro. Esto tendrá un
impacto positivo más que cualquier otra cosa.
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