Las críticas vertidas sobre la figura del presidente del Govern balear, Francesc Antich, el pasado vidernes de boca de los representantes de las grandes firmas hoteleras -que lo acusaron de fomentar una mala imagen de Baleares- obtuvieron réplica anoche en la cena de Navidad que celebró el PSIB-PSOE.
Las críticas vertidas sobre la figura del presidente del Govern balear, Francesc Antich, el pasado vidernes de boca de los representantes de las grandes firmas hoteleras -que lo acusaron de fomentar una mala imagen de Baleares- obtuvieron réplica anoche en la cena de Navidad que celebró el PSIB-PSOE. La contestación del presidente del Govern, se enmarcó en un tono de advertencia: «Ellos dicen que hablarán con el Govern después de las elecciones, pero tal vez seamos nosotros quienes no queramos hablar con ellos», sentenció en la tradicional cena navideña. Y es que en la pasada 'velada hotelera', el presidente de Federación Empresarial Hotelera de Mallorca (FEHM), Pere Cañellas, además de culpabilizar al Govern de propiciar que el 2002 haya sido, a efectos económicos, «el peor año de los últimos 20», acusó al ejecutivo autonómico de realizar una 'persecución' contra los hoteleros que crítican la política del Ejecutivo balear. Como 'arma', según Cañellas, utilizan los expedientes y las inspecciones. «La prueba la tenemos en el Hospital de Manacor», declaró Cañellas, en alusión a las sanciones que recibieron los médicos del centro de salud, tras denunciar que el Ib-Salut falseaba las listas de espera. «Es muy triste que por culpa de media docena de empresarios -y lo digo porque estoy convencido de que la gran mayoría de los hoteleros quieren paz, concordia y diálogo- continúe la confrontación y la guerra con el Ejecutivo balear», señaló. Asimismo, consideró «muy lastimoso que el presidente de los hoteleros, respondiendo a las consignas del PP, haya utilizado una cena de Navidad para, una vez más, ir en contra del Pacto de Progreso e insultarlo». El presidente del Govern se ofreció a «enseñarles a querer Baleares», ya que a su juicio, hasta ahora y con las críticas realizadas, han demostrado que no aprecian esta comunidad, según la agencia Efe. En otro orden, dijo que si los socialistas vuelven a gobernar la próxima legislatura, la prioridad será convertir el archipiélago en un «país con igualdad de oportunidades y cohesionado, no a través de himnos y banderas, sino de mejores servicios públicos», señaló. En su opinión, no toda la población de Baleares es rica. «Necesitamos distribuir la riqueza para mejorar los servicios que afectan a muchas personas», aseguró. Por ello consideró «importante» que en el próximo mandato el PSIB-PSOE de un impulso al bienestar de las personas. «A fin de conseguir unas islas sociales donde no haya ningún excluido», añadió el líder de los socialistas de Baleares, que tras recordar que si desde 1983 el debate político se ha centrado en el debate territorial, el «reto» ahora son las políticas sociales. Al respecto, abogó por profundizar en la línea ya iniciada durante la presente legislatura con los partidos del Pacto de Progreso, «y luchar para crear más viviendas públicas, mejorar los servicios sanitarios y educativos y conseguir que «las personas adineradas no sean mejores que otras por llevar dinero en el bosillo», declaró. En este contexto, recordó que el Govern ya ha llevado a cabo iniciativas como la implantación de la ecotasa, un «símbolo de solidaridad entre turistas y residentes, y entre el sector turístico y el primario», según Efe. En la cena celebrada en la noche del sábado en una sala de espectáculos de Bunyola estuvieron presentes casi 2.000 militantes y simpatizantes del partido político. Repetidas veces el presidente tuvo que interrumpir el dicurso a causa de los vítores y consignas contra el Partido Popular que se gritaban desde las mesas. (D.E., diario El Mundo-El Día de Baleares, 23/12/02)
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