El Consell de Menorca apura los plazos para intentar aprobar antes de las elecciones el Plan Territorial Insular (PTI), que abrirá las puertas a la construcción de más de 5.400 plazas hoteleras en la costa. Estas inversiones han permanecido congeladas durante los dos últimos años a raíz de la moratoria urbanística.
El Consell de Menorca apura los plazos para intentar aprobar antes de las elecciones el Plan Territorial Insular (PTI), que abrirá las puertas a la construcción de más de 5.400 plazas hoteleras en la costa. Estas inversiones han permanecido congeladas durante los dos últimos años a raíz de la moratoria urbanística. Aun cuando el Pacte menorquín logre cumplir los plazos que se ha fijado, comenzará entonces la auténtica carrera para las empresas turísticas: tendrán que ponerse a la cola, si no lo han hecho ya, pues el Consell tan sólo autorizará 600 plazas hoteleras cada año en toda la isla para dosificar el crecimiento. De este modo, será precisa casi una década para que se ejecuten la totalidad de las 5.400 plazas que se encuentran pendientes de desarrollo en las zonas en las que la Conselleria de Ordenación del Territorio ha recortado las expectativas mediante operaciones de esponjamiento y reconversión. La mayor bolsa de oferta turística de nueva planta se ubicará en la costa norte de Es Mercadal. El Plan Territorial preserva un solar de 34.360 metros cuadrados en la urbanización Punta Grossa I, junto a la playa de Arenal den Castell, para construir un hotel de 400 plazas. El Consell también permitirá construir 1.350 plazas hoteleras junto a la playa de Son Parc (donde ya existen 2.521) y 900 en el núcleo de Coves Noves, próximo al Port d"Addaia. El departamento que dirige la consellera Maria Lluïsa Dubón también ha aplicado el bisturí en la urbanización Canutells (Maó). Convierte en suelo rústico 170.100 metros cuadrados que estaban clasificados como urbanizable, pero autorizará la construcción de un hotel de 450 plazas en la superficie restante. Las expectativas de crecimiento permanecían paralizadas desde hace casi dos décadas en Son Bou (Alaior). La subasta pública de los terrenos que pertenecieron a la antigua Rumasa coincidió con la moratoria turística decretada en 1998, por lo que su desarrollo está ahora en manos del Plan Territorial. Las casi 5.000 plazas turísticas previstas inicialmente han quedado al final reducidas a menos de la mitad. En Torre Solí se podrá edificar un hotel de 450 plazas. La cadena Sol Melià no podrá construir junto a la playa y tendrá que repartirse, más lejos de la costa, 900 plazas hoteleras con el grupo Edivissa, participado por el turoperador italiano Alpitur. Por último, el Consell convierte en suelo urbano una finca rústica en la que Siteme, la promotora entre cuyos accionista se encuentra la esposa del vicepresidente del Parlament Félix Fernández, podrá desarrollar 600 plazas en dos complejos turísticos. (M.A.R.C., diario El Mundo-El Día de Baleares, 27/12/02)
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