Cuba: Hoteleros concienciados con el medio ambiente

Los hoteleros mallorquines están siendo absolutamente respetuosos con el medio ambiente. Cada indicación del Gobierno es obedecida al pie de la letra, y los consejos de los científicos son seguidos a pie juntillas por los empresarios insulares. Cualquier cambio negativo del entorno es subsanado por los hoteleros, siempre bajo la supervisión de los expertos en medio ambiente. Esta descripción no es imaginaria ni obedece a deseos incumplidos, sino que ocurre en la realidad... pero en Cuba. En las zonas turísticas del país caribeño, los científicos locales llevan a cabo un control exhaustivo de la influencia que los hoteles tienen en las playas y el mar, y sus sugerencias son atendidas por los directivos de los hoteles, según explicaban dos científicas cubanas, Maria Elena Perdomo y Mercedes Cano. Ambas trabajan en institutos dependientes del ministerio de Ciencia, Tecnología y Medio Ambiente de su país, y han permanecido tres semanas en Palma trabajando en el Imedea para procesar datos correspondientes a un programa científico financiado por el Banco Mundial. El trabajo es coordinado por el oceanólogo Carlos Duarte, muy conocido por trabajos desarrollados en todo el mundo, que le han valido galardones de gran prestigio. Duarte señaló que este trabajo de control del medio ambiente cubano "es una actividad pionera que trata de establecer una estrategia sostenible de turismo". Una de las preocupaciones que tienen los científicos en Cuba es la erosión de las playas, que se da en zonas de gran penetración mallorquina como Varadero. La pérdida de arena preocupa al Gobierno porque el 60% de su PIB depende del turismo, y éste se ve atraído sobre todo por la gran calidad de las playas. Una de las cuestiones planteadas a los hoteleros es el retiro progresivo de la hojarasca de las playas, lo que resulta negativo para el mantenimiento de las mismas. Los directores de los hoteles hacían limpiar las playas para evitar que el entorno se afeara, sin saber que estaban animando a la erosión de las mismas. Los científicos les explicaron el alcance de su acción, y detuvieron inmediatamente la limpieza de hojarasca. Además, se organizan cursillos de medio ambiente para los directores de hotel, para formarles a fin de que colaboren en el mantenimiento del entorno. El programa que realizan las dos científicas y el Imedea se quedará sin financiación en 2004 y en Cuba carecen de fondos para mantenerlo, por lo que deberán apelar a instituciones públicas o privadas para seguir adelante, ya que el futuro del turismo cubano depende en buena medida de este control de las playas y sus aguas. Sin embargo, se requiere muy poco dinero: apenas 50.000 euros al año. Duarte señaló que su intención es "comprometer a los inversores" en el desarrollo de las investigaciones marinas, puesto que su intervención redundaría en su propio negocio, ya que el mantenimiento de la naturaleza de Cuba tiene una relación estrecha con el negocio hotelero. El científico indicó que los hoteleros mallorquines comprenden lo que supone el medio ambiente en Cuba, y puso como ejemplo el trabajo realizado para proteger las dunas, ya que se han construido terraplenes sobre las mismas, a fin de que los viandantes caminen sobre ellos y no destruyan las dunas. Perdomo y Cano destacaron el hecho de que 27 instituciones de 15 ministerios cubanos están implicadas en la protección del medio ambiente marino, lo que da una muestra del interés que tiene el Gobierno en esta cuestión. Por ello, Duarte considera que los empresarios mallorquines querrán participar en el sostenimiento de los programas científicos de investigación. (M.M., Diario de Mallorca, 03/01/02)