Colomer: "La nueva Ley de Turismo multiplica las sanciones por intrusismo”
Se abre un nuevo debate sobre la tasa turística, que cuenta con el rechazo de la Generalitat
Publicada 22/01/18- "Total respeto a lo que las Cortes legislen, pero nuestra posición es contraria a establecer una tasa turística"
- "Creemos que España debería jugar un papel más contundente en el seno de la Unión Europea en el ámbito de la economía colaborativa"
- "En 2017 hemos avanzado en dos ámbitos que nos parecían dos grandes retos: la lucha contra la estacionalidad y la mejora de la rentabilidad"
Tras la aprobación del proyecto de la Ley del Turismo, Ocio y Hospitalidad por parte de la Generalitat Valenciana -aún en trámite parlamentario-, la tasa turística centra ahora el debate político. Sin embargo, el secretario autonómico de Turismo, Francesc Colomer, rechaza su implantación, como explica en esta entrevista publicada en la revista HOSTELTUR de enero-febrero.
¿Cómo se ha comportado el turismo en la Comunidad Valenciana en 2017?
Ha sido un año francamente bueno en términos cuantitativos. Hemos avanzado en dos ámbitos que nos parecían dos grandes retos: la lucha contra la estacionalidad y la mejora de la rentabilidad. También hemos dado un paso hacia adelante en el aspecto cuantitativo y, además del sol y playa que es un producto que nos ha posicionado tradicionalmente, los mercados están redescubriendo el potencial de esta comunidad en cultura, gastronomía, turismo activo, experiencias o en el turismo rural.
¿Cómo afrontan el Brexit?
A día de hoy, el mercado británico, el principal emisor internacional de la Comunidad Valenciana, no se ha resentido. Presenta un buen comportamiento en número y en gasto. Además es importante en el turismo residencial, tenemos colonias británicas en diferentes ámbitos, sobre todo en el sur. Es un mercado muy importante y hemos reforzado la promoción en el Reino Unido.
¿Cuáles son las principales aportaciones de la Ley de Turismo y Ocio, aprobada recientemente por la Generalitat Valenciana?
Una de las principales novedades de la nueva normativa, que está ya en sede parlamentaria -su aprobación definitiva depende del calendario del Parlamento-, es que multiplicamos por 20 las sanciones para disuadir o frenar el intrusismo y la competencia desleal, que creo que es el gran problema que tienen los destinos.
Estamos haciendo mucha pedagogía contra el intrusismo, pero la ley tiene que contemplar también otras cosas, empoderar a otros actores y disuadir. Es una propuesta de valor, no sólo una medida administrativa sin más. El articulado hace una exaltación de la vertebración territorial, la competitividad, la cualificación, el capital humano, la creación de conocimiento y su transferencia al sector o el paisaje como gran incubadora de productos nuevos. Es una auténtica transcripción del código ético mundial del turismo a la legislación valenciana en derechos y obligaciones para todos los actores del sector y así nos lo ha reconocido la OMT en varias ocasiones.
Introduce, además, un nuevo sistema de gobernanza colaborativa…
La ley introduce elementos de gobernanza diferentes. En la dirección de la política turística estarán los empresarios, los sindicatos, las universidades, la cámara de comercio, las marcas turísticas, que son las diputaciones, las principales ciudades, y nosotros, el Gobierno valenciano, al 50%. Además, la ley regulará la futura Agencia Valenciana del Turismo que se llamará Turisme Comunitat Valenciana, pero cambia toda su filosofía.
¿En qué se va a notar el principal cambio de la agencia?
En la forma y en el fondo. En la manera de decidir, en democracia las formas son tan importantes como los contenidos. Por eso, en el órgano de gobernanza de la política autonómica estará todo el sector, todo el ecosistema público y privado, más el comité de ética. El gran reto era coordinar a todas las administraciones del territorio. Y los contenidos de la ley vienen cargados de información, investigación, cultura, patrimonio o paisaje, como ejes identitarios del modelo turístico que buscamos, más la hospitalidad y la ética.
Respecto al intrusismo y la competencia desleal, ¿cómo es su relación con las plataformas de alojamiento?
Con algunas plataformas hemos llegado a acuerdos, con otras hemos abierto expedientes sancionadores que hemos llevado hasta las últimas consecuencias, ya que estamos hablando de multinacionales, de gigantes globales, y no se puede disuadir con sanciones anecdóticas. Tenemos una mesa contra el intrusismo, donde están las empresas, los consumidores, los ayuntamientos y la policía autonómica. En este sentido también tenemos esa gobernanza colaborativa.
Además de las sanciones, ¿desarrollan otro tipo de medidas?
Intentamos también hacer mucha pedagogía con el propósito de vincular la oferta legal a la única que genera marca, prestigio y reputación, mientras que incidimos en lo clandestino como algo que degrada y que puede frustrar la experiencia de un consumidor si se deja guiar por este tipo de ofertas, que además pueden acabar siendo un fraude.
¿Qué resultados está dando la campaña de control sobre la oferta ilegal?
Hemos logrado aflorar unas cifras considerables de viviendas, este año 3.000 más que el año anterior. Hemos hecho un trabajo permanente de revisión, de inspección, con los medios que tenemos, que son ciertamente pocos. Además, en varias ocasiones, hemos trasladado a la Secretaría de Estado de Turismo la necesidad de armonizar la legislación. Creemos que España debería jugar un papel más contundente en el seno de la Unión Europea en el ámbito de la economía colaborativa. Ésta ha venido para quedarse y me parece genial, pero otra cosa es comercializar alojamientos que no tienen ni el número de registro. Es lo mínimo que pedimos, es una mínima garantía de calidad y nos lo hemos tomado muy en serio. Una vivienda que no tenga número de registro no puede estar en circulación. Esto es lo que las plataformas deben asumir, algunas lo han hecho y las que no lo han hecho las hemos sancionado.
Otro de los grandes temas que tienen sobre la mesa es la implantación de la tasa turística, que exigen algunos grupos de la oposición...
Total respeto a lo que las Cortes legislen, pero nuestra posición es contraria a establecer una tasa turística. No la veo por varios motivos. Por un lado, porque hay mercados emisores todavía muy sensibles al precio –en Reino Unido puede caer el poder adquisitivo por el Brexit-; por otro, me parece injusto que se aplique una tasa sólo para el alojamiento, cuando es una de las actividades turísticas que se esfuerza por tener mercados, por traer gente que al final consume en comercios, restaurantes, en transportes o en teatros. Sin olvidar un concepto más filosófico, como es la hospitalidad, que tiene que ver con un atributo de nuestro territorio turístico. No traslademos al turista nuestras insolvencias o nuestra incapacidad para organizar la ciudad, el turista paga por todo. Por tanto, en ese aspecto más filosófico no veo una tasa para el turista que ya paga por todo.
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