Barcelona alejará de la ciudad tres terminales de cruceros
Publicada 23/01/18
- La reordenación incuye el traslado de tres terminales de cruceros y una de ferrys, estando previsto que se complete en 2026
- Colau quiere agrupar más lejos de la trama urbana las terminales de cruceros y recuperar el frente marítimo para los vecinos
- La ciudad tendrá un máximo de siete terminales de cruceros, que quedarán agrupadas en el Moll Adossat
La alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, ha firmado un acuerdo con el presidente de Port de Barcelona, Sixte Cambra, que incluye diversos pactos que "facilitarán la integración del área portuaria en la ciudad y la llenarán de actividades culturales y docentes, además de limitar su uso comercial y garantizar un modelo de gestión sostenible". Dicha reordenación incuye el traslado de tres terminales de cruceros y una de ferrys, una operación que se realizará por fases, completándose en 2026.
Según explica el Ayuntamiento, el acuerdo con el Port de Barcelona permitirá reordenar los espacios portuarios de la ciudad, limitar y agrupar más lejos de la trama urbana las terminales de cruceros y recuperar el frente marítimo para el uso de los vecinos y las vecinas. La Autoridad Portuaria de Barcelona se compromete, además, a tomar medidas para mejorar la gestión del tráfico de cruceros y reducir el impacto de las emisiones contaminantes.
El puerto de Barcelona, con una superficie de 2.000 hectáreas, que representa un 20 % de la superficie de la ciudad, tiene un impacto social, económico y territorial importante, así como un fuerte valor simbólico y un vínculo emocional estrecho con los barceloneses y las barcelonesas.
“Recuperamos más puerto para usos ciudadanos y lo abrimos todavía más a la ciudad. Queremos un espacio ordenado, integrado y más abierto para que los vecinos y las vecinas lo disfruten al máximo”, ha remarcado la alcaldesa.
La ciudad tendrá un máximo de siete terminales de cruceros, que quedarán agrupadas en el Moll Adossat, ubicado delante de Montjuïc, cuya ampliación se acelerará. El objetivo es alejar la actividad crucerista de la vida urbana y liberar las Drassanes, Maremàgnum y el muelle de Barcelona para nuevos usos públicos que todavía se tienen que concretar.
Eso supone el traslado por fases de tres terminales de cruceros y una de ferrys, que se completará hacia el año 2026. El pacto recoge también el compromiso de la Autoridad Portuaria de Barcelona de evaluar el impacto medioambiental del tráfico de cruceros y tomar medidas para reducir las emisiones contaminantes, además de mejorar la gestión del traslado de los cruceristas para evitar la saturación de la parte baja de La Rambla.
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