Barceló: “No se pueden legalizar pisos turísticos porque paguen impuestos”
Simón Pedro Barceló plantea que la Sociedad decida el modelo
Publicada 26/01/18- Es la Sociedad la que tiene hacer valoraciones y tomar decisiones. El remedio no es legalizar porque se paguen impuestos
- No se debe legalizar porque paguen. Es más bien una cuestión de saber qué modelo turístico queremos
- El problema es que ese ‘todo vale’ de ahora distorsiona los espacios, dificulta la convivencia e intoxica los precios de las viviendas
Para Simón Pedro Barceló, copresidente del grupo Barceló, la problemática de los pisos turísticos no se arregla haciéndoles pagar impuestos: “No se debe legalizar porque paguen. Es más bien una cuestión de saber qué modelo turístico queremos. La sociedad debe pronunciarse sobre qué modelo turístico y urbano quiere”, indica en una entrevista a HOSTELTUR.
El debate sobre la proliferación de los pisos turísticos en las grandes ciudades ha vuelto a ponerse de actualidad a raíz de la moratoria anunciada por el Ayuntamiento de Madrid, por la que suspenderá durante un año las licencias para pisos turísticos en edificios residenciales el distrito Centro.
A este respecto, el copresidente del segundo grupo hotelero español se refiere al cambio de modelo que puede suponer la proliferación de vivienda turística en las ciudades: “Hace muchos años que España decidió convertirse en un destino turístico de primer nivel, porque se consideró que el turismo era bueno para el país, y esto propició un gran desarrollo hotelero”.
“Ahora aparece un modelo no reglado que pone en riesgo la actividad hotelera y cambia los usos de los espacios de las ciudades, mezclando en las mismas zonas el uso residencial y el turístico no reglado. Ante esta situación, es la sociedad la que tiene que hacer valoraciones y tomar decisiones. El remedio no es legalizar porque se paguen impuestos”.
Simón Pedro Barceló va más al fondo de la cuestión, y se refiere al urbanismo que estructura el espacio de las ciudades, en las que “no se mezcla el uso residencial con el industrial, de igual modo que, desde que España de desarrolló como gran destino, no se mezcla tampoco con las zonas turísticas. El problema es que ese ‘todo vale’ de ahora distorsiona los espacios, dificulta la convivencia e intoxica los precios de las viviendas”. Barceló concluye señalando que la apuesta por la calidad, “de la que se viene hablando hace décadas, es incompatible con no revisar estos nuevos modelos distorsionadores”.
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