US Airways y American ponen fin a la etapa de megafusiones en la industria aérea de EEUU
Publicada 10/12/13
La consolidación de la industria aérea de Estados Unidos nuevamente ocupa los titulares de la prensa mundial con la fusión de dos de las más grandes aerolíneas del país y que aún quedaban por tomar esta vía para sobrevivir en un sector cada vez más competitivo y menos rentable. Tras superar escollos, protestas y demandas judiciales salidas al paso, US Airways y American Airlines han completado legalmente la operación este lunes, descartando el pronóstico de que no sería antes de febrero de 2014. La nueva American se convierte en el primer coloso aéreo del mundo y EEUU, ya que será un 2% mayor que United Airlines, la actual número uno, un tema abordado este mes en la Revista Hosteltur [1].
Las acciones del nuevo grupo, que se denomina American Airlines Group, cotizan desde este lunes en el mercado electrónico Nasdaq bajo las siglas AAL.
La fusión, una operación valorada en 18.000 millones de dólares, finalmente fue posible después de que el Tribunal Supremo de Estados Unidos rechazara la noche del sábado pasado un recurso de última hora, presentado por un grupo de consumidores y agencias de viajes, en contra de la fusión argumentando que la reducción de la oferta de aerolíneas provoque un aumento de precios. Sin embargo, mediante el acuerdo con el Departamento de Justicia (DOJ), las aerolíneas ya habían renunciado a diversas franjas horarias. El acuerdo fue aprobado el pasado 27 de noviembre por un juez federal de Nueva York.
La última mega-fusión americana
En febrero de este año, los consejos de administración de US Airways y American Airlines (AA) aprobaron en reuniones separadas su varias veces divulgada fusión, poniendo fin a la etapa de consolidación de la industria americana a través de megafusiones de sus grandes operadoras: United Airlines-Continental Airlines, Delta Airlines-Northwest Airlines y Air Tran-Southwest Airlines.
La nueva American tendrá un valor nominal de 11.000 millones de dólares (8.252 millones de euros) y se convertirá en la mayor aerolínea del mundo y en la más importante de Estados Unidos, ya que será un 2% más grande en términos de tráfico y capacidad que United, la actual número uno.
A pesar de la venta de activos impuesta, la nueva compañía generará más de 1.000 millones de dólares (738 M €) en sinergias netas anuales a partir de 2015.
Dimensiones colosales
La nueva aerolínea mantendrá el nombre de American Airlines -la marca más fuerte y de mayor posicionamiento internacional- y su sede permanecerá en el Aeropuerto Internacional de Dallas-Fort Worth, Texas.
El Aeropuerto Internacional Douglas de Charlotte, base principal de US Airways, será el segundo hub del nuevo grupo aéreo que tendrá una plantilla de más de 100.000 empleados, una flota de más de 1.500 aviones con la que operará 6.700 vuelos diarios desde nueve aeropuertos centrales a 336 destinos en 56 países y facturará al año unos 39.000 millones de dólares (29.253 millones de euros), incluidas las filiales de una y otra; superando en términos de ventas a United Airlines (United-Continental) que reportó unos 37.000 millones de dólares (27.295 M €). Ambas aerolíneas tienen un pedido oficial ya concretado para comprar más de 600 aeronaves nuevas.
Al frente estará el consejero delegado de US Airways, Doug Parker, mientras que el de American Airlines, Tom Horton, pasará a ocupar la posición de presidente no ejecutivo del consejo de administración.
A finales de marzo de 2014, la nueva aerolínea se unirá a la alianza oneworld, a la que pertenece American Airlines. Mientras, US Airways permanecerá como miembro de la suya, Star Alliance.
Condiciones de bajo impacto
AMR Corporation y US Airways Group alcanzaron un acuerdo con el DOJ y con los estados de Arizona, Florida, Michigan y Tennessee, las mancomunidades de Pennsylvania y Virginia, y el Distrito de Columbia que enfrentaban su fusión, e incluso con el Departamento de Transporte (DOT) de EEUU en relación con el reducido servicio regional desde el Aeropuerto Nacional Washington-Reagan (DCA), sin necesidad de ir a juicio.
Bajo los términos de dicho acuerdo, las aerolíneas saldrán de 104 slots, mitad de salidas y mitad de llegadas en el Aeropuerto Nacional Reagan de Washington (DCA) y 34 franjas horarias de salidas y llegadas en el Aeropuerto La Guardia (LGA) de Nueva York, así como dejar de utilizar puertas de embarque y otras instalaciones de apoyo a los servicios que dejarán de operar. Ambas compañías también cederán otras facilidades en los aeropuertos internacionales de Boston Logan, Chicago O’Hare, Dallas Love Field, Los Angeles y Miami.
Las cesiones de slots solicitadas tanto por las autoridades europeas como estadounidenses realmente no tendrán un gran impacto en las operaciones y plantilla de la nueva compañía de fusión.
Después de finalizar las desinversiones requeridas en EEUU, la nueva compañía operará 44 salidas diarias menos de DCA y 12 menos de LGA de las aproximadamente 290 salidas diarias de DCA y 175 salidas diarias de LGA que American y US Airways operan en conjunto actualmente. No obstante, se mantendrá la mayor parte de los servicios que actualmente operan las compañías a pequeños y medianos mercados desde el DCA.
En el acuerdo alcanzado con los procuradores generales estatales, la nueva American mantendrá sus centros de operaciones en Charlotte, Nueva York (en el JFK), Los Angeles, Miami, Chicago (O’Hare), Filadelfia y Phoenix por tres años.
Versión íntegra del artículo en el documento adjunto El mayor coloso aéreo prepara su despegue, publicado en la edición de diciembre d ela Revista Hosteltur.
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