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Motos eléctricas y bicis compartidas, ¿cómo se regulan en Europa?

Las empresas que alquilan estos vehículos forman una plataforma común en España para defender sus intereses ante las administraciones

Publicada 22/02/19
Motos eléctricas y bicis compartidas, ¿cómo se regulan en Europa?
  • Las motos eléctricas y bicis compartidas son usadas por residentes, turistas y vecinos de otras ciudades
  • En Madrid, Barcelona y Valencia operan varias empresas, con una flota que suma 7.000 vehículos
  • Estas empresas temen que los ayuntamientos acaben imponiendo regulaciones muy estrictas

París, Toulouse, Milán, Boloña, Viena, Berlín, Colonia, Múnich, Frankfurt, Zúrich, Utrecht, Ámsterdam o Dublín son algunas de las ciudades europeas donde cada vez más personas (residentes, turistas, vecinos de otras localidades, etc) se mueven de un lugar para otro usando bicicletas o motos eléctricas compartidas. En Madrid, Barcelona y Valencia también operan ya varias empresas que alquilan bicis y motos eléctricas para moverse por las ciudades. Dichas compañías se han agrupado ahora en el colectivo Smart Mobility (integrada en la asociación Adigital) para defender sus intereses ante las administraciones públicas y en particular los ayuntamientos.

Smart Mobility reúne a varias empresas internacionales que operan en España, entre ellas eCooltra, Scoot, Mobike, Donkey Republic, Yego, Coup y Movo​.

En España, y desde ciudades como Barcelona, Valencia y Madrid, estas empresas suman una flota compuesta por más de 7.000 bicicletas y motos eléctricas compartidas.

“Estos nuevos modelos ofrecen a los usuarios más opciones de movilidad y alternativas al vehículo privado", dice Anna Merino, portavoz de Smart Mobility.

Además, bicis y motos eléctricas "contribuyen a la sostenibilidad de las ciudades sustituyendo vehículos tradicionales por otros libres de emisiones".

"Imponer barreras al desarrollo de estos servicios de movilidad compartida aleja a las ciudades, de forma contradictoria, de los ideales de calidad de vida que todas comparten”, añade Merino.

Smart Mobility está integrada en la Asociación Española de la Economía Digital (Adigital).

Presentación de la plataforma Smart Mobility, colectivo que agrupa a empresas que alquilan bicis y motos eléctricas para moverse por las ciudades.

Informe

Durante su presentación, Smart Mobility ha dado a conocer los resultados de un estudio comparativo a nivel europeo sobre la regulación que se aplica a bicicletas y motos compartidas en las ciudades donde los operadores de la plataforma están presentes.

"A partir de la información recopilada, se observa que la gran mayoría de las ciudades no cuenta todavía con una regulación específica para las motos compartidas", explica el colectivo de empresas.

"En el caso de las bicis, sí existen varias iniciativas para regular su actividad pero dirigidas, sobre todo, a su forma de estacionamiento en el espacio urbano y al número máximo de vehículos que pueden ocupar un aparcamiento de bicis o una misma acera, así como a la responsabilidad del operador de retirar las bicicletas averiadas o mal aparcadas en pocas horas".

Por ejemplo, Berlín obliga a las empresas a redistribuir las bicicletas en menos de 24 horas si se acumulan más de 4 en la misma acera y Viena prohíbe estacionarlas frente a lugares simbólicos de la ciudad.

Otras ciudades, como Paris y Boloña, subvencionan la creación de áreas de estacionamiento para bicicletas compartidas en varios puntos de la ciudad.

En España, Madrid ha incluido en su Ordenanza de Movilidad Sostenible la obligación de dejarlas en estacionamientos para bicicletas y de no ocupar más del 50% del espacio disponible en cada uno de ellos.

Limitaciones

Según el informe, Viena es la única de las ciudades analizadas que ha limitado el número de bicicletas compartidas por operador, estableciendo un tope de 1.500 por empresa.

Y en la misma línea, "el ayuntamiento de Barcelona parece que se muestra partidario de un modelo de regulación más restrictivo y plantea establecer un sistema de licencias a los vehículos compartidos de dos ruedas", explica Smart Movility.

"En el caso de Barcelona, no solo se limita el número de licencias, sino que además se ha aprobado provisionalmente una tasa por el uso del espacio público que hacen estos servicios y afectaría tanto a bicicletas como a motos compartidas".

Cabe recordar que bicicletas de alquiler han sido objeto de sabotajes en Barcelona por parte de grupos anti-turismo. Ver también La turismofobia en España llega a la prensa extranjera.

También Dublin (en el caso las bicis) y Toulousse (para las motos) han impuesto tasas de este tipo aunque "con importes muy menores".

Smart Mobility ha presentado alegaciones ante el Ayuntamiento de Barcelona en respuesta a la aprobación provisional de la tasa por la utilización de dominio público para las motos y bicicletas compartidas.

El documento comparativo de ciudades europeas elaborado por Smart Mobility se puede descargar como PDF en el siguiente enlace:

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