La lección que nos deja la feria ITB de Berlín
El turista debe estar convencido al 100% de que será bienvenido por los habitantes del país... y también por sus gobernantes
Publicada 11/03/18- Proliferan informes que identifican factores de riesgo que pueden frenar la llegada de turistas a un destino
- Los análisis se centran en riesgos terroristas, pero no podemos olvidar algo básico: la percepción de hospitalidad
- Los casos de Turquía y Estados Unidos muestran cómo la política puede influir en la percepción del destino
Análisis / La feria ITB de Berlín que se ha celebrado esta semana nos deja una importante lección. El turista debe estar convencido al 100% que será bienvenido tanto por los habitantes como por los gobernantes del país que se plantea visitar. Parece algo básico, ¿verdad? Y sin embargo algunos destinos que daban por hecho esta premisa han pagado caro su error.
Lo cierto es que en los últimos años, han proliferado encuestas e informes de todo tipo que tratan de identificar aquellos factores de riesgo que pueden frenar la llegada de turistas a un destino.
Factores como los riesgos terroristas; brotes de enfermedades infecciosas; tasas de criminalidad; catástrofes naturales; disturbios en las calles, etc.
Y en dichas encuestas, los potenciales visitan puntúan con mayor o menor intensidad los riesgos que perciben.
Pero quizá esos informes sobre percepciones de riesgos también deberían monitorizar hasta qué punto un potencial turista considera que será bienvenido en tal o cual país.
Veamos algunos ejemplos recientes sobre retrocesos en las llegadas de turistas a determinados países y las posibles causas de esas caídas.
El caso de Turquía
Turquía, por ejemplo, era un destino que registraba continuos crecimientos en las llegadas de turistas, entre ellos alemanes.
Sin duda, la oleada de ataques terroristas que sufrió Turquía en 2015 y 2016 frenó la llegada de visitantes.
Pero no perdamos de vista tampoco el conflicto diplomático entre los gobiernos turco y alemán a propósito de los derechos civiles y detenciones de activistas políticos alemanes en Turquía.
Aquel episodio enfadó bastante a la opinión pública alemana, que se puso del lado de su gobierno.
La crisis diplomática escaló tanto que incluso en julio de 2017 Berlín acabó recomendando a los ciudadanos alemanes que extremasen sus precauciones si tenían previsto viajar a Turquía. Ver también Alemania previene a sus ciudadanos sobre viajar a Turquía.
En el último año, la crisis política turco-alemana se ha ido solucionando y tampoco se han registrado más atentados.
De modo que Turquía ha ido desapareciendo progresivamente de las portadas de los diarios y los informativos de televisión de Alemania. Y que no haya malas noticias sobre un país significa buenas noticias para los intereses turísticos de dicho destino.
El resultado lo hemos visto en la feria ITB de Berlín: las reservas para viajar a Turquía se han disparado un 67% para el próximo verano.
El caso de Estados Unidos
El segundo ejemplo nos lleva a Estados Unidos. Según el informe anual de tendencias de la ITB de Berlín, en 2017 hubo un factor común que provocó el descenso de viajes internacionales desde los mercados emisores Asia, Europa y Latinoamérica con destino a Estados Unidos.
“El efecto Donald Trump es dramático" por lo que respecta al turismo que ha dejado de recibir EEUU, dijo Rolf Freitag, presidente de IPK, la empresa que realiza el informe World Travel Monitor.
Y es que para miles de turistas de Europa, Oriente Medio, Asia y Latinoamérica, Donald Trump ha hecho que Estados Unidos parezca ahora un país menos simpático y abierto a los visitantes. Menos hospitalario, vaya. Ver también Nada frena al turismo... excepto Donald Trump.
Si ahora están pensando que esto no nos va a ocurrir a nosotros, porque el turista siempre se va a sentir bienvenido en España, permítanme discrepar.
Mientras estaba en Berlín, un amigo me envió esta foto tomada en Barcelona, junto a un establecimiento que gestiona alquileres turísticos.
Como esta foto, podría enseñarles unas cuantas más. Las colecciono. Ojo con la turismofobia.
Ahora piensen también en cómo vamos a explicar a los visitantes los incrementos en las tasas turísticas que deciden nuestros gobernantes y que debe pagar el visitante. Tendremos que explicar esto muy bien. ¿Lo estamos haciendo?
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