El riesgo de achinarse demasiado
La estrategia para captar al viajero procedente de China deben buscar el equilibrio y no transformar el destino al gusto asiático
Publicada 12/12/13Análisis/ Las empresas del sector y las autoridades turísticas empiezan a tomar medidas para aumentar su participación en el mercado chino. Los 203.000 viajeros de China que hasta octubre llegaron a nuestro país suponen una mínima parte de los más de tres millones que aterrizan en Europa. Conocer el perfil de este viajero y adaptarse a sus necesidades es fundamental para atraer a este visitante, pero sin olvidarse que visitan un país distinto al suyo, no una sucursal del mismo.
Mejorar el conocimiento del idioma chino por parte de los empleados de establecimientos hoteleros y comerciales, cartelería y canales de televisión en esa lengua, te de jazmín en el desayuno, hervidores de agua en las habitaciones para que puedan consumir sus propios alimentos o crear una cocina más adaptada al paladar asiático. Son algunas de las recomendaciones de los expertos a los profesionales del sector para mostrarles cómo captar al turista chino, uno de los mercados más codiciados.
Este viajero se ha convertido en el gran objetivo de los destinos turísticos por su gran poder adquisitivo y su gran potencial de crecimiento. También España tiene un gran interés en el mismo. De los más de 80 millones de viajeros de ese país que se desplazaron el pasado año, unos tres millones llegaron a Europa, y sólo 170.000 pasaron por España. Este año la cuantía ha mejorado, con 203.000 turistas llegados hasta octubre. Una cifra que sigue siendo insuficiente por lo que las empresas toman medidas para mejorar esa cuantía.
Es indudable que para conseguir la atención de este mercado es conveniente conocer su perfil, ofrecerle facilidades y saber adaptarse a sus necesidades. Pero ¿merece la pena recorrer 15.000 kilómetros y realizar 24 horas de vuelo para encontrar en destino lo mismo que se deja atrás? Estos turistas viajan, y lo hacen cada vez con más asiduidad, porque también quieren conocer una cultura diferente a la suya.
En un reciente encuentro organizado por la Secretaría de Estado de Turismo destinado a conocer las "Claves de competitividad para el turismo chino", Manuel Monasterio, presidente de China Marketing Center, señaló que una de las primeras lecciones a tener en cuenta es que el 95% de estos viajeros desea recibir un servicio con "características chinas". Habló incluso de seguir una estrategia de “achinamiento”.
También Leticia Chen, presidenta de la Asociación de Empresarios Chinos de Andalucía, que participó en dicho evento, destacó la misma idea: "Si queréis atraer turistas chinos, España debe estar muy preparada y conocer las preferencias de estos viajeros".
El propio ministro chino de turismo, Shao Qiwei, que a principios de este año visitó Madrid, donde recibió el reconocimiento de la Organización Mundial del Turismo (OMT) por su trayectoria en el sector, habló de la conveniencia de "achinarse" para recibir más turistas de su país.
Sin embargo, como en todas las facetas de la vida, la virtud está en el equilibrio, en quedarse en un punto medio. Uno de los asistentes a dicho acto tomó para la palabra para avisar del riesgo de achinarse demasiado.
Citó como ejemplo un intento del hotel Mindanao de Madrid, cerrado en 2004, que en un momento complicado para el turismo en esta ciudad, en el inicio del periodo democrático, modificó totalmente su imagen y adaptó todos sus servicios para atraer al turista japonés, pero la estrategia fue equivocada. “Se japonizó para atraer a este cliente y fue un fracaso”, aseveró. El esfuerzo realizado no alcanzó, ni de lejos, las expectativas generadas. El viajero quería conocer el país visitaba y no vivir en su entorno habitual, como si no hubiera salido de su lugar de origen.
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