El coletazo del B737 MAX provoca cambios en las cúpulas de FAA y Boeing
Publicada 20/03/19
En medio de su mayor crisis tras los dos accidentes mortales del Boeing 737 MAX a menos de siete meses de su puesta en servicio, Boeing Commercial Airplanes, la división de aviones comerciales del fabricante aeronáutico estadounidense, está acometiendo una reorganización de su dirección de Ingeniería colocando la frente a un nuevo vicepresidente y dedicando a otro alto ejecutivo a las investigaciones de aviones. Paralelamente, el gobierno de Donald Trump ha decidido acelerar el nombramiento del nuevo director de la Administración Federal de Aviación (FAA), especialmente cuando el Departamento de Transporte (DOT) de los Estados Unidos la está investigando el proceso de certificación del modelo y sus nuevos sistemas (ver: EEUU investiga la certificación del 737 MAX y su sistema MCAS).
John Hamilton, ex vicepresidente e ingeniero jefe de la división de aviones comerciales de Boeing, se enfocará exclusivamente en el papel de ingeniero jefe, según el jefe ejecutivo de la unidad, Kevin McAllister; de acuerdo con una información de la agencia Reuters. “Esto le permitirá dedicar toda su atención a las investigaciones de los accidentes en curso”, ha explicado McAllister, y ha añadido que los cambios de personal son necesarios porque “priorizamos y aportamos recursos adicionales para las investigaciones de accidentes que se están llevando a cabo”.
Nuevo jefe de FAA
El presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, ha anunciado la designación de Stephen Dickson, ex directivo de Delta Airlines, como director de la FAA, autoridad de Aviación Civil estadounidense. La designación por cinco años deberá ser aprobado por el Congreso de los EEUU. Daniel Elwell estaba al frente de la FAA interinamente.
El organismo regulador de la aviación civil tiene a su cargo el espacio aéreo nacional más grande del mundo, con más de 50.000 vuelos diarios, además de las directrices y certificaciones de la industria aérea, entre otras competencias.
La decisión de Trump, quien empezó a considerar candidatos antes del accidente de Ethiopian Airlines, se ha visto acelerada por la auditoría iniciada por el DOT de la certificación que realizó la FAA del 737 MAX y especialmente de su sistema de control MCAS (Maneuvering Characteristics Augmentation System) al que la investigación de los accidentes apuntaría como causante de los fallos que finalmente derivaron en los siniestros registrados por Lion Air y Ethiopian Airlines. Un informe revela, además, una concertación entre la FAA y Boeing para apresurar una aprobación con ciertas omisiones, salpicando a la autoridad de la aviación civil estadounidense.
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