Campaña en redes sociales

¿Turistas cutres o con estilo? desafío para los destinos

Varias localidades intentan evitar la vulgarización de los espacios turísticos

Publicada 10/08/11
¿Turistas cutres o con estilo? desafío para los destinos
  • La Roca Village ha lanzado la campaña "Guide to being a Stylish Tourist in Barcelona"

Pasear con el torso desnudo por el centro de Barcelona o en bikini puede acarrear el pago de una multa de 120 a 500 euros. Otras localidades turísticas, mediante nuevas ordenanzas de civismo, también tratan de erradicar estas prácticas, por considerar que afectan a la imagen del destino y a la convivencia con los residentes. Al margen de estas medidas legales, se han puesto en marcha otras iniciativas desde el sector privado para que los turistas velen por su propia imagen personal.

Además de Barcelona, las localidades turísticas de Salou, Sitges, Lloret de Mar y Roses han aprobado nuevas normativas municipales para imponer la "vestimenta mínima" en sus calles.

Y es que la práctica de ir sin camiseta por las calles se ha extendido tanto que incluso algunos restaurantes, terrazas, bares y comercios han puesto carteles informativos donde avisan que no se permite la entrada a las personas que vayan de esta guisa, tanto por respeto a los demás clientes, como por higiene.

El centro comercial La Roca Village, que recibió casi un millón y medio de turistas el año pasado, ha ido más allá de estas recomendaciones y ha lanzado una campaña en redes sociales dirigida a los turistas: "Guide to being a Stylish Tourist in Barcelona".

A través de Vimeo y Facebook, esta campaña basada en ilustraciones y una canción sugiere al visitante cómo puede ser "un turista con estilo" con algunas ideas sencillas a la hora de vestirse.

Por ejemplo, recomienda no llevar la combinación de alpargatas y calcetines; usar un sombrero elegante antes que un sombrero mexicano; o evitar ir sin camiseta por la ciudad.

Para participar en la campaña, el turista tiene que hacer un check-in en Facebook en la recepción del Village y acreditarse como extranjero, lo que le permite entrar en varios sorteos.

"La campaña está diseñada en un tono didáctico, divertido y chic", explica Laura Chavarría, responsable del departamento de Turismo de la empresa Value Retail Management Spain, que en España explota La Roca Village y Las Rozas Village (Madrid).

En suma, dice Chavarría, esta campaña "se suma a los esfuerzos de la ciudad de Barcelona para elevar el nivel del turista en cuanto a comportamiento estético".

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Un factor importante es la incapacidad de ciertos mercados sol y playa para innovar en su oferta, orientarse a la calidad y atraer a un segmento familiar o de capacidad adquisitiva elevada. Teniendo en cuenta dicha incertidumbre, sumada a la presión de los negocios que viven del turista incívico, les es más rentables mantenerse como están y mostrar una preocupación hipócrita para lavar su imagen. El problema siempre es el mismo, viejos paradigmas de gestión y bloqueo a la innovación y al cambio por parte de los accionistas-constructores.
Es una cuestión de educación y respeto hacia el prójimo. No es necesario que nos planteemos fundamentos básicos de la convivencia. Esta degradación como bien se apunta es un fleco más de nuestra propia disidencia. No todo vale ni todo es permisible. Seamos consecuentes y críticos, por supuesto, con nosotros mismos y transmitamos valores que fomenten la convivencia. Y no confudamos tolerancia con un ejercicio de libertinaje. Civismo, amigos, civismo, buena educación y buenas maneras.
La cutredad del turista, aparte del posicionamiento del propio destino, es la cutredad de la propia sociedad, en la que la educación, el civismo, es un verdadero problema. El sistema educativo es nuestra primera lacra (y no sólo en España; véase UK).