Las plantas hoteleras de Madrid y Barcelona registrarán, respectivamente, incrementos del 11,4 y 6,8 por ciento anual hasta 2005, según un estudio de Mazars Turismo basado en las solicitudes de construcción de hoteles registradas en las respectivas ciudades.
Las plantas hoteleras de Madrid y Barcelona registrarán, respectivamente, incrementos del 11,4 y 6,8 por ciento anual hasta 2005, según un estudio de Mazars Turismo basado en las solicitudes de construcción de hoteles registradas en las respectivas ciudades. Madrid, que cuenta actualmente con 306 hoteles, pasará a tener 258 en 2005, sin embargo, el número de habitaciones pasará de 33.020 a 36.592 habitaciones en un plazo de tres años. Este elevado aumento de la oferta tendrá una repercusión directa en la moderación de la ocupación media. Según Mazar, en el caso más favorable, el índice de ocupación media de los hoteles madrileños se reducirá un 0,5 puntos hasta el 76,6 por ciento en 2005. En el escenario menos positivo, este índice bajará 6,6 puntos hasta el 65,2 por ciento. La ocupación media óptima es del 80 por ciento. Por su parte, Barcelona aumentará su oferta de habitaciones hoteleras de 19.864 actuales hasta las 24.544 habitaciones en 2005, lo que supone un crecimiento de la oferta del 6,8 por ciento anual. Este aumento de plazas supondrá, en el mejor de los casos, un aumento de la ocupación media de 1,25 puntos (77 por ciento) y, en el peor, una caída de 4,5 puntos, hasta el 62,4 por ciento. Mazars Turismo considera que Madrid tiene importantes ventajas, al tratarse del principal destino de reuniones, convenciones y congresos de España, además de ser puerta de entrada de viajeros de América Latina. Sin embargo, la Administración local deberá continuar esforzándose en la promoción de la ciudad como destino turístico para compensar el importante crecimiento de su planta hotelera sin que se resienta de forma importante la ocupación y el beneficio por habitación (Revpar). En este sentido, puntualiza que la política seguida en los últimos años por los hoteleros de la capital ha sido el mantenimiento o la subida los precios, del 45 por ciento entre 1998-2002 en los hoteles de tres a cinco estrellas y del 30 por ciento, en los de una y dos estrellas. Por parte, Barcelona ha registrado variaciones muy fuertes en los últimos 10 años (con descensos importantes después de 1992). Desde 1998, las variaciones fueron positivas y por encima de los dos dígitos en las cuatro categorías superiores. Barcelona, respecto a Madrid, ha preferido moderar precios para conseguir ocupaciones elevadas, lo que ha conducido a un menor Revpar respecto a los hoteles madrileños.
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