Un total de 5.535.731 personas visitaron el pasado año Castilla y León, además de que se registraron 9.094.241 pernoctaciones, lo que supone un incremento en el número de viajeros del 9,24 por ciento y de un 7,87 por ciento en el número de pernoctaciones con respecto a 2001, según los datos facilitados a Europa Press por fuentes del Gobierno regional..
Un total de 5.535.731 personas visitaron el pasado año Castilla y León, además de que se registraron 9.094.241 pernoctaciones, lo que supone un incremento en el número de viajeros del 9,24 por ciento y de un 7,87 por ciento en el número de pernoctaciones con respecto a 2001, según los datos facilitados a Europa Press por fuentes del Gobierno regional.. Por provincias, Salamanca recibió 1.006.441 viajeros y 1.848.908 pernoctaciones; Burgos, 963.129 viajeros y 1.400.752 pernoctaciones; León, 932.369 viajeros y 1443.027 pernoctaciones; Valladolid, 623.249 viajeros y 1.006.034 pernoctaciones; Ávila, 543,389 viajeros y 895.185 pernoctaciones; Segovia, 517.078 viajeros y 801.498 pernoctaciones; Zamora, 337.280 viajeros y 541.745 pernoctaciones; Palencia, 311.057 viajeros y 581.346 pernoctaciones, y Soria, 301.739 viajeros y 575.746 pernoctaciones. En relación con el año anterior se han producido incrementos de viajeros en todas las provincias. Destacan los aumentos de Salamanca (17,91 por ciento), de Soria (12,67 por ciento), de Palencia (11,17 por ciento) y de Burgos (8,64 por ciento). Las pernoctaciones han aumentado también en todas las provincias, con aumentos significativos en Salamanca (17,21 por ciento), Soria (10,60 por ciento), Ávila (10,14 por ciento) y Palencia (8,54 por ciento). Segovia (36,70 por ciento), Valladolid (36,41 por ciento) y Salamanca (35,50 por ciento) fueron las provincias con mayor grado de ocupación, mientras que Soria (1,91 días), Palencia (1,87 días) y Salamanca (1,84 días) presentaron los mayores índices de estancia media. Las cifras denotan aumentos en todas las provincias tanto en el número de viajeros como en el número de pernoctaciones, lo que consolida a Castilla y León como la primera Comunidad Autónoma en turismo interior. También reflejan la desestacionalización de la demanda y el gran incremento de viajeros y pernoctaciones durante los meses de menos tradición turística.
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