Destinos inteligentes: la tecnología, al servicio del desarrollo turístico

Natalia Bayona ha destacado en este sentido que “a través de los datos que nos proporciona la tecnología podemos atraer a los turistas que queremos, además de justificar las inversiones que debemos hacer para ello en infraestructuras, promoción, etc. Pero siempre tratando esos datos de una manera ética y colaborativa, abierta”.

La tecnología se erige también, como ha subrayado el secretario general de la OMT, Zurab Pololikashvili, como “aliada para la sostenibilidad, tanto medioambiental como económica y social”; además de ser, en palabras de César Romera, director de Desarrollo de Nuevos Negocios de IBM para el sur de Europa, “una herramienta para sorprender e ilusionar al cliente, ya que permite identificar sus emociones para poder así personalizar al máximo su experiencia antes, durante y después de su viaje”.

No en vano el profesor de la Universidad de Padua Massimo Marchiori, uno de los creadores del motor de búsqueda de Google, ha indicado que “las emociones (sorpresa, interés y diversión) cuentan más que el contenido, por lo que se deben aprovechar para motivar al turista”.

Natalia Bayona, experta en Innovación y Transformación Digital de la OMT, en la lectura de las conclusiones de esta segunda edición del Congreso. Imagen: Antonio López de Ávila.

Y es que la tecnología, según ha señalado Bayona, “debe ir de la mano de la humanización, porque nunca un robot sustituirá las emociones humanas. Asimismo generará más empleo de valor agregado, especialistas más técnicos y científicos en análisis de datos, para lo que se requerirá la debida formación, además de contar con las llamadas ‘soft skills’”.

Ecosistema de emprendimiento

Para favorecer la aplicación de esta tecnología es necesario, ha añadido, “generar un ecosistema de emprendimiento incluyente, generador de gran impacto y que sea sostenible y accesible. Para su desarrollo han de unirse seis grandes actores: startups, corporaciones, inversores de capital riesgo, universidades, instituciones y gobiernos”. Porque, como ha concluido Bayona, “la innovación ha llegado para quedarse”.