Un análisis de Xavier Canalis

Turistas hacinados en pisos controlados por mafias, ¿qué puede salir mal?

El problema de alojamiento turístico ilegal, lejos de solucionarse en Barcelona

Publicada 12/06/19
Turistas hacinados en pisos controlados por mafias, ¿qué puede salir mal?
  • Hace cuatro años, Ada Colau prometió mano dura contra los pisos turísticos ilegales
  • La moratoria ha abortado 33 proyectos hoteleros en Barcelona en estos cuatro años
  • Las mafias han entrado de lleno en el "negocio" del realquiler turístico de viviendas

Análisis/ Ada Colau llegó al Ayuntamiento de Barcelona prometiendo que pondría el turismo "bajo control" y a los dos meses de estrenarse como alcaldesa el nuevo gobierno municipal aprobó una moratoria hotelera que ha impedido la construcción de 33 nuevos establecimientos desde entonces. Colau también prometió mano dura contra los pisos turísticos ilegales. ¿Cuál es el balance cuatro años después?

En la ciudad, efectivamente, han dejado de abrirse nuevos hoteles en el centro que podrían haber generado 640 puestos de trabajo directos y "varias decenas de millones de euros pasaron de largo de Barcelona", según apuntó la firma Bric Consulting. Ver Estos son los 33 hoteles que murieron por la moratoria en Barcelona.

Además, a partir de este año ya no abrirá ningún nuevo hotel en el centro de Barcelona y -como consecuencia de la moratoria- habrá más dificultades para renovar y reposicionar los establecimientos existentes, según apuntan firmas especializadas en inversiones y el Gremio de Hoteles de la ciudad.

En Barcelona, el problema del alojamiento ilegal está lejos de haberse solucionado. En realidad, se ha agravado con la aparición de mafias

Y ahora, dos investigaciones llevadas a cabo por los periodistas de El Periódico de Catalunya y La Vanguardia han constatado una realidad demoledora: las mafias han entrado de lleno en el "negocio" del realquiler turístico, convirtiendo viviendas de Barcelona en hostales fraudulentos.

En esta habitación de un piso turístico ilegal en Barcelona dormían seis turistas en literas. Foto: La Vanguardia.

El procedimiento operativo de estas mafias es el siguiente: una persona aparentemente de fiar alquila un piso a un propietario, depositando las fianzas correspondientes, mostrando referencias, etc.

Lo que viene a continuación es una pesadilla para el propietario y para los vecinos.

Porque ese inquilino lo primero que hace es cambiar cerraduras, poner alarmas y llenar el piso de literas. En algunos casos incluso ponen cerraduras en las habitaciones.

Y luego, anuncia el piso en una plataforma digital. Es decir, lo realquila por días a turistas sin consentimiento del propietario y sin licencias de nigún tipo.

Cuando el propietario se queja, suelen aparecer dos tipos fornidos que incluso le amenazan con "llenarle el piso de okupas".

Un ejemplo a medias

"En teoría, Barcelona ha pasado en menos de un lustro de ser el paraíso de los pisos turísticos ilegales a un ejemplo de persecución contra la actividad y de eliminación de unos 4.000 casos sin licencia. En la práctica, la mayoría de los malos operadores no han hecho más que cambiar el nombre a su negocio, pasándose a explotarlo por habitaciones, como si de anfitriones domésticos se tratase, pese a que no residan en esas viviendas, que se gestionan casi como un hostal", explica El Periódico. Ver El caso de pesadilla que revela el fraude de las falsas habitaciones turísticas en Barcelona.

"La picaresca se basa en el vacío legal de los llamados ‘hogares compartidos’, pendientes de que el gobierno catalán los regule por fin, y ahora un coladero para el fraude", apunta el reportaje de El Periódico.

“Hay un montón de pisos turísticos por todas partes. Ni siquiera tienen que anunciarlos todos. En el último momento le dicen a su huésped que hubo una avería y les llevan a otro”, expone un afectado. Esto ocurre porque grupos organizados alquilan pisos para realquilarlos a turistas, según explica La Vanguardia.

Metieron cinco literas ¡lo convirtieron en un hostal! Al parecer una vez al mes el Ayuntamiento y Airbnb cotejan datos y retiran anuncios irregulares. Pero esta gente está bien organizada. Vuelven a colgar el anuncio con otro anfitrión”, expone otro vecino. Ver también Víctimas de la mafia de los realquileres: “Les pusimos cola en la puerta”.

Los hoteleros, hartos

Cabe recordar que 33 asociaciones hoteleras de todo el mundo se reunieron recientemente en Barcelona para poner en común un manifiesto de siete medidas con el fin de "ordenar globalmente el alquiler turístico". En su punto de mira está principalmente Airbnb.

Además, los hoteleros catalanes están muy preocupados por el reglamento de nuevas modalidades de alojamientos turísticos que prepara la Generalitat, pendiente de aprobación en el Parlament.

"Lo que más nos preocupa de esa nueva normativa es que quieren legalizar las casas compartidas por turistas y residentes", exponía el hotelero Santiago García-Nieto, presidente de la Confederación Empresarial de Hostelería y Restauración de Cataluña. Ver también Las casas compartidas serán miles de mini-hoteles en negro, dice Confecat.

Criminalizar el turismo

¿Cómo hemos llegado hasta aquí?

Quizá el problema de fondo es que en los últimos años se ha criminalizado tanto la actividad turística (en tertulias de radio, estamentos políticos, tribunas de opinión, etc) que se puso a todos los actores en el mismo saco, se erró con los diagnósticos y las soluciones.

Por ejemplo, se acusa al turismo de agravar el problema de la vivienda. Solución: se saca una moratoria hotelera y de apartamentos turísticos (PEUAT), aprobada por el pleno del Ayuntamiento de Barcelona en enero de 2017.

El PEUAT responde a “la necesidad de gestionar de manera controlada los alojamientos turísticos para garantizar el derecho a la vivienda, un modelo urbano sostenible y la mejora de la calidad de vida del vecindario”, según sostiene el gobierno municipal.

¿Pero no habría sido más lógico, digo yo, poner el foco en las políticas de promoción de la vivienda en lugar de obsesionarse con los hoteles? Ver también Barcelona necesita un pacto.

Si Barcelona hubiera tenido esos 33 hoteles que la moratoria se cargó, podríamos preguntarnos: ¿El problema de los pisos turísticos ilegales se habría evitado? Probablemente no.

Pero quizá no se habría descontrolado tanto si Barcelona hubiera dispuesto de más oferta de alojamiento reglada y de calidad.

¿Qué sentido tiene llenarnos la boca con el turismo sostenible y de calidad si al mismo tiempo la ciudad se llena de habitaciones con literas en pisos ilegales donde se hacinan los turistas?

Y ahora que las mafias del realquiler turístico campan a sus anchas, aprovechando los vacíos legales ¿Cuál será la próxima medida que aprobaremos, darles una licencia de turoperador?

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