La fuerte devaluación del peso argentino, en enero de 2002, generó este año un incremento histórico de la actividad turística en Argentina, que aspira a recibir un 40 por ciento más de visitantes extranjeros y duplicar los movimientos internos este verano (austral).
La fuerte devaluación del peso argentino, en enero de 2002, generó este año un incremento histórico de la actividad turística en Argentina, que aspira a recibir un 40 por ciento más de visitantes extranjeros y duplicar los movimientos internos este verano (austral). "Las previsiones en el área turística se seguirán superando. La actividad generará entre enero y marzo 1.500 millones de pesos (unos 460 millones de dólares). Es el doble que el año pasado. Y la temporada invernal va a ser la más importante de todos los tiempos", dijo hoy a radio 'Del Plata' el secretario de Turismo, Daniel Scioli. Los efectos de la devaluación generan, por un lado, que los precios resulten en extremo baratos para los visitantes extranjeros y, por otro, impiden a la gran mayoría de los argentinos pasar sus vacaciones en otros destinos antes habituales, como Brasil, Europa o el Caribe. La ciudad costera de Mar del Plata (400 kilómetros al sur) ha sido, como era previsible, el gran imán para el turismo interno. En lo que va de enero, llegaron allí unas tres millones de personas, según datos difundidos hoy por el Ente Municipal de Turismo. Esto significa una cifra jamás alcanzada, que ha provocado más de un trastorno (falta de capacidad hotelera y servicios de transporte suficiente) para cubrir la demanda. Las autoridades municipales solicitaron por medio de anuncios en los periódicos auxilio a la población, para que ofrezca habitaciones o casas en alquiler. El resto de las localidades costeras de la provincia de Buenos Aires viven situaciones similares. La exclusiva Pinamar busca dar alojamiento a 200.000 turistas, lo que supera por mucho la capacidad de la villa. "Es la mejor temporada de la historia", aseguró hoy el intendente local, Blas Altieri. Los centros turísticos de la Patagonia, en especial Bariloche y El Calafate, han completado su capacidad hotelera, con un especial incremento de los visitantes extranjeros. "Se calcula que en enero el turismo internacional aumentará un 40 por ciento, como mínimo", afirmó Scioli. La presencia de visitantes extranjeros se distingue en ciudades usualmente poco exitosas en verano, como Puerto Iguazú (nordeste), Mendoza (oeste) y Salta (noroeste). Las villas serranas de Córdoba (centro) también viven un verano a plena ocupación. "Es la temporada más exitosa de los últimos 20 años", señaló el fin de semana el gobernador de la provincia, José Manuel de la Sota. El Gobierno de Eduardo Duhalde pretende que la explosión turística fruto del nuevo tipo de cambio derive en un aumento de la inversión en infraestructura, reconoció Scioli.
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