Turismo rural: ¿cifras catastróficas?
Toque de alarma en el turismo rural
Publicada 24/08/11- "O sea, no es la falta de ideas, ni la carencia de un espíritu competitivo la que produce la crisis, sino más bien todo lo contrario, es la crisis la que produce tales ausencias"
- "Ahora que entramos en la recta final del mes de agosto, los hosteleros califican de “catastrófico” el mes de julio en este segmento del sector turístico de Castilla y León"
El turismo rural es un sector estratégico en varias Comunidades Autónomas. La crisis suele señalarse como culpable de unas cifras no muy halagüeñas. Sin embargo, Luis Javier Alonso apunta en este post que algo está fallando cuando la consecuencia de polÃticas inadecuadas se está convirtiendo en la supuesta causa de las mismas. Toque de alarma en el turismo rural.
Los datos del pasado mes de junio constataban que un total de 56.831 viajeros pasaron por los alojamientos de turismo rural existentes en Castilla y León a lo largo de ese mes en el 2011, un 17,36% más que en el mismo mes del año anterior cuando se registraron 48.421 viajeros. Pues bien, ahora que entramos en la recta final del mes de agosto, los hosteleros califican de “catastrófico” el mes de julio en este segmento del sector turÃstico de la región. Por supuesto que nadie mejor que los propios empresarios para dar luz a las cifras que, en otras ocasiones, se convierten en arma arrojadiza interesada del Gobierno de turno cuando son positivas o de la oposición polÃtica al gobierno cuando son negativas.
Baile de cifras
Pero de todos los aspectos que se pueden destacar en este baile de cifras, me van a permitir que me detenga en el que tiene que ver con el número de establecimientos de esta clasificación abiertos en Castilla y León que, a criterio de los representantes del sector, supone una saturación que afecta directamente a la sostenibilidad y a la calidad de los servicios. Apuntemos que el número de alojamientos abiertos en Castilla y León en junio ascendió a 3.249 de los 15.399 de España, con 29.557 plazas de las 142.317 en todo el paÃs. Hace apenas tres años, los establecimientos dedicados al turismo rural en esta Comunidad superaban ligeramente las 2.000 licencias.
Este incremento en el número de alojamientos no ha sido directamente proporcional al de las pernoctaciones. La ocupación de los establecimientos rurales en el año 2007 alcanzaba el 26% y el 46%, en julio y agosto, respectivamente. Sin embargo, los últimos datos del año 2010 reflejan que la ocupación en este tipo de alojamientos no llegaba al 20% y al 35%, en julio y agosto, respectivamente.
Datos preocupantes para un sector estratégico de la economÃa de Castilla y León, mucho más aún si tenemos en cuenta que uno de los pilares de las acciones promocionales de la Marca turÃstica “Castilla y León es vida” viene siendo el Turismo Rural y que entre los tÃtulos de los que siempre se hace gala en las promociones institucionales está el de “lider en Turismo Rural”.
Otro aspecto destacable es el de las causas que, presumiblemente, están haciendo que las cuentas de resultados no salgan positivas. Lo más socorrido, para salir del paso, es echar la culpa a la crisis. Asà parece que todo tiene justificación. Es curioso que la crisis, que deberÃa de ser una CONSECUENCIA de una polÃtica inadecuada, una falta de creatividad o de la utilización de estraregias equivocadas, se esté convirtiendo en la CAUSA de las mismas. O sea, no es la falta de ideas, ni la carencia de un espÃritu competitivo la que produce la crisis, sino más bien todo lo contrario, es la crisis la que produce tales ausencias.
Oportunidades que se escapan
Creo que los destinos de interior están dejando escapar una excelente oportunidad de consolidarse como alternativa ante la lesionada oferta española de sol y playa. De hecho son estas comunidades las que cuentan con la tasa de ocupación más baja frente a las costeras. especialmente las del norte peninsular (Asturias, Cantabria, PaÃs Vasco y Galicia), o la de Cataluña. La competitividad exige, además del posicionamiento, mantener el tipo según va pasando el tiempo, también en época de crisis.
Las crisis suelen provocar una revolución interior y un cambio de actitud ante la realidad. Sirva como ejemplo el denominado efecto low-cost que se ha instaurado en el turismo rural y ha provocado la búsqueda por parte de los viajeros de ofertas de última hora, tratando de conseguir una reducción de precios, lo que ha provocado un notable incremento de este tipo de reservas (1 de cada 5 según publica Toprural en la RadiografÃa del Viajero Rural 2010-España). De hecho, en el mes de julio las reservas de “última hora” produjeron un incremento de la ocupación de 7 puntos.
La misma situación que hoy vive el turismo de playa en el litoral español, que ha descendido posiciones en el ranking internacional como consecuencia de la pérdida de competitividad y los abusos en los precios, unido al descuido de la calidad, le puede pasar también factura al turismo rural en zonas de tradicional lideradgo. Si además de un exceso desmedido de oferta se pierde competitividad al descuidar la relación calidad-precio, se hará realidad aquel precepto de la sabidurÃa popular que dice “pan para hoy y hambre para mañana”.
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