Hoteles sostenibles: ¿deseo o realidad?
Publicada 21/07/19
- Meliá y Comisiones Obreras chocan por el programa Green Choice del hotel Palacio de Isora
- Los hoteleros coinciden en la necesidad de promover una mayor “concienciación” ecológica en todos los ámbitos de la sociedad
- Oscar Bermejo (Hoteles Santos) propone a Booking que también valore a los hoteles por su sostenibilidad
Asegurar las necesidades del presente sin poner en riesgo las del futuro. Esta es la definición teórica de una economía sostenible. Llevarla a la práctica en los hoteles en la actualidad parece más un deseo que una realidad. Así lo pusieron de relieve los representantes de seis compañías hoteleras que operan en España y que participaron en la última jornada Re Think Hotel y lo ha confirmado esta semana la controversia entre Meliá y el sindicato CCOO sobre la campaña del hotel Palacio de Isora para reducir el impacto medioambiental de la limpieza del establecimiento.
Desde hace más de cinco años, el Gran Meliá Palacio de Isora de Tenerife aplica el programa Green Choice, creado para sensibilizar a los clientes y reducir el consumo de agua y producción de residuos.
El programa ofrece a los clientes la posibilidad de renunciar a la limpieza diaria de su habitación (durante algunos días de su estancia), con la finalidad de cuidar el medioambiente, al reducirse el consumo de productos de limpieza y agua, incentivándolo con un bono de cortesía por valor de 20 euros para gastar en el hotel.
La iniciativa ha sido denunciada esta semana por Comisiones Obreras que la ve como un auténtico “despropósito” porque las habitaciones que no se limpian acumulan gran suciedad y suponen mucho más esfuerzo para el personal de limpieza que si realizaran la tarea diariamente.
Asegura que estas “ofertas” reducen la facturación del hotel, “a no ser que lo que se pierde por un lado lo quieran recuperar por otro reduciendo el número de camareras de pisos”.
CCOO ve en ella “una vuelta de tuerca más a la precariedad laboral, ya que la carga de trabajo se tornaría inasumible al concurrir suciedad acumulada con menos trabajadoras en el departamento de pisos”.
Por ello, el sindicato exige al hotel que elimine estas prácticas porque “este tipo de ofertas” de limpieza por descuentos va en contra de la calidad del servicio y del empleo.
Meliá ha reaccionado de inmediato y defiende el éxito de este programa que en los cinco años que se han implementado no ha generado “ninguno de los efectos perniciosos” que denuncia CCOO.
Explica que la demanda de la opción Green Choice suele rondar entre 15 y 20 clientes diarios y forma parte de la operativa diaria del departamento de pisos desde el 31 de enero de 2014.
Asegura que no genera una sobrecarga de trabajo y “tampoco es cierto que la medida produzca una especial acumulación de suciedad, salvo en personas predispuestas a ello, lo cual afortunadamente, no es habitual entre nuestros clientes”.
Y lejos de reducir la facturación del hotel, estos clientes terminan gastando más, según la cadena.
Falta concienciación
La controversia sobre la campaña Green Choice de Meliá no es un caso aislado sino muy habitual entre las cadenas hoteleras que ven cómo se suelen “malinterpretar” muchas veces sus medidas sostenibles, en parte por la falta de una “concienciación” y una “cultura” sobre la importancia de la sostenibilidad entre las empresas, proveedores, inversores, trabajadores, la Administración y los propios clientes. Es lo que dieron a entender los representantes de las seis cadenas hoteleras que participaron en la jornada Re Think sobre sostenibilidad organizada el pasado 7 de julio en Madrid.
El director general de VP Hotels, Javier Pérez, puso un ejemplo muy claro de cómo se malinterpretan medidas sostenibles. Aludió al “fracaso” de la llamada nevera ecológica instalada en algunos hoteles, que solo se activa durante las horas en las que los huéspedes suelen usarlas. El caso es que los clientes se quejan de que esas neveras no enfrían lo suficiente y opinan que el hotel lo hace para ahorrar en la factura de la electricidad.
Pérez incidió en la importancia de que la “cultura de la sostenibilidad” no solo sea responsabilidad de las empresas, sino también del resto de agentes, desde los clientes a los proveedores.
Sobre este punto, explicó que actualmente para los hoteles “lograr proveedores con certificado de sostenibilidad es muy difícil”. Es una deficiencia que impide a un hotel garantizar, por ejemplo, que los productos suministrados sean de ‘kilómetro 0’, es decir, de ámbito local.
El director de Operaciones de Hoteles Santos, Óscar Bermejo, apuntó que el reto para las empresas es “encontrar un equilibrio entre las medidas sostenibles y la rentabilidad de los hoteles” mientras que para la sociedad el desafío es lograr una mayor “concienciación” de los ciudadanos para asumir la necesidad de adoptar medidas más respetuosas con el medio ambiente.
Bermejo coincidió en las dificultades para garantizar la sostenibilidad de las prácticas de los proveedores, ya sea en la fabricación o en el suministro de productos.
Otro hándicap que ve es el “cortoplacismo” existente en la cultura empresarial española y por ello muchas veces no se exige garantías de sostenibilidad a los proveedores sino que se busca sobre todo rebajar los precios de los suministros.
El director regional de Artiem Hoteles, Guillermo Díaz, defendió la implantación de una gestión sostenible de los hoteles dentro de una visión del negocio a largo plazo, “aunque en el corto plazo suponga una pérdida de ingresos”.
Se buscan sustitutos del plástico
El general manager del hotel Pestana Plaza Mayor de Madrid, Rafael Ramírez, coincidió con Díaz en que la sostenibilidad “es un elemento estratégico para las empresas más en el medio y largo plazo que en el corto”, en parte por la dificultad de poner en práctica de inmediato medidas respetuosas con el medio ambiente.
Y puso como ejemplo de ello el problema de eliminar los plásticos de un solo uso de los amenities de los hoteles, porque “ahora mismo no hay proveedores competitivos en el mercado con productos sustitutivos” del plástico.
Con respecto a las dificultades de implementar medidas sostenibles, Ramírez aludió al debate interno que hubo en el Grupo Pestana –“llegó hasta la cúpula”– para sustituir amenities en los hoteles de lujo de la cadena por dosificadores en la ducha pues se podría interpretar por el cliente como una medida “cutre”. “Al final se cambiaron y han sido bien recibidos por los clientes”, comentó.
Opina que en última instancia para que haya proveedores preocupados por la sostenibilidad tiene que haber “suficiente demanda”.
Javier Polo, general manager del hotel Inglés de Madrid, el que fuera el primer hotel que abrió de la ciudad en 1886, ve la sostenibilidad “no solo como un ahorro, sino como una cultura” y una forma de gestionar el trabajo de los empleados para reducir el impacto medioambiental de la actividad hotelera.
Sin embargo, reconoce que actualmente “el ritmo a la hora de adoptar medidas sostenibles es muy lento”.
Por su parte, Sam Bath, general manager de Only You Hotels, incidió en la importancia de buscar el “equilibrio” entre todas las partes implicadas en las compañías, tanto accionistas, gestores, trabajadores como clientes para implementar “medidas que sean sostenibles sin afectar a la rentabilidad” de la empresa.
Reservar hoteles sostenibles
A la pregunta clave de si hay clientes que eligen reservar hoteles sostenibles, todos los participantes coincidieron en que actualmente la sostenibilidad no es un criterio que el cliente tenga en cuenta en su decisión de compra.
Sam Bath fue muy claro al respecto: “A día de hoy no creo que hayan muchos turistas que decidan ir a un destino porque sea sostenible” y por extensión a un hotel.
El moderador Patricio Azcárate, director del Instituto de Turismo Responsable, apuntó como única excepción el comportamiento incipiente de algunos turistas escandinavos que están renunciando a volar para reducir su huella de carbono y revertir la crisis climática.
Javier Polo no solo afirmó que no hay clientes que busquen hoteles sostenibles es que “no me consta que haya hoteles que se oferten como sostenibles”.
Sobre este punto, Javier Pérez recordó también que “al cliente no lo puedes forzar” para que tome determinadas medidas durante su estancia.
Rafael Ramírez admitió que la sostenibilidad no decide la compra del cliente pero sí que cree que “puede ayudar a fidelizarlo” si se ofrecen servicios ecofriendly y otras prácticas ecológicas.
Oscar Bermejo coincidió en que “de momento no es un elemento que decida la compra de un hotel por parte del cliente”. Y para revertir esa tendencia lanzó una propuesta muy seria: que la mayor plataforma de reserva de hoteles, Booking, incluya entre sus criterios a la hora de valorar un hotel el de la sostenibilidad para promover estas prácticas entre los alojamientos y concienciar al mismo tiempo al cliente.
Para comentar, así como para ver ciertos contenidos de Hosteltur, inicia sesión o crea tu cuenta
Inicia sesión