Los turistas españoles serán más mimados que nunca durante los próximos meses. La inestabilidad política internacional y la amenaza de guerra en Irak han hecho que el mercado nacional haya tomado una importancia capital, ante la perspectiva de que el probable conflicto bélico en el Golfo Pérsico vuelva a retraer a los mercados internacionales como ya sucediera en 1991.
Los turistas españoles serán más mimados que nunca durante los próximos meses. La inestabilidad política internacional y la amenaza de guerra en Irak han hecho que el mercado nacional haya tomado una importancia capital, ante la perspectiva de que el probable conflicto bélico en el Golfo Pérsico vuelva a retraer a los mercados internacionales como ya sucediera en 1991.
El director general de Turespaña, Germán Porras, ha sido contundente en ese sentido. «Espero que no haya conflicto, pero si lo hay, el mercado nacional adquirirá más peso porque ante una situación de ese tipo siempre se opta por los destinos cercanos», explicó. Porras, que visitó ayer por la mañana el stand del Patronato de Turismo de la Costa del Sol, sostuvo que en el caso no deseado de que se produzca el estallido bélico, el mejor escenario posible es que el conflicto sea de corta duración. El escenario que ha dibujado la amenaza de guerra en Irak se resume en tres conceptos: el mercado estadounidense prácticamente ha desaparecido y casi nadie apuesta por él; el europeo mantiene toda su importancia aunque las sombras de duda comienzan a aparecer en el horizonte, y el nacional parece llamado a aumentar su peso, aunque difícilmente podrá llenar todos los huecos que dejen los dos anteriores. Para el director general de Fuerte Hoteles, José Luque, existe el claro riesgo de que los otros destinos españoles sigan lanzando ofertas para atraer a los turistas nacionales ante el retroceso en los mercados internacionales, lo que supondrá una inevitable bajada de ingresos. «Además, el turismo nacional tiene una fuerte tendencia a la estacionalización, sólo viene en verano», sostuvo. Quienes ya han visto las consecuencias de la amenaza bélica han sido los profesionales participantes en Fitur Congresos, que se celebró los dos primeros días de esta semana. Según la empresaria Judy Price, el año 2003 se encuentra prácticamente perdido para el mercado americano, aunque sí se están produciendo contrataciones para 2004. La situación planteada en Estados Unidos encuentra un claro ejemplo en lo sucedido en Chicago, de gran importancia para el turismo de negocios. La Oficina Española de Turismo (OET) en esa ciudad había organizado un viaje con más de 40 profesionales que deseaban asistir a Fitur. Las noticias de las últimas semanas hicieron que más de la mitad desistiera a pocos días de salir. «No le ven sentido a viajar porque creen que no van a poder hacer negocio con esta situación», explicaron fuentes de la OET. Enrique Cibantos, director del Meliá Costa del Sol, de gran tradición en el turismo americano, indicó que la caída ha obligado a fortalecer otros mercados, mientras que Juan Vilcynkas, director comercial del hotel Byblos, aseguró por su parte que los mercados europeos todavía están funcionando bien, y que los esfuerzos comerciales dan su fruto en los países cercanos. Asimismo, José Puebla, de Técnica de Viajes, explicó que de producirse un conflicto, lo lógico sería que la Costa del Sol pudiera captar eventos de empresas nacionales en principio programados para celebrarse en el extranjero, aunque se perderían otras reuniones de empresas extranjeras. (H.B., diario Sur, 31/01/03)
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