Miralles niega que negociara la compra del Eurocalas con Ruiz-Mateos
Publicada 12/09/19
El denunciante de la presunta estafa en la compraventa del hotel Eurocalas, Francisco Miralles, ha negado lo declarado esta semana por los seis hermanos, de que la operación la negoció su padre, José María Ruiz-Mateos, fallecido en 2015. "Con él no negocié exactamente nada, lo negocié con los hijos. Yo realmente con quien negociaba era con Pablo y con Javier", quienes "llevaban el peso" de las conversaciones, ha dicho en el juicio que se celebra en la Audiencia de Palma.
El hotelero dijo haberse sentido engañado durante su declaración como testigo ante el tribunal que juzga a los seis hermanos Ruiz-Mateos y dos supuestos testaferros, para quienes la Fiscalía pide 6 años de prisión por presunta estafa al dejar de pagar casi 14 millones de euros por el hotel.
Miralles ha asegurado que vendió el establecimiento a los Ruiz-Mateos por confianza en el grupo Nueva Rumasa: "Cuando estuve en Jerez me dieron una apariencia de solvencia brutal y al cabo de unos meses toqué con las manos que no era así".
Ha añadido que José María Ruiz-Mateos le dijo que "toda la familia estaba enterada de todo y que todos estaban de acuerdo con esta operación y encantados con ella".
El hijo de Francisco Miralles, que también ha declarado como testigo en la tercera jornada del juicio, ha respaldado la opinión de su padre. "Siempre hablamos con los hijos. El padre, visto ahora a posteriori, creo que era la figura que utilizaban ellos para dar cobertura a todo el asunto", ha dicho.
"Cuando yo estuve en Somosaguas (Madrid), el padre venía para saludarte y despedirte, pero no intervenía para nada", ha añadido.
El aval del hotel Cervantes de Torremolinos
La venta se formalizó en julio de 2005 por medio de una de las sociedades del conglomerado, fue avalada por el empresario y sus hijos "como futuros herederos de todo el grupo", y también por otra sociedad que era propietaria de otro establecimiento, el hotel Cervantes de Torremolinos. "Valía más que el nuestro y nos daba tranquilidad", ha añadido el hotelero que denunció el caso.
Ha detallado que le entregaron un balance que indicaba que el hotel Cervantes estaba libre de hipotecas pero luego supo que fue hipotecado antes de formalizar la compraventa del Eurocalas. "Me lo escondieron totalmente, yo estaba tranquilo porque el hotel valía más que el mío", ha afirmado.
Cuando años después empezaron los impagos, los compradores alegaron que el Banco Santander "les había apretado" con la financiación.
Según Miralles, recibió indicaciones de Pablo Ruiz-Mateos: "Que no me preocupase, que ellos tenían dinero suficiente para hacer frente a nuestra deudas y que incluso si algún hotelero me llamaba para preguntar si cobraba, que dijese que cobraba y que tranquilizase a la gente que me conocía a mí y les conocía a ellos".
Cuando renegociaron los avales y sustituyeron la sociedad inicial por Clesa, no supo de los problemas de liquidez de esa empresa sino "totalmente lo contrario".
Apariencia de solvencia brutal
Ha relatado que en marzo de 2010 asistió a un cumpleaños familiar en Jerez (Cádiz) y le dieron "una apariencia de solvencia brutal". "Al cabo de poco tiempo salió el concurso de Clesa y nos sentimos muy engañados", ha añadido.
El hotelero mallorquín ha relatado que cuando visitaba al empresario en Madrid: "Se notaba que vivían montados en el dólar porque había seguridad, tres o cuatro que te recibían...". "Allí se veían criadas con cofia, porteros y chóferes..., se veía abundancia a tope", ha contado.
El empresario mallorquín ha justificado la denuncia contra los Ruiz-Mateos por la pérdida de confianza: "Decidí poner la querella porque vi que no había otra solución porque me engañaron tantas veces que dije, 'no queda más remedio que la Justicia esclarezca todo lo que están haciendo, que me han engañado desde el primer día".
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